Lampard reedita a Denis Law
Un gol del mayor emblema del Chelsea, ahora en el Manchester City, evita el pleno de victorias de su anterior equipo El Manchester United patina (5-3) contra el recién ascendido Leicester
El destino escribe giros como el que vivió ayer Frank Lampard, el máximo goleador y emblema de la historia del Chelsea, que a sus 36 años firmó el pasado verano un acuerdo con el New York City para vivir en Estados Unidos un retiro sin mayores exigencias en un club que comparte propiedad con el Manchester City. En el Etihad encontró un espacio para mantenerse en activo hasta que en enero comience la competición con su nuevo equipo y así ayer se vio ante un insospechado guiño: disputar unos minutos decisivos ante el equipo de su vida y marcarle un gol (1-1) que le priva de completar un pleno de victorias en los cinco primeros partidos de la Premier League.
El centrocampista inglés se incorporará en enero a su nuevo club, el New York City
No es el primer gol triste que celebra el Manchester City. Hubo uno más devastador. En 1974 Denis Law, Balón de Oro y leyenda del United reconstruido tras el accidente de aviación de Múnich, acababa de llegar a la acera de enfrente para culminar su carrera. Y en la última jornada de Liga se vio ante su exequipo, que se jugaba la permanencia. Marcó de tacón en los estertores del partido y se quedó tieso, paralizado como si hubiera roto un valioso jarrón. Fue el último balón que tocó como profesional del fútbol. "Pocas veces me sentí tan deprimido", recordó años después. Fue la primera y única vez que el Manchester United descendió de categoría.
Lampard dispuso ayer de un cuarto de hora y firmó el empate del City para igualar una diana de Schürrle como sólo lo hace alguien que hizo fortuna como llegador. Irrumpió en el área para rematar una dejada de Milner, pero no celebró el gol y se le vio mirar dolorido al cielo. En su día había revelado que su madre, fallecida hace ahora seis años, le había pedido que jamás dejase el Chelsea. Se marchó entre aplausos de las dos aficiones y un amago de llanto al recibir el abrazo de sus excompañeros antes de ganar el vestuario. "Ahora es un jugador del City. Yo no creo en esas historias de pasión y corazón. Me tomo el fútbol como algo pragmático. Sólo hizo su trabajo", indicó Mourinho; "si él quiere podría llegar a ser mi sucesor como entrenador del Chelsea".
El gol de Lampard puede ser decisivo en la suma final del campeonato porque a día de hoy Chelsea y Manchester City semejan los favoritos más afinados. El Liverpool, pese a invertir más dinero (147 millones de euros) del que ingresó por Luis Suárez, parece haber bajado un peldaño y tras caer ante el West Ham (3-1) está a siete puntos de la cabeza. El Arsenal venció en Villa Park (0-3), pero tiene varias cuestiones pendientes, entre ellas ubicar a Özil para que rinda como se le supone, como hizo esta jornada con un gol y una asistencia, facetas en las que no se había estrenado esta campaña. Y en el Manchester United dice Louis van Gaal que este año su objetivo no puede ser ganar la Premier y sí construir un futuro. Quizás lo que no aguardaba es que quedarse casi sin opciones tras sumar tan solo cinco puntos en cinco jornadas. La derrota en el campo del Leicester (5-3), un recién ascendido, la forma en que se produjo tras pasar de un favorable 1-3 a conceder cuatro goles en tan 20 minutos, remite a la presencia de varios desequilibrios en el United, que se tambalea porque en él anida la desproporción y no ha sabido aún ordenarla.
El último verano se gastaron en Old Trafford 190 millones en fichajes, más de la tercera parte de lo invertido por todos los equipos de la Primera española (535), incluidos Real Madrid y Barcelona. Pero Van Gaal tiene pendientes varios retos. Uno tiene que ver con la gestión de sus referencias en ataque. Ayer dejó por primera vez en el banquillo a Juan Mata, que salió al campo con el partido empatado a falta de un cuarto de hora y con un resbalón propició el inicio de la remontada rival. Partieron de inicio Falcao, Di María, Van Persie y Rooney, que goza de un estatus superior, aunque no juegue en punta.
El conjunto de Van Gaal solo suma cinco puntos en cinco jornadas
Con Rooney por detrás de Falcao y Van Persie, el United fue un tiro durante una hora. Falcao le dio un gol a Van Persie, Rooney a Di María, para que este definiese de sutil cuchara, y a Ander Herrera, que solventó de tacón. Se gustaba el equipo, pero había una mirada inquieta hacia su espalda, un desasosiego que se confirmó. Atrás hay otro problema que resolver. Los centrales Evans y el novato Blackett, que lo había jugado todo hasta que fue expulsado en el penalti que propició el quinto gol del Leicester, fracasan en el eje de la zaga y ayer lo hicieron ante el exjugador de Castellón y Almería Leo Ulloa, y con Jamie Vardy, un delantero que hace cuatro años, con 24, jugaba en una competición no profesional. Ni con tres centrales ni con dos encuentra una fórmula Van Gaal, que en los seis partidos oficiales que ha disputado el equipo (fue eliminado a la primera en la Copa de la Liga) alineó un total de 33 futbolistas, algunos de ellos como Nani, Chicharito, Kawaga o Wellbeck ya fuera del equipo.
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