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La trivialización de un mito

Aprovechando una postura prohibida hasta hace unos meses, Jens Voigt bate el récord mundial de la hora a los 43 años

Carlos Arribas
Voigt señala con el dedo la plusmarca.
Voigt señala con el dedo la plusmarca.FABRICE COFFRINI (AFP)

Jens Voigt, un alemán de 43 años y un día, recién retirado del ciclismo profesional, ha inscrito este jueves su nombre y una cifra, 51,115 kilómetros, en la larga lista de plusmarquistas mundiales de la hora, una historia particular más laberíntica y complicada aún que la propia historia del ciclismo. Dado que a lo largo de su larga carrera, Voigt nunca ha sido más que un buen ciclista, nunca un campeón, y dados los vaivenes de la reglamentación confusa impuesta por la Unión Ciclista Internacional (UCI), el exitoso intento, llevado a cabo en el velódromo cubierto de Granges (Suiza), supone, en cierta forma una trivialización de un registro mítico que, y así lo cuentan y lo han contado siempre que han podido, los grandes campeones que en su momento lo lograron, Fausto Coppi, Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Miguel Indurain o Tony Rominger, lo recuerdan como uno de los momentos de más sufrimiento de su carrera.

Cronología del récord

35,325 km: Henri Desgrange, fundador del Tour de Francia, estableció la primera marca en 1893.

45,848 km: Fausto Coppi la superó en 1942 en Milán

49,431 km: Eddy Merckx la mejoró en 1972 en la altura de México

49,441 km: El británico Chris Boardman se la adueñó en 2000 en Manchester

49,700 km: El checo Ondrej Sosenka dominó el reloj en 2005 en Moscú

51,115 km: Jens Voigt estableció este jueves la nueva plusmarca en Granges (Suiza)

El récord, y toda la tecnología y ciencia puesta a su servicio por la marca de bicicletas Trek, sirvió, por otra parte, de ensayo para el intento que todos los aficionados esperan de verdad, el que lleve a cabo seguramente en 2015 Fabián Cancellara, junto a Tony Martin el mejor especialista del siglo en pruebas contrarreloj.

La lista lineal de recordmen de la hora, que se inició en el siglo XIX con Henri Desgrange, el inventor del Tour, se bifurcó inevitablemente en el año 2000, cuando, según la UCI las extravagancias posturales aerodinámicas de corredores como Graeme Obree (y su postura-huevo, de esquiador de descenso) o Chris Boardman, con los brazos a lo súperman, habían fijado el récord en unos extraordinarios 56,375 kilómetros (Boardman, Manchester, 1996). En 2000, en un intento reaccionario, la UCI decidió borrar ambos registros de la lista oficial de récords para considerarlos simplemente mejores marcas, y también los récords de Francesco Moser (51,151 kilómetros en México 1984), de Miguel Indurain y su Espada (53,040 kilómetros en Burdeos 1994) y de Tony Rominger, quien cuando consiguió en 1994 en Burdeos 55,291 kilómetros, utilizó los consejos del médico Michele Ferrari y una Colnago artesanal cuya concepción y manillar le obligaban a una postura muy similar, y no mucho más ventajosa, que la que lució Voigt para batir el récord.

Jens Voigt, en un momento del récord.
Jens Voigt, en un momento del récord.FABRICE COFFRINI (AFP)

Anuladas todas esas marcas, en 2000 la UCI consideró que el único y último récord válido fue el batido por Eddy Merckx con una bicicleta tradicional, chichonera y calapiés en el velódromo al aire libre y de cemento de Ciudad de México en 1972: 49,432 kilómetros. Después del año 2000, esa marca la batieron, con bicicletas similares aunque con mejor tecnología, Chris Boardman en el mismo 2000 con 49,441 kilómetros y, posteriormente, en 2005, el oscuro checo Ondrej Sosenka, cuyos 49,700 kilómetros alcanzados en Moscú se convirtieron en la referencia que este jueves destrozó con facilidad Voigt con una bicicleta aerodinámica prohibida hasta este año, pues el gigante alemán (1,90 metros, 78 kilos) ha sido el primero que ha aprovechado el enésimo cambio reglamentario de la UCI para permitir el uso en el récord de la hora de los mismos modelos de bicicleta que se usan en las pruebas de persecución en pista o en las contrarreloj de carretera, aunque sin frenos ni cambio, incompatibles con el piñón fijo obligatorio en la pista.

Voigt generó 380 vatios (contra 500 para Indurain) y manejó un desarrollo bastante más ligero, 55x14 (contra 59x14), para batir el récord

Si Sabino Padilla e Iñigo Mujika, los fisiólogos que asistieron a Indurain en su récord de hace 20 años, calcularon que el navarro debió generar más de 500 vatios durante los 53,040 kilómetros de su hora a nivel del mar, conseguidos con un desarrollo de 59x14, los técnicos de Trek concluyeron que Voigt no necesitó más que 380 vatios para sus 51,115 kilómetros. El alemán, un padre de seis hijos y 17 Tours en sus piernas que colgó la bicicleta en el velódromo de magnífica y pulida madera nada más batir el récord, manejó un desarrollo bastante más ligero, 55x14, con una cadencia media de unas 98 pedaladas por minuto.

El velódromo de Granges, con escasas gradas pero animado por el estruendo de música heavy más Led Zeppelin y el Final Countdown de Europe en los últimos minutos, está situado a 450 metros de altitud. Voigt, a quien su inexperiencia en la pista (no practicaba con piñón fijo desde sus inicios como cadete en las escuelas deportivas de la RDA) le dificultó mantenerse en la línea marcada por la línea negra de la parte más baja del velódromo, comenzó con más velocidad de la prevista, y en los primeros 20 minutos parecía capaz de romper la barrera de los 52 kilómetros. Después, en la zona media, la más dura, bajó el ritmo para situarse en unos previsibles 50,700 kilómetros: estaba estudiado, pues con facilidad y sobrado aceleró finalmente para superar la barrera de los 51 kilómetros.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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