Morata, expulsado tras activar a la Juve
El español ve la roja después de impulsar el triunfo del campeón ante el aspirante, el Roma
Morata entró como un torito a los pies de Manolas, deslizándose por el césped, y, aunque no lo tocara, el central griego se encaró con el delantero español en un choque de machos marcando el territorio. Como ocurrió en la línea divisoria, junto al banquillo, se produjo una algarada entre jugadores y suplentes de ambos equipos hasta que el árbitro expulsó a los dos protagonistas principales de la trifulca. La fogosidad de Morata le había jugado una mala pasada, en contraste con el hecho de haberse sentido importante en el desenlace del duelo. Entró por Llorente en el último tramo y reactivó el ataque juventino. Envió un precioso cabezazo al larguero antes de que su compañero Bonucci empalmara una volea desde la frontal del área romanista. El central juventino firmó el gol de su vida, el 3-2 de un clásico mucho más apretado que el del curso pasado: el Roma, más asentado con la llegada de Keyta en el centro del campo, ha recortado distancias respecto al Juventus y la lucha por el título se prevé más igualada. A pesar de que, al final, las internadas de Gervinho, franqueando una y otra vez la zaga local, no tuvieran la recompensa ni siquiera de un punto. El premio se lo llevó la ambición final del campeón.
Entre la brusquedad de una primera mitad de patadas e interrupciones, una pepita de oro. Recibió Gervinho en zona de tres cuartos, con espacio para correr, y arrancó con la potencia habitual. Atrajo a un enjambre de defensores locales en la frontal del área para cortarle el paso. Entonces levantó la vista y vio cómo Iturbe, desde la línea defensiva del fuera de juego, le marcaba el desmarque a la espalda de los zagueros. Encontró un resquicio para enviar allí la pelota. El volante paraguayo nacionalizado argentino, de 21 años, avanzó unos metros antes de disparar con la zurda junto al palo derecho de Buffon, que permanecía invicto en las cinco jornadas anteriores. Antes y después de ese gran momento, todo fueron penaltis. Dos a favor del Juventus: el primero tras golpear una falta lanzada por Pirlo en el brazo de Maicon, transformado por Tévez; el segundo, un derribo de Pjanic a Pogba fuera del área, también materializado por El Apache. Y uno a favor del Roma tras un agarrado de Lichsteiner con Totti que marcó el propio Capitano.
El partido se dio un respiro en el segundo tiempo. Se destensó el ambiente y quedaron gestos como el saludo de Totti a Pirlo cuando el romanista fue sustituido en el minuto 74 por Florenzi. Poco después (m. 78) también fue relevado Pirlo por Vidal. Antes, ambas leyendas del calcio, campeones del mundo en 2006, había tenido algunos piques. El tiempo se les va acabando y cuándo darían por seguir jugando. Pjanic había desaprovechado una excelente jugada de Gervinho, que centró tras alcanzar la línea de fondo. Y el Juventus, afilado por Morata, se marchó a deshacer la igualada. Primero el remate de Morata y después el voleón impensable de Bonucci. Llora el Roma aunque sabe que cada vez está más cerca del Juventus.
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