Anand sucumbe en un momento clave
Carlsen domina por 3,5-2,5 tras 6 de las 12 partidas previstas
Fue un error doble que pasará a la historia de los Mundiales de ajedrez. Magnus Carlsen hizo una jugada malísima pero Viswanathan Anand no se dio cuenta y luego perdió la 6ª partida del duelo de Sochi (Rusia). El noruego domina por 3,5-2,5 y volverá a tener el lunes la ventaja de las piezas blancas en la 7ª de las 12 previstas.
"Me he dado cuenta nada más hacer la jugada. He intentado poner cara de póquer pero sentía pánico. Soy extremadamente afortunado, porque ese tipo de errores en la élite se castigan muy severamente casi siempre, y si Vishy se da cuenta me podría haber costado el título mundial", explicó Carlsen pocos minutos después de que Anand estrechara su mano en señal de rendición. Quizá porque aún se sentía muy alterado, el noruego apenas atendió a los periodistas de su país en el corrillo habitual tras la conferencia de prensa internacional, y dejó plantados a unos diez niños rusos que anhelaban su autógrafo.
"Si pienso, me equivoco" es una de las frases más famosas de Anand
"Si pienso, me equivoco" es una de las frases más famosas de Anand. Cuando la dijo era un veinteañero que en su primera actuación en el torneo de Linares (Jaén) apenas consumía media hora en toda la partida frente a los mejores del mundo, a quienes no les daba tiempo a ir al baño entre dos jugadas. El indio se refería a que su primera idea, intuitiva, era casi siempre la mejor. Con los años fue moderando su ritmo, y ahora incluso se apura de tiempo de vez en cuando. De hecho, la jugada de esta 6ª partida que pasará a la historia (26 ..a4) fue casi la única en tres horas que hizo instantáneamente: "Tenía un plan preconcebido y no he prestado atención al error táctico de Magnus. Me he dado cuenta después y, a juzgar por lo mal que he jugado el resto de la partida, me temo que esa omisión me ha influido mucho psicológicamente", reconoció el aspirante, y pentacampeón del mundo, con cara de circunstancias. En ese momento clave de la partida (y quizá del Mundial), al ver la oportunidad de oro que había perdido, Anand movió su cabeza con gestos de incredulidad.
Me he dado cuenta nada más hacer la jugada. He intentado poner cara de póquer pero sentía pánico" Carlsen
Hasta ahí, la lucha transcurría más o menos dentro de lo normal. Carlsen, con blancas, había logrado una posición de las que le gustan, ventajosa y adecuada para torturar al rival durante horas con largas maniobras. Tras adoptar una defensa pasiva, Anand descubrió un plan de contraataque, que de hecho era bueno, pero quedó psicológicamente lastrado al comprender lo que había omitido.
Si el indio fuera capaz de asumir una interpretación benévola de lo sucedido –los genios también yerran; en este caso lo hicieron ambos; y aún quedan seis partidas-, todavía podría remontar, dado que ha jugado bien o muy bien las cuatro partidas que no ha perdido. El problema en este tipo de situaciones suele ser cómo conciliar el sueño de noche y dar prioridad de día a los enfoques constructivos, sin rumiar el fallo a todas horas. Su esposa, Aruna, y sus personas más allegadas afrontan ahora una gran parte del peso en una tarea hercúlea.
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