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España tiene un compromiso

Tras la polémica por las bajas de Diego Costa y Cesc, La Roja debe despejar todas las dudas futbolísticas ante Bielorrusia.

José Sámano
Vicente del Bosque, en la última rueda de prensa.
Vicente del Bosque, en la última rueda de prensa. JUAN FLOR (DIARIO AS)

España, su selección, vuelve al punto de partida. No solo porque en Huelva hay que evocar al Río Tinto Fútbol Club, germen minero y cordón umbilical del fútbol español desde 1873, sino porque fue en esta tierra donde despegó La Roja. Fue en el Colombino onubense donde el 31 de mayo de 2008 la selección de Luis Aragonés disputó su último amistoso antes de enrolarse en la Eurocopa de Austria-Suiza que daría paso al ciclo más brillante en la historia de este equipo. De aquella victoria contra Perú solo perduran Iker Casillas, Sergio Ramos y Santi Cazorla. Tres de los líderes que ahora necesita como nunca una España en transición, una España que requiere perfilarse tanto en el campo como en la caseta. Más aún en estos tiempos convulsos, con una Roja desteñida desde su descalabro en Brasil y tras el patinazo en Eslovaquia, y puesta en la diana por una nueva dialéctica no despejada del todo.

Esta selección en tránsito ya no debate sobre el estilo, ahora está en portada el compromiso, el de Costa, el de Cesc, el de Piqué… “Confío en la palabra de todos, no me doy por aludido con los que crean que falta compromiso, si dudamos del compromiso mal vamos; no dudo de nadie que diga tener molestias porque se engañaría a sí mismo, ni he negociado la convocatoria de nadie”, dijo Vicente del Bosque, al que se ve molesto con la polémica generada.

Desde lo futbolístico, España afronta el duelo con la débil Bielorrusia con 11 convocados que no estuvieron en el Mundial

Desde lo futbolístico, España afronta el duelo con la débil Bielorrusia con 11 convocados que no estuvieron en el Mundial. Y con un dato llamativo. Al margen de Pedro, entre los cuatro delanteros restantes —Callejón, Morata, Nolito y Alcácer— suman cuatro internacionalidades, las que lleva el ariete del Valencia. Los demás están de estreno ante un partido en el que el gol no se espera, sino que se da por hecho. En los planes iniciales de Del Bosque solo figuraba ayer Alcácer, con Pedro, Cazorla e Isco por detrás.

Menos relevancia se concede al hecho de que, previsiblemente, Sergio Ramos y Piqué vayan a formar de nuevo pareja en defensa, lo que no sucede desde el nefasto encuentro con Holanda en el Campeonato del Mundo. Sería una pésima noticia que Bielorrusia, que en tres partidos solo ha logrado un empate, ante Luxemburgo, pusiera a prueba a los dos centrales. Unos zagueros que estarán respaldados por Casillas, máxime tras retirarse De Gea ayer del entrenamiento con una luxación interfalángica en el dedo meñique de la mano derecha. Otro asunto será el medio campo, la zona de distinción de la gran España, ahora en fase de pruebas sin gente como Xavi, Alonso, Iniesta, Silva y Cesc, que ni son ni han sido unos piernas. En principio, el seleccionador mantendrá su envite con Busquets y Koke en el eje, llamado este último a catalizar el juego del equipo. Del jugador rojiblanco se espera que sea un líder inmediato de la nueva generación que debe dar un paso adelante, en el campo y en el vestuario. Y nada mejor que Huelva, donde jamás jugó España un partido oficial, para ir consolidando un repunte.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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