Un sábado de récord para Márquez

Quizá haya quien pueda pensar que el Mundial ya ha terminado para Marc Márquez, campeón del mundo por segunda temporada consecutiva desde hace un par de semanas en Japón. Nada más lejos de la realidad. Márquez, que es de esos que quiere ganar hasta a las canicas, está empeñado en ganar y en hacerlo a lo grande. Persigue su 12ª victoria de la temporada precisamente desde aquel domingo en Motegi. Pero entre la contención que se tuvo que exigir ese fin de semana y los errores cometidos después, en Australia, no ha sido posible. Claro que no lo ha sido porque siempre quiere más, porque intenta desafiar a las leyes de la naturaleza, porque si un día intentó terminar con gomas de seco una carrera interrumpida por un chaparrón, otro día quiso ganar abriendo la mayor brecha imaginable con sus rivales. Y cayó. En el primer y en el segundo intento. En dos maniobras que explican su inconformismo, su ambición, sus ganas de transformar los imposibles en hechos. Lo ha hecho desde que es un enano.

Pol Espargaró, con una fractura en un dedo del pie, es duda para la carrera tras un tremendo accidente por la mañana

Y sigue intentándolo ahora, por mucho que el título esté ganado. No será un paseíllo esto que queda (Malasia y Valencia). No se lo permite su ética. Esa ética que le impulsó este sábado a llevarse la pole position, la 13ª de la temporada, un registro inédito hasta ahora, pues quienes más veces salieron desde la primera posición de la parrilla en una misma temporada eran, hasta ahora, Mick Doohan y Casey Stoner, que lo hicieron en 12 ocasiones. Además, Márquez logró un récord con otro récord, el de la vuelta más rápida y lo hizo con un registro que bate su propio tiempo de la pole del año pasado en dos décimas de segundo. La hazaña –ocurrió unos minutos después de una caída tonta en el cuarto libre– le servirá para salir desde una plaza privilegiada para intentar este domingo alcanzar otro récord, el de las 12 victorias en un año, del mismo Doohan.

A Márquez lo acompañarán en la primera línea su compañero Pedrosa, ganador de la carrera en Sepang hace un año y que terminó a dos décimas, y el piloto de Yamaha Jorge Lorenzo, a cuatro.

No pudo participar en la sesión Pol Espargaró, que sufrió un accidente tremendo por la mañana. Un cristal pequeño que supuestamente había en la pista se clavó en el radiador de su moto, que empezó a perder aceite. Poco después el piloto del Tech3 salía volando por los aires en la primera curva, al final de la larga recta de meta. Se golpeó la cabeza y se dolió de la pierna izquierda. Pero finalmente el diagnóstico fue más tranquilizador de lo que lo había sido su aparatosa caída: tiene una fractura en el segundo metatarso del pie izquierdo. Si bien, después de un largo reconocimiento, los doctores le aconsejaron no volver a la pista. Correrá este domingo siempre que la revisión médica, que se realizará antes de la sesión matinal, se lo permita.

El que no participará en la carrera será Andrea Iannone, a quien los médicos recomendaron volver a casa por la lesión que tiene en el brazo izquierdo: una fuerte inflamación en el codo. Lo intentó, pero tiene demasiado dolor como para pilotar en condiciones. La caída se produjo en la segunda sesión del viernes y como consecuencia de un choque con Marc Márquez, que aunque no se vio por televisión pudo explicar el propio campeón del mundo tras excusarse con su colega italiano. “Me dio la sensación de que él estaba rodando lento, así que me iba a meter en la curva, pero justo en aquel punto tuve un problema y me fui largo. Le toqué. Y me sabe mal, porque se cayó por mi culpa”.

El italiano acusaba también molestias en la cadera tras la caída que sufrió el domingo pasado en Phillip Island tras chocarse esta vez con Pedrosa. Aunque en aquella ocasión la responsabilidad fue suya y fue penalizado con un punto de sanción en el carnetcon puntos. Algo que, por cierto, no ocurrió ayer con Márquez.