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A Sergio García no se le acaban los trucos

El delantero desmonta al Getafe y catapulta al Espanyol hacia su primera victoria del curso

Jordi Quixano
Sergio García chuta ante Guaita.
Sergio García chuta ante Guaita.Alejandro García (EFE)

Un recorte en seco de Lucas Vázquez tumbó a su pareja de baile y su centro hacia atrás valió el primer remate de Stuani. Pero con seis rivales en el área chica, apocado como estuvo durante todo el partido el Getafe, el balón volvió al punto de partida, a la bota de Stuani. Y, esta vez sí, el chut dio en la diana. Era el segundo gol del Espanyol y la primera victoria del curso. Toda una losa que se saca de encima el Espanyol, que sumaba cinco partidos sin ganar; y una nueva proeza de Sergio García, un mago del balón al que no se le acaban los trucos.

Apenas hubo fútbol en el recien nombrado Power8 Stadium. Sin más aspiración que no encajar un gol para salir a la contra, el Getafe rehusó cualquier protagonismo, todo ramplonería y tacañería, nada que llevarse al paladar. El Espanyol, cómodo con la propuesta rival porque se empeña en tocar el balón más de lo que sabe, se entretuvo en pases estériles en la defensa para luego acelerar en la zona de tres cuartos. Y allí, donde aguardaba el Getafe, no había metro alguno que explotar. Argamasa de la buena y vuelta a empezar porque el Getafe soltaba el pelotazo y el Espanyol se entretenía en tejer.

ESPANYOL, 2 – GETAFE, 0

Espanyol: Casilla; Javi López, Colotto, Álvaro, Víctor Álvarez (Fuentes, m. 62); Lucas Vázquez, Víctor Sánchez, Cañas, Salva Sevilla; Sergio García (Álex Fernández, m. 90) y Caicedo (Stuani, m. 55). No utilizados: Pau; Bertrand, Raúl Rodríguez y Mattioni.

Getafe: Guaita; Arroyo, Naldo, Alexis, Roberto Lago (Escudero, m. 75); Juan Rodríguez, Míchel; Yoda, Sarabia, Diego Castro (Sammir, m. 64); y Lafita (Babá, m. 73). No utilizados: Codina; Velázquez, Ivi y Payá.

Goles: 1-0. M. 65. Sergio García. 2-0. M. 82. Stuani.

Árbitro: Fernández Borbalán. Amonestó a Víctor Álvarez, Arroyo y Míchel.

Power8 Stadium. 14.285 espectadores.

La estratagema de Contra, en cualquier caso, no era del todo estéril porque al Espanyol le salen los miedos cuando le exigen correr hacia atrás. Así, Sarabia retrasaba un pelo su posición y actuaba de palanca para la contra, con los acelerones de Yoda, el quiebro de Lafita y las filigranas de Diego Castro. Y en una de esas, Yoda recogió el esférico en la terraza del área para soltar un zapatazo que enmudeció a Casilla, que ni la vio venir. Pero se fue fuera, de chiripa. No ocurrió lo mismo en ese latigazo de Míchel desde la misma posición, cuando el portero, espléndido, felino, metió las manoplas abajo y junto al palo contrario. Era la segunda mitad, cuando el Espanyol ya había perdido el norte y la conexión entre las líneas. Pero no la chispa de Sergio García ni la aparición de Salva Sevilla, futbolista de lo más discutido por la afición.

El 9 del Espanyol es un superdotado del balón. En ocasiones se alía con Caicedo, anoche oxidado. En otras, es Víctor Sánchez el que lee sus desmarques. Y anoche, al fin, apareció Salva Sevilla, ese mediocentro al que Sergio González considera interior porque tiene pie para el último pase. Primero soltó un pase de 30 metros a la cabeza de Sergio, que la peinó pero que se quedó con las ganas, descomunal Guaita en los reflejos y la estirada. Y después, tras recibir en la frontal, puso el interior del pie para filtrar una asistencia por encima de la zaga, al movimiento de Sergio y de ahí a la red.

Stuani hizo después el segundo, abatido como estaba el Getafe. Lo contrario a Sergio González, que ya tiene una victoria que celebrar y unos días de tranquilidad.

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