Cuatro coches menos en Austin
Marussia y Caterham entran en concurso de acreedores y ya no correrán este fin de semana
La distribución de los ingresos que genera el Mundial de Fórmula 1 entre las distintas escuderías que participan en el campeonato está tan descompensada como el potencial que a día de hoy hay, en cualquier circuito, entre el Mercedes de Lewis Hamilton, líder del certamen con 291 puntos, y el Caterham de Kamui Kobayashi, el último de la tabla, que no ha sumado ni uno. El del japonés, sin embargo, no es un caso aislado, porque hay cinco pilotos más –Chilton, Gutiérrez, Maldonado, Ericsson y Sutil– cuya cuenta de resultados hasta la fecha se limita a un rosco de lo más redondo. El desigual reparto de los recursos y la mala gestión que hacen de ellos algunas estructuras provocan situaciones tan patéticas como la que se vivirá este fin de semana en Estados Unidos, cita de la antepenúltima prueba del curso. En Austin, la parrilla será de 18 coches en vez de los 22 habituales después de que tanto Caterham como Marussia hayan oficializado en las últimas horas que no participarán en el evento por razones económicas tras entrar en concurso de acreedores.
“Con la imposibilidad de los accionistas de dar el nivel de fondos requerido, la dirección del equipo ha trabajado sin descanso para traer nuevas inversiones. Desafortunadamente ha sido imposible lograrlo en el tiempo disponible. Consecuentemente, no ha habido otra alternativa que dejar a la compañía gestionada por administradores”, constató Marussia en un comunicado emitido este lunes. “Los administradores han acordado que dadas las circunstancias financieras, no es viable participar en el Gran Premio de Estados Unidos. La compañía seguirá operando mientras la junta de administradores continua aclarando la viabilidad a largo plazo de la compañía en su formato actual”, constaba en la nota.
"Los administradores han acordado que dadas las circunstancias financieras no es viable participar en Estados Unidos", explica Marussia en un comunicado
Caterham, por su parte, está inmerso en un embrollo que también ha terminado en concurso de acreedores. El equipo, que hasta hace unos meses pertenecía a Tony Fernandes, cambió de manos y pasó a ser propiedad de Engavest. Sin embargo, esta compañía denunció hace unos días no haber recibido aún el paquete de acciones del malayo. Fernandes, por su parte, respondió a través de las redes sociales, argumentando que el acuerdo firmado especificaba que los nuevos compradores debían hacer frente a todos los pagos pendientes, algo que, según él, todavía no ha sucedido. De hecho, el empresario llega a afirmar que Engavest se hizo cargo de Caterham pero que él todavía no ha visto “un centavo”.
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