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Otra victoria aérea

Tiago, de cabeza, y Mario Suárez, tras una jugada de córner, certifican la victoria (2-0) de un gran Atlético ante el Espanyol

Ladislao J. Moñino
Raúl García remata de forma acrobática ante un rival.
Raúl García remata de forma acrobática ante un rival.LUIS SEVILLANO

Mientras acaba de ajustar el juego por abajo, cada vez más dañino, el Atlético sigue imponente por arriba. Así que otra victoria aérea, muy acorde con los fastos de una mañana soleada que pobló el Calderón por completó. Cayeron tres paracaidistas del ejército del aire en homenaje al pasado Atlético Aviación y también fue honrado en la puerta cuatro el legendario Arteche, otro que convertía las jugadas a balón parado en un todo o nada en su área y en la del contrario. Primero fue Tiago el que conectó de cabeza una parábola mansa que superó la estirada de Kiko Casilla.

ATLÉTICO, 2 - ESPANYOL, 0

Atlético: Moyá; Juanfran, Giménez, Godín, Ansaldi; Tiago (M. Suárez, min 52), Gabi, Arda Turan (Griezmann, min 59), Koke, Raúl García; y Mandzukic (C. Rodríguez, min 84).

Espanyol: Casilla; J.López, Colotto, A. González, Fuentes; Cañas, S. Sevilla, L. Vázquez, V. Alvarez (Montañés, min 62); S. García (A. Fernández, min 55) y Caicedo (Stuani, min 62).

Goles: 1-0. M. 43: Thiago. 2-0. M. 71: Mario Suárez.

Árbitro: Vicandi Garrido. Sin amonestados.

Vicente Calderón.55.000 espectadores.

Luego fue Mario el que mató el partido a falta de 25 minutos tras varios cabezazos posteriores a un saque de esquina. Han tomado lo de los córners en el campeón una sensación de continuidad en el juego asombrosa. Para lo que la mayoría de equipos puede ser una jugada interrumpida o bien defendida por el rival, para el Atlético es un punto y seguido en sus descargas ofensivas. Se relamen los jugadores de Simeone cada vez que Koke o Gabi van camino del banderín. También su hinchada. Al fin y al cabo es un centro cómodo sin oposición en el que ese centro al primer palo se ha convertido en un suplicio. Así se llegó la primera ocasión clara, tras una prolongación que ente Arda y Mandzukic no llegaron a culminar con todo a favor en el segundo palo.

Fue el partido por completo del Atlético. Entre otras cosas porque esta vez no mostró fisuras ni errores que le condenaran. Estuvieron todas las líneas en ese nivel de concentración en el que su entrenador dice que es muy difícil para los contrarios competirles. Solo inquietó el conjunto de Sergio en el inicio del partido con algunos pellizcos de Lucas y de Sergio García. El capitán del Espanyol es ahora un futbolista menos quisquilloso en volumen, pero más selecto en las participaciones. En la primera que escogió fue para tirarle un caño a Giménez de esos que convierten a un defensa en un avestruz porque no sabe dónde meter la cabeza. A la exquisitez cosió Sergio García una rosca que empaló Lucas contra el pecho de Moyá, rápido en el achique de espacios tras intuir que el centro era bueno. Apenas ya hubo más noticias del Espanyol que su buena colocación para dificultar el dominio del Atlético.

A un disparo raso de Koke respondió bien Kiko Casilla. También a un cabezazo de Giménez, rehecho tras ese estupor inicial. Se entendió bien con Godín, imperial una vez más. Siempre que salía a cortar los balones largos, Giménez le cubría la espalda. El chico terminó por convencer al personal con un cruce contundente cuando recién iniciado el segundo acto entre Víctor Álvarez y Moya solo quedaba él. Ya contaba el Atlético con ese gol de ventaja y Simeone obró con la entrada de Griezmann y Mario Suárez. Un cambio para contener con más presencia física y otro para tratar de cerrar el partido a la contra. Se impuso Mario en el medio, cuestionándose su futuro a corto plazo como anda, y Griezman aportó regate y profundidad. Hasta se vio a Mandzukic ganar un balón largo, controlarlo con el pecho y disparar en una acción que generalmente le suele condenar por su falta de velocidad.

La participación y la definición del delantero croata siguen siendo el mayor debe de este nuevo diseño ofensivo, cada vez lo encuentran más en el área, pero sigue condicionando demasiado el juego a la contra. El fútbol y lo paradójico siempre fueron de la mano. Ha conseguido Mandzukic que el Atlético tenga que ser más retórico con el balón. Le ha cambiado la manera de atacar, donde antes necesitaba solo tres pases ahora necesita más porque el croata casi siempre obliga a una apertura de la más a la banda para generar un centro. Los pases filtrados por abajo hasta ahora han desaparecido de este equipo. Pero por arriba sigue siendo un martillo pilón, aunque Mandzukic todavía no haya afinado su punto de mira. Con un mayor acierto suyo, el Atlético puede encaminarse a ser otra vez ese equipo incómodo que mire a la cara al Madrid y al Barça en el campeonato.

Mandzukic protege el balón ante Álvaro González.
Mandzukic protege el balón ante Álvaro González.LUIS SEVILLANO

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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