“Todo se aclara cuando pasa por él”
Los técnicos analizan a Samper, que llegó al Barça con seis años y debutó ante el Apoel
Era abril de 2011 cuando en la final de cadetes de la XII edición de la Mediterranean International Cup (MIC), se encontraron el Barcelona y el Espanyol, Sergi Samper (Barcelona, 1995) asumió la responsabilidad de lanzar el último penalti que definía el derbi y quién se quedaba con la Copa. “Marcó el gol de churro y se disgustó tanto con él mismo que casi ni lo celebró. Así es Sergi, un chico muy autoexigente”, cuentan desde la ciudad deportiva del Barcelona. “Todavía tengo muchos aspectos que mejorar. Veo los partidos varias veces y analizo todo”, explica Samper. Autocrítico fuera del campo, fundamentalista del fútbol azulgrana dentro. El joven pivote está llamado a ser el guardián del juego del Barcelona.
Samper seguía los pasos de su hermano mayor, Jordi (237 del ranking de la ATP), y empuñaba la raqueta en el club de Tennis Barcino. Pero el destino le tenía preparado otro camino: el fútbol. A los seis años su abuelo lo llevó a la Escola FCB y, tras un viaje de más de 13 años, tras escalar paso a paso las categorías inferiores del club (sólo se saltó el juvenil B), se estrenó el miércoles en el Camp Nou. Un logro inédito. Todo un canterano perfecto. “Desde que juega en el benjamín está haciendo siempre lo mismo en el campo. Sergi es la horma del zapato perfecto para el Barcelona”, dicen desde el club. “Además”, añaden; “es un jugador valiente. En las categorías inferiores siempre les decía a los defensores: ‘si tenéis alguna dificultad para salir, pasadme el balón a mí. No tengáis problema si veis que yo estoy marcado”.
Los entrenamientos con el primer equipo, son súper intensos” Sergi Samper, medio del Barça
“Es una joya”, lo describe Eusebio Sacristán. El curso pasado el técnico del filial le dio el timón del equipo. Jugó un total de 40 partidos (sólo se perdió dos encuentros, uno por sanción y otro por estar con la selección) y repartió 2.275 pases con un 89,27% de efectividad. “Cuando el balón pasa por él todo se aclara. Todo es mejor. El equipo está jugando de una manera y de repente la pelota llega a sus botas y todo se vuelve más organizado y fácil. Tenemos una gran ilusión y responsabilidad para que saque todo su potencial”, completa el entrenador del Barça B.
“A Sergi lo conozco perfectamente”, concedió Luis Enrique el miércoles tras el debut de Samper frente al Apoel. El asturiano cuenta con el joven pivote desde el primer día de la pretemporada. “Lo que más me costaba al principio eran los entrenamientos con el primer equipo, son súper intensos y todo se hace a un ritmo impresionante. En cambio, los partidos no. Al lado de estos jugadores todo se hace más fácil”, asegura Samper, que trabaja cada día con Messi y compañía y el fin de semana vuelve con el Barça B. Cada lunes después del partido con el filial Luis Enrique espera a Samper con un vídeo. El técnico le tiene preparado un resumen con todas las jugadas en las que participó y le pide que juegue fácil. “Ya tendrás tiempo para arriesgar”, le dice el entrenador azulgrana. “Pero”, cuentan desde Sant Joan Despí; “a Sergi le gusta arriesgar. Ese es uno de sus problemas, entre comillas. Es un jugador que siempre ha jugado al primer pase y le gusta romper líneas”.
Tentado varias veces para emigrar (Wenger intentó reclutarlo), Samper tenía claro que su futuro estaba en el Camp Nou. “Tanto él como su familia tienen la cabeza muy bien amueblada. A pesar de que le ofrecieron grandes cantidades de dinero que nuestro club no podía pagarle, Sergi y su entorno no le dieron importancia al tema económico. Cuando a otros chicos les daban dinero, a Samper le pagaban el minino para los viajes. Sin embargo, nunca pidió nada”, revelan en el club. Para Samper, la familia y los estudios siempre fueron una prioridad. Estudia Periodismo por las tardes, aunque tiene clara su verdadera vocación: la pelota. Y sabe que su futuro tiene color azulgrana. Su fútbol es mejor en el Barcelona. Y el fútbol del Barcelona es mejor con él. Samper es pura genética del Barça.
El Bolt de La Masia salió corriendo
El lateral del Arsenal, Héctor Bellerín, que jugó con Samper de prebenjamines a cadetes en el Barcelona, debutó el pasado martes en Champions con 19 años. Bellerín tiene un estilo de juego y de vida diferente al del mediocentro azulgrana. Está lleno de tatuajes por el cuerpo, tiene un físico prodigioso, le encanta el fútbol al espacio, a lo Gareth Bale, y disfruta con el dinamismo británico. En la pretemporada del Arsenal batió el récord del club en el test de sprint, un control de aceleración lanzada en la que se mide la velocidad punta en 40 metros; marcó 4,40 segundos, un registro inferior al de Usain Bolt en los primeros 40 metros (4,64s) en su récord de 100 metros (con salida en estático). Sin embargo, en los rondos con Wilshere, Özil y Cazorla también disfruta: "Suena el balón como en el Barça", admite el lateral.
Bellerín representa el furor que están causando los laterales derechos españoles. Antes no surgían y ahora hasta siete están entre los 25 más valorados de Europa menores de 26 años: Carvajal, Azpilicueta, Montoya, Manquillo, Mario Gaspar, Hugo Mallo y Jonny Castro. Bellerín se ha unido a ellos con su bautizo europeo ante el Borussia. Tras la lesión de Debuchy, que estará de baja entre dos y tres meses, tiene las puertas abiertas para jugar en la banda derecha por detrás de Alexis Sánchez. “Es un chico con personalidad que no se inmuta con la presión. Es muy, muy rápido y sus centros son buenísimos. Le falta un poco de experiencia como defensor, pero será muy importante de cara al futuro”, aseguró Wenger tras su debut. “Si no empiezas a los 19 años, nunca empezarás”, aclaró el técnico francés que ha echado a volar al Bolt de la Masia.
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