Elogio de la inconstancia
El Madrid, liderado por el lituano Maciulis (20 puntos), supera al UCAM Murcia (90-65) en otro partido disputado a arreones
Un contundente parcial de 28-8 en el tercer cuarto resolvió un partido con poca historia y escasa intriga en el que el Madrid volvió a firmar otro ejercicio de suficiencia inconexa. Sin mayores sobresaltos, pero con muchos altibajos para los de Laso. Una montaña rusa en la que el UCAM Murcia opuso resistencia hasta que los blancos quisieron para acabar apuntándose con comodidad una victoria funcionarial que les permite seguir invictos al frente de la clasificación después de siete jornadas.
Un emotivo minuto de silencio en homenaje a la jugadora júnior del CB Benidorm, Alicia Fernández Romero (16 años), fallecida el viernes de muerte súbita durante el partido de Liga que disputaba su equipo ante el Calpe, dio paso a un encuentro de alternativas. El primero en asumir la iniciativa fue un hiperactivo Maciulis. Suyos fueron el primer cuarto y el tercero y gran parte del mérito del triunfo: 20 puntos, seis rebotes, tres asistencias y 29 de valoración.
REAL MADRID, 90 - MURCIA, 65
Real Madrid (26+16+28+20): Campazzo (8), Maciulis (20), Ayón (9), Llull (10) y Bourousis (11) -equipo inicial-, Rivers (5), Yusta, Nocioni, Carroll (11), Reyes (12), Rodríguez (2) y Mejri (2).
UCAM Murcia (16+25+8+16): Antelo (5), Cabezas (3), Wood (9), Kelati (3) y Lima (8) -equipo inicial-, Martín, Neto (13), Radovic (16), Rojas (2) y Arteaga (6).
Arbitros: Miguel A. Pérez, Juan L. Redondo y Juande Oyón. Sin eliminados.
9.241 espectadores en el Palacio de Deportes de Madrid.
Con firme propósito de enmienda tras su destemplada faena en Estambul, el alero lituano acaparó el juego de su equipo en los primeros minutos de partido con siete puntos, dos rebotes, dos asistencias y un tapón. Mérito suyo fue un parcial de 7-1 en apenas cinco minutos que retrató la endeblez del UCAM. Encajaron mal el golpe los de Diego Ocampo y el Madrid despegó casi por inercia. Bourousis recogió el testigo de Maciulis y Llull se encargó de rematar el primer cuarto (22-6, m. 8). El pívot griego (nueve puntos y tres rebotes en ocho minutos en ese tramo) ganó la partida sucesivamente a Antelo y Lima y el base menorquín (que cumplía su partido 300 en sus 10 temporadas en la Liga Endesa) desmontó a la carrera y con la ayuda de Campazzo la defensa visitante.
Pero, como marca el libro de estilo de este Madrid todavía inconexo, llegó el apagón con el comienzo de las rotaciones. Se activó Neto y enfocó Radovic y, con relativa sencillez, el Murcia aterrizó en el partido con un parcial de 6-21 (28-27, m. 12). Les tocaba a los blancos repasar la lección y, con Sergio Rodríguez al mando de la operaciones y Felipe al cuidado de la pintura, retomaron momentáneamente el rigor y la ventaja (40-27, m. 16, tras un triple de Rivers). Siguió no obstante el vaivén y el UCAM replicó el 12-0 con un 2-14 que apretó las diferencias y certificó el descontrol antes del paso por los vestuarios (42-41, m. 20).
El alero lituano fue clave para los de Laso: 20 puntos, seis rebotes, tres asistencias y 29 de valoración
El Madrid dominaba con claridad el rebote (22-14) y todos los porcentajes de tiro, pero con 11 pérdidas de balón (19 al descanso sumando las del UCAM) era incapaz de gobernar un duelo abocado al descontrol por la inconsistencia de las defensas y la inconstancia de los ataques. En mitad del frenesí, el cuadro visitante lanzó 34 veces a canasta en los primeros 20 minutos (18 de ellas desde el triple) y prolongó un optimismo que, a pesar de todo, se antojaba injustificado. Lo corroboró el conjunto de Laso con otro arreón a la vuelta de la caseta. Como si nada hubiese ocurrido, Maciulis retomó el libreto del comienzo del encuentro y con 11 puntos en el tercer acto lideró un contundente parcial de 20-0 (28-8 al final del cuarto) en 10 minutos de pasión que, esta vez sí, sirvió a los blancos para rematar la victoria (70-49, m. 30) y pasar página tras la primera derrota del curso ante el Efes. El quinteto Campazzo, Llull, Maciulis, Ayón y Bourousis dinamizó el juego, tensó la defensa y enderezó la mañana ante un rival abrumado. Después, Campazzo abrillantó su carisma, Felipe y Bourousis refrendaron su buen estado de forma, y el canterano Santiago Yusta recibió el cariño de la afición.
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