Adriano, acusado de colaboración con el narcotráfico
El delantero brasileño ve frustrado su fichaje por el Le Havre francés
La última década de la vida de Adriano Leite Ribeiro, aquel delantero de 19 años que en 2001 llegó al Inter de Milán ni más ni menos que como “el nuevo Ronaldo”, ha deparado numerosos titulares en la prensa, aunque pocos por motivos deportivos. La muerte de su padre en 2004, sólo un mes después de que el ‘Emperador’ conquistase la Copa América con la selección brasileña y fuese el máximo goleador del torneo, le precipitó en un torbellino de depresiones, adicciones, orgías, obesidad, bajo rendimiento deportivo y despidos fulminantes bien conocido dentro y fuera de su país. Esta semana, justo cuando se anunciaba su fichaje por el club de la segunda división francesa Le Havre, quizá el último intento por despedirse con dignidad del fútbol a los 32 años, el jugador ha sido acusado por la Fiscalía de Río de Janeiro de los “delitos graves” de narcotráfico y asociación con traficantes (penados con 15 y 10 años de prisión, respectivamente).
Las autoridades cariocas sostienen que el jugador colaboró al menos entre 2007 y 2009 con un grupo de narcotraficantes de la favela Vila Cruzeiro, lugar de nacimiento del futbolista, y de la vecina favela de Alemâo, dos de las barriadas más vigiladas de la convulsa y apenas visitada zona norte de la ciudad maravillosa. En concreto, se le acusa de haber comprado en 2007 una moto de alta cilindrada a uno de los jefes de la banda y de prestar su vehículo para el traslado de estupefacientes y armas, confiando supuestamente en la impunidad que le proporcionaba su fama (en 2009 recibió la medalla al Mérito Pedro Ernesto, la mayor condecoración del ayuntamiento de Río, por su humildad y “hacer felices a millares de cariocas”). Adriano, que ha reconocido sus fluctuaciones anímicas y sus problemas con el alcohol, lleva sin equipo desde abril, cuando fue despedido del Atlético Paranaense por “bajo rendimiento físico” tras jugar un solo partido: un fracaso más en la larga lista de oportunidades malgastadas en el fútbol brasileño, adonde llegó ya con dificultades personales y físicas en 2009 y en el que jamás pudo recuperar el extraordinario nivel mostrado en el Inter en la temporada 2004-2005.
Es incierto aún si la imputación le impedirá comenzar a jugar con le Havre en enero de 2015. (Ayer resultó imposible contactar con sus abogados, aunque el club francés mantiene públicamente sus propósitos). La Fiscalía no ve necesaria la prisión de Adriano, pero ha solicitado la confiscación de su pasaporte, debido a que el jugador “es una persona con elevados recursos financieros” y podría darse a la fuga, según informó el canal ESPN. No es la primera vez que Adriano es investigado por presuntos lazos con narcotraficantes, pero sí la primera acusación formal que recibe. En 2010 fue interrogado por la compra de la referida moto, registrada a nombre de la madre de un notorio traficante amigo suyo de la infancia (Paulo Rógerio de Souza Paz, ‘Mica’, preso desde 2012) y presuntamente utilizada para la venta de droga por su alta cilindrada y velocidad superior a los vehículos policiales. Poco después apareció en unas fotos con metralletas tomadas durante una fiesta y publicadas en el diario O Dia. En una entrevista realizada en 2009 había afirmado: “Voy a ser claro. Tengo amigos en la comunidad que son traficantes, trabajadores, policías. Para mí no importa. Si son mis amigos, les doy una mano, charlo, bromeo. No voy a darles la espalda por siguieron un camino que considero errado en la vida. […] Pero soy un jugador profesional, no consumo y no quiero saber nada de las drogas”.
Este mismo lunes el futbolista había vuelto a mostrar en un canal de televisión francés su deseo de regresar a la élite y la selección, como ocurrió en diciembre pasado, cuando fichó por el Atlético Paranaense (a las órdenes del español Miguel Ángel Portugal) con el sueño de participar en el Mundial. Sus bajones anímicos frecuentes y afición a la noche le impidieron no sólo prosperar deportivamente, sino incluso conceder entrevistas, como reconocía a este diario el jefe de prensa del club de Curitiba. Su caída es una de las más fulgurantes del fútbol en los últimos tiempos: pocos años después de ser apodado ‘Il Imperator’ en Italia, recibió en tres ocasiones (2006, 2007 y 2010) el ‘galardón’ irónico al jugador más decepcionante de la Serie A italiana, conocido como Bidone D’Oro. En su haber queda haber superado la barrera de los 100 goles en la Serie A italiana.
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