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La controversia de los centrales

La baja del inédito Vermaelen reabre el debate blaugrana sobre si es necesario acudir al mercado de invierno, pero desde el Barça niegan haber valorado la opción

Jordi Quixano
Messi, Piqué y Vermaelen, en una sesión de esta semana.
Messi, Piqué y Vermaelen, en una sesión de esta semana.JOSEP LAGO (AFP)

La última lesión de Vermaelen, desgajados sus isquiotibiales por dos cicatrices cremallera —rotura mal curada que se va reproduciendo en el músculo con nuevas roturas fibrilares—, ha reabierto el debate blaugrana sobre la necesidad de fichar a un central. Al mismo tiempo, se señala a la dirección deportiva por pagar al Arsenal 10 millones fijos más cinco en variables por el jugador, que ni siquiera se ha vestido de corto. La controversia extraña sobremanera al Barcelona, sobre todo porque hasta la fecha no se ha echado en falta a un zaguero. “Hace un año el problema de los centrales parecía una cuestión de Estado”, explican desde el club; “pero ya nadie hablaba de eso”.

Comunicación movediza

El trasiego en el área de comunicación del Barcelona desde que llegara la actual directiva, por más que Sandro Rosell dimitiera en el curso anterior y le supliera Josep Maria Bartomeu, es excesivo. Se ha despedido a tres jefes de comunicación y ya se ha tomado la determinación de hacer ahora una nueva reestructuración del área. Albert Soler, actual director de relaciones institucionales del Barça y encargado de las gestiones y el litigio que mantiene con la FIFA sobre los fichajes irregulares de menores (ahora en manos del TAS), pasará a formar del organigrama de comunicación.

La decisión, tomada por Bartomeu, se produce después de que la afición del Camp Nou le silbara a él y al director deportivo Andoni Zubizarreta, que participaron del vídeo que se hizo la semana pasada para homenajear a Lionel Messi por superar el histórico récord de Telmo Zarra como máximo goleador de la Liga. “Igual, los que no somos futbolistas no teníamos que haber salido en ese vídeo”, esgrimió el propio Zubizarreta unos días más tarde. La pita, en cualquier caso, se interpretó como una crítica a la política deportiva del Barcelona y a que el presidente no convoque elecciones, por más que esté legitimado hasta el verano de 2016. Y se señaló a Albert Montagut, actual director de comunicación.

“No cambia absolutamente nada”, esgrimen desde el Barcelona; “porque Montagut seguirá con su mismo cargo, no hay ningún cese o destitución, sino que mantendrá las mismas responsabilidades”. Y abundan: “Hasta ahora, el director de comunicación reportaba internamente sus decisiones y trabajo a Antoni Rossich (director general) y Jordi Mestre (vicepresidente del área deportiva). Y desde este momento se le reportará a Albert Soler”. Es decir, que actuará de intermediario entre el área de comunicación y la presidencia. “No es un supervisor”, desmienten desde el Barcelona; “y desde luego tampoco es ningún castigo, sino que es un cambio estructural del área”.

Sucede, sin embargo, que el área de comunicación ha sido arena movediza desde 2010, cuando Rosell tomó posesión de la presidencia. Así, en cinco años se han despedido a tres directores de comunicación (Pere Jansà, Ketty Calatayud —que sigue en el área— y Xavi Martín) y remodelado en otras tantas ocasiones. “Ahora hay más gente en comunicación que en cualquier parte del club”, apuntan desde la entidad con tono crítico.

Ocurre, sin embargo, que se ha filtrado que el Barcelona habría pedido permiso a la FIFA para fichar a un jugador, aunque la sanción por irregularidades en la contratación de menores aún está en manos del Tribunal de Arbitraje Deportivo (la vista será el próximo viernes). Medida que por el momento descartan en el Barça, aunque sí que le ha preguntado a la RFEF sobre la legalidad del hecho. “No lo hemos valorado todavía como tampoco la conveniencia que tendría traer a un nuevo jugador a la plantilla”, esgrimen en el club. “Nadie se ha planteado nada”, abundan otras voces de la entidad. “Piqué, Bartra y Mascherano ocupan la posición con garantías y Mathieu ha rendido a un nivel muy alto”.

Sobre todo, en la Liga. No hay un central que acumule tantos minutos sobre el césped que Mathieu, con 900. Le siguen Mascherano (629), Piqué (585) y Bartra (342), que han jugado cuatro, tres y cuatro encuentros en la Champions, por sólo uno del francés. “El míster tiene su estilo. Todo el mundo quiere jugar todos los partidos, pero con la plantilla que tenemos es imposible hacer eso. Hay muchos partidos y hay que hacer rotaciones, sí”, convino Mathieu. Y más que serían si llegara un nuevo central al equipo. “Hacer una consulta de aclaración a la FIFA es lógico”, entienden desde el Barça, que tiene prohibido fichar hasta el 1 de enero de 2016 si el TAS no dice lo contrario. Y otras voces del club apostillan: “Si tomamos esa decisión, las cosas se harán bien y desde luego se consultará a la FIFA”.

“Vamos a ver si el club puede fichar a otro central para intentar ganar un jugador en la plantilla porque ahora somos tres centrales [seguramente se olvidó de Mascherano, mediocentro ocasional] y Thomas estará mucho tiempo fuera”, abundó Mathieu, más generoso con el club que con sus propios intereses. Pero desde el Barça agregan: “Primero hay que saber qué fichar. ¿Y qué futbolista que no juegue se podría traer? Muy complicado visto como está el mercado”.

Mientras que el equipo se relaja antes del capital duelo ante el Valencia —Luis Enrique decidió ayer dejar los balones de lado para que la plantilla acudiera a un karting (ganó Piqué seguido de Montoya y Vermaelen) y después celebrara un almuerzo en una masía a las afueras de Barcelona—, la zozobra vuelve a las oficinas. El inconveniente Vermaelen ha destapado la controversia y los centrales, de nuevo, se miran con lupa. Aunque el Barça es el equipo menos goleado de la Liga; ha encajado seis goles por los 11 del Madrid y el Atlético.

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