La prueba de Arda Turan

Voces, voces y más voces. Pese al parón del campeonato y la desbandada por los compromisos internacionales, la ciudad deportiva del Atlético ha despertado esta última semana y media con los gritos de Simeone. “¡Vamos, vamos! Corran hasta que queden muertos!”, se desgañitaba el técnico en pleno ejercicio. Estajanovista por definición, puntilloso para no dejar ningún hilillo al azar, al técnico le inquieta sobremanera una cuestión. Trabado como está en este inicio de temporada, el juego ofensivo del Atlético precisa un golpe de tuerca que preocupa al preparador y su cuerpo técnico, a la espera de una solución que se está haciendo esperar más de lo previsto. La pieza reactora en cuestión es Arda Turan.

Desde que Cesc le pegase un empellón y dañase su cresta ilíaca el pasado 18 de mayo, el turco se ha movido entre una nebulosa. Su umbral del dolor, más bajo que el de otros compañeros, impidió que participase en la final de la Champions en Lisboa. Después se perdió en las aguas de Antalya (Turquía), donde disfrutó de las vacaciones junto a su amigo Filipe Luis, ahora en el Chelsea. Y a partir del 15 de agosto, su pretemporada se tradujo en largas sesiones en solitario en la ciudad deportiva de Majadahonda, con el objetivo de recuperar y readaptar su carrocería, dañada por una lesión muscular miofascial de grado 2 en el muslo derecho. Ayer, por ejemplo, pasó la jornada recluido en el gimnasio.

Afectado por una lesión en el muslo derecho, se ha estrenado antes con Turquía que con los rojiblancos

Ocurre que, además de las taras físicas, Arda se topó al regreso de las vacaciones con la caseta llena. Emigrado Diego Costa, el club escogió como relevo del ariete a un 9 menos dinámico como es Mandzukic y se cubrió las espaldas con la incorporación de otros tres hombres de ataque: Griezmann, Raúl Jiménez y Cerci. A falta de acoplar al italiano, Simeone añora el último pase del turco y su fútbol transgresor, capaz de romper líneas en un instante. Sin embargo, la lesión de Arda también ha alterado los planes del técnico, que no ha podido ensayar con el 10 y desconoce cómo encajará con las nuevas referencias ofensivas.

La prueba de Arda Turan

De momento, el Atlético no encuentra vías claras hacia el gol. Al equipo le cuesta interpretar los movimientos de Mandzukic, punto final del juego. Es ahí donde aparece Arda, posible solución. El otomano, sin embargo, no termina de arrancar. No disputó ninguno de los dos partidos de la Supercopa de España por sanción ni tampoco estuvo presente en el estreno liguero frente al Rayo ni después ante el Eibar. Pese al contratiempo, viajó hace dos semanas a Turquía para ponerse al servicio de su selección. Se fogueó 25 minutos en un amistoso contra Dinamarca y este martes completó los 90 en la derrota en Reikiavik (Islandia). Arda no pisaba el césped desde el pasado 6 de agosto, cuando se enfrentó en un ensayo contra su exequipo, el Galatasaray.

El turco, por tanto, ha lucido antes este curso la elástica de su selección que la del Atlético. Ahora llega a un escenario modificado, con nuevos compañeros y la necesidad de encontrar y adaptarse a los nuevos automatismos. Es su prueba. “Lo necesitamos, es de los mejores de la plantilla. Marca la diferencia y sabe lo que necesita el equipo en cada un momento. Jugó con Turquía y estamos contentos con ello. Nuestro objetivo será plantearle un partido incómodo al Madrid y con Arda podemos hacerlo”, dice su compañero Juanfran. Y el Atlético le espera.