Jonathas castiga al Espanyol
El brasileño marca los dos goles del Elche frente al irregular equipo de Sergio González
Las porterías pertenecen a los goleadores. Al menos así lo rubricó ayer Jonathas. El delantero brasileño castigó en dos ocasiones al Espanyol. Primero señaló a Casilla, después que el meta blanquiazul no encontrara un centro fácil y más tarde se aprovechó de la defensa endeble blanquiazul para cantar el segundo. Suficiente para que el Elche pueda festejar su primera victoria en casa. Demasiado castigo para el Espanyol, que mostró dos caras, bien intencionado en ataque, frágil en defensa.
ELCHE, 2 - ESPANYOL, 1
Elche: Tytón; Damián Suárez, Roco, Lombán, Cisma; Rodrigues, Mosquera, Pasalic (José Angel, m. 79), Víctor Rodríguez (Edu Albácar, m. 88), Cristian Herrera (Coro, m. 72) y Jonathas.
Espanyol: Casilla; J. López, Colotto, Álvaro, Fuentes, L. Vázquez, Alex (Caicedo, m. 57), Cañas, Montañés (Sevilla, m. 76), Stuani y Sergio García (Caicedo, m. 57).
Goles: 1-0. M. 18. Jonathas. 2-0. M. 51. Jonathas. 2-1, M. 85. Stuani, de penalti.
Arbitro: Teixeira Vitienes (Cantabría). Amonestó a los locales Pasalic, Lombán y Jonathas, y a los visitantes Cañas y Alvaro. Expulsó a Rodrigues y a Cisma, por doble tarjeta, en los minutos 75 y 83.
Estadio Martínez Valero, ante 21.472 espectadores.
En un duelo de dos púgiles de pesos similares que pelean por aferrarse a Primera División, el Elche supo capitalizar mejor sus llegadas al área. Sin embargo, fue Sergio González, más valiente, quien plantó un dibujo ambicioso en el Martínez Valero. Ausente un correcaminos como Víctor Sánchez (por sanción), el técnico le dio vuelo a Álex Fernández, más fino en la distribución, menos amigo del barro. La apuesta, a priori, le salió bien al preparador blanquiazul, porque el Espanyol conquistó el balón. Los chicos de Escribá no querían saber nada con el cuero y se lo prestaron a los visitantes, aunque siempre con la esperanza de lo que podía hacer en el área su goleador Jonathas.
Los blanquiazules dominaban en la medular y conquistaban las bandas. Lucas Vázquez y Montañés, dos promesas interesantes por su velocidad y juego, ganaban el duelo a sus parejas de baile. Tuvo el gol Stuani tras un buen centro del extremo gallego, que el uruguayo mandó a la red. Pero Teixeira Vitienes le negó el grito al charrúa por una supuesta infracción del delantero. Parecía que era todo del Espanyol, hasta se lucía Kiko Casilla, que hizo un paradón inmenso frente a Herrera. Pero la gran atajada del portero blanquiazul se borró de un plumazo cuando salió a buscar un centro manso de Mosquera y se quedó a medio camino. Impasibles los centrales blanquiazules, le quedó un dulce al jugador más oportunista: Jonathas. El delantero, dueño del gol en el Elche (lleva cinco esta temporada), señaló a Casilla y cantó su primero de diana de la noche.
Los blanquiazules mostraron dos caras, lastrados por la poca participación de Sergio
No acusaron el golpe los blanquiazules, que siguieron insistiendo con sus mismas herramientas. Paciencia en el medio, vértigo en las alas. Insistió Stuani y también Sergio García. Pero el 9 no regresó fino de la lesión, y si él no tiene su día, lo acusa el Espanyol. Los blanquiazules tienen dos caras, todo un complejo de Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Todo lo bueno que mostraron en la primera parte, se desvaneció a la vuelta de los vestuarios. Perdieron la compostura y el Elche, listo, leyó a la perfección el desanimó blanquiazul y apretó el acelerador. Y si alguien tenía a mano la caja de cambios de los locales, ese es su ariete. Con el Espanyol partido en el medio, el delantero brasileño le señaló el camino a Víctor, que le puso el balón en el área para que el 22 superera otra vez, a Casilla.
El Espanyol estaba grogui. Pero el Elche le dio vida en el tramo final. Rodrigues se hizo expulsar infantilmente por un golpe a Cañas y los muchachos de Sergio González, con más voluntad que fútbol, arrinconaron al Elche cerca de Tyton. Llovían centros para Caicedo y Stuani, pero ni el ecuatoriano, que todavía no se reencontró con su mejor versión, ni el uruguayo pescaban nada. El gol del honor lo encontró Stuani de penalti. El Espanyol, que se creía con vida, se fue como una tromba por el empate. Fue en vano, porque el partido lo había matado Jonathas.
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