“Laporta dejó una deuda apoteósica”
Faus asume los ataques al expresidente mientras Rosell esquiva responsabilidades: “Nos repartíamos el trabajo, yo no llevaba el tema económico”
El Barcelona continúa su peregrinaje por los juzgados: este martes comparecieron como testigos en el caso de la acción de responsabilidad social contra Laporta y su junta, el expresidente y anterior vicepresidente deportivo, Sandro Rosell, y el actual vicepresidente económico, Javier Faus, que perteneció también a la junta de Laporta. Tras recibir el guante de Bartomeu y Rosell, Faus asumió la responsabilidad como hombre de números en una comparecencia marcada por la agresividad de su discurso. “Yo no opino, recojo lo que dice el auditor. No miro los valores, miro los balances y Laporta dejó una deuda apoteósica, una deuda neta de 440 millones, la deuda más alta de la historia del club”, dijo. Y desveló que Laporta acordó con la banca una subida de cuotas del 15% para los socios, que quería publicidad en la camiseta (entonces sólo llevaban Unicef) y reducir las secciones. “Sabían que se iban a meter una bofetada y por eso tuvimos que cambiar el crédito sindicado que tenían pensado de las tres eses: socios, secciones y camisetas (samarreta, en catalán). Nos negamos a aumentar un 15% las cuotas. Pero no al caso de la camiseta, aunque la anterior junta estaba negociando con otro patrocinador”.
Sobre Faus, que durante la declaración de Rosell –dos horas y 20 minutos de interrogatorio– había estado incomunicado en una sala a petición de la defensa, recayó el desembrollo de todas las cuestiones técnicas, como el contencioso con Sogecable, por el que se condenó al club a pagar 57 millones de euros. “Un buen empresario es como un buen padre de familia y ese padre hubiera pagado desde el principio a Sogecable. Perdieron en dos instancias. Tuvieron que hacer provisión del 100% de riesgo y no lo hicieron. Nosotros no lo llevamos al Supremo porque los abogados más importantes del país nos dijeron que estaba perdido el caso. Decidimos pagar a Sogecable para poder cobrar de Sogecable y cerramos este caso que se llevaba arrastrando durante seis años”, argumentó un atrevido Javier Faus, que llevó todo muy bien documentado. Sobre la compra de unos terrenos en Viladecans y la venta (y posterior recompra ya durante el mandato de Rosell) de unos terrenos en Sant Joan Despí que eran propiedad del club, el vicepresidente del Barcelona objetó: “Cuando recibimos el informe de Deloitte el 15 de julio, es cuando nos alarmamos. Hubo una preocupación evidente porque los terrenos eran rústicos. Allí no se puede construir nada. La ley es la ley. La Generalitat ha denegado hacer campos de golf durante 25 años, imagínese un centro comercial y hoteles. Era una entidad pública la que decía que no se podía edificar”.
Antes de que Faus se explicara, Rosell había usado el mismo discurso huidizo que el presidente Bartomeu un día antes. “No tengo ni idea de esto. Nosotros nos repartíamos el trabajo y yo no llevaba el tema económico. No era el vicepresidente económico, yo era vicepresidente deportivo. Por tanto no llevaba las cuentas ni hablaba con los auditores”, argumentaba. Se remitió a los conocimientos de Javier Faus y parafraseó al máximo mandatario azulgrana: “Pregúnteselo a Faus. Es él el que sabe de eso y se lo contestará detalladamente”. El expresidente tampoco manejaba conceptos legales y el juez detuvo algunas “preguntas impertinentes” de los abogados de los demandados: “Ya ha explicado que no maneja los temas jurídicos”, interpeló. “Los detalles no los sé. Si no me acuerdo de las fechas, ¿cómo me voy a acordar de las cifras? Si los supiera me habría traído una chuleta con las cifras”, comentaba Rosell.
“Hay que presentar al socio la verdad”, defendía Rosell, que dimitió como presidente tras el caso Neymar. “Si se demandó a Laporta fue porque lo decidió la asamblea”, seguía. Sobre los terrenos de Viladecans, uno de los puntos de la acción de responsabilidad, apostilló: “Es absurdo comprar un terreno de Viladecans y vender uno en Sant Joan Despí, donde entrena el equipo. El sentimiento azulgrana es no vender patrimonio. La tasación era de 5,5 millones. Lo intenté vender pero a nadie le interesó ni por uno. Sólo tuve la oferta de un agricultor que quería plantar alcachofas. No es broma”.
Rosell sólo atendió a los temas deportivos: “Hice el informe de los jugadores porque me lo solicitó Ferran Soriano. Al final lo clavamos: todos los jugadores del 2003 se vendieron por coste cero, excepto Riquelme, por tres millones”, explicó sobre su gestión de contrataciones en la junta de Laporta. Sobre su mandato como presidente remarcó: “Necesitábamos el dinero urgentemente. Y vendimos a Touré y Chigrinskiy en 24 horas. Nos quedamos petrificados al ver que no dejó una gran plusvalía la venta de Touré porque dejaron una parte a su representante”; “Cuando entramos en 2010 el valor de mercado de Messi era de unos 50, 60 millones, de Iniesta, 40 millones y de Xavi, 30”, añadió el expresidente.
El ex mandatario también tuvo palabras para Laporta: “No queríamos ir contra nadie. Lo que buscábamos era defender los derechos del club. No tengo animadversión ni enemistad con él. Defendimos la libertad absoluta en la asamblea. Como socio hubiese hecho una cosa, como presidente otra”.
La sesión, que había empezado en torno a las 10.20, concluyó a las 14.45 con la pregunta del juez: “¿Alguien del club me va explicar las diferencias de los números en la auditoría? No es tanto la queja como la falta de información”.
Por otra parte, el Barcelona estudiará si alivia a los 17 ex directivos demandados y abona el dinero que se les reclama en caso de que sean condenados. Joan Laporta amplió un seguro de responsabilidad civil con Zúrich pocos días antes de concluir su último mandato como presidente; ese seguro cubría a su junta ante responsabilidades derivadas de posibles pérdidas económicas hasta los 25 millones de euros. Ahora, la junta presidida por Bartomeu quiere someter a votación de los socios la posibilidad de que el Barcelona se haga cargo de la cantidad a pagar por los antiguos directivos en el caso de que Zúrich no asuma el coste total.
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