España no para hasta los 33
Ricky, los Gasol y la segunda unidad aprietan a fondo para doblegar a una correosa Senegal La selección estuvo fallona en el tiro exterior e inferior en el rebote
Ya en octavos de final, ya en Madrid, ya con un pleno de cinco victorias en la mochila y, pese al cartel mate que depara una selección como la de Senegal, tan meritoria y correosa como falta de gancho, España tuvo que apretar a fondo para certificar su pase a los cuartos de final. Ganó con autoridad y se constituyó en poco menos que un Everest para Senegal, pero lo hizo sin la magia y las florituras de otros días. Le costó afinar la puntería, especialmente en los tiros libres y en los triples, Navarro falló mucho más de lo habitual, a Ibaka se le cruzaron los cables y España fue inferior en el rebote. No pudo deslumbrar, pero no paró hasta poner un mundo de por medio: 33 puntos. Ricky, los Gasol y la segunda unidad tuvieron que apretar de firme para marcar diferencias.
España, 89-Senegal, 56
España: Pau Gasol (17), Rudy (5), Navarro (4), Rubio (7) y Marc Gasol (9) -equipo inicial-, Rodríguez (5), Calderón (11), Reyes (11), Claver, Llull (7), Ibaka (11) y Abrines (2).
Senegal: Dalmeida (5), Maleye N'Doye (2), Faye (12), N'Diaye (6) y Dieng (6) -equipo inicial-, Niang (4), Badji (12), Thomas (2), Diop (2), N'Dour (4) y Mamadou N'Doye (1).
Árbitros: Radovic (CRO), Boltauzer (ESL) y Lottermoser (ALE). Sin eliminados.
Palacio de los Deportes, en Madrid. Unos 13.400 espectadores.
A estas alturas de un Mundial, cerrar un partido con semejante ventaja y a pesar de algunas lagunas en su juego, es otro síntoma de la hegemonía del equipo español sobre la mayoría de sus rivales, todos hasta ahora. Será puesto a prueba el próximo miércoles en los cuartos de final de nuevo por Francia, el mismo equipo al que ya venció en la fase de grupos por 88-64.
La epopeya senegalesa, una selección que hace historia para su país, que consiguió el milagro, tal como lo calificaron sus dirigentes, se había consumado al ganarse de manera inesperada el billete para Madrid. Sus victorias ante rivales tan relevantes como Croacia y Puerto Rico delataron el potencial de su juego aguerrido, físico, feroz en el rebote y en los uno contra uno y le dieron una plaza en el baile de los 16 mejores.
El equipo de Orenga continúa lanzado, decidido a no bajar el pistón, a no dejarse distraer por el zumbido ambiental que le acompaña en la misión que se trae entre manos. Con más brillo, con menos, como fue el caso ante Senegal, pero su dominio es incontestable, tan abrumador que solo ha ido por detrás en el marcador nueve minutos en los seis partidos jugados.
El rango de un equipo como Senegal, no daba para montar una noche de gala, pero Pau Gasol, Ricky y compañía empezaron como si tal. La complicidad del base de El Masnou con el pívot de Sant Boi desbordó de entrada a la defensa senegalesa. Pau deslumbró con los alley oops a los que le invitó Ricky. Y a base de velocidad, de ganarle a la contra a Ndiaye, Pau sumó 13 puntos en algo más de ocho minutos. Cuando Ibaka lo relevó y anotó una canasta de media distancia tras una vertiginosa circulación de balón del ataque, dio la sensación de que se rompía el partido (21-12).
Senegal combinó acciones en las que rumió las jugadas con parsimonia con otras muy rápidas en las que perdió más balones de la cuenta, hasta en cuatro ocasiones porque Ricky se lo arrebató. Pero la escuadra senegalesa jugó con decisión la baza física. No se desanimó por los ocho tapones que le privaron de otras tantas canastas. Lo compensó con el rebote y los tiros de media distancia de Faye, Badji y Ndiaye. Se mantuvo al acecho (30-23 cuando habían transcurrido 15 minutos).
España perdió demasiados rebotes en defensa. Como si acusara el cambio de escenario de Granada a Madrid, también firmó un flojo 14 de 24 en tiros libres y un 7 de 23 en triples, que había empezado con un 1 de 11. Navarro falló los cinco que lanzó. Entre eso y la inferioridad en el rebote, le costó al equipo español lucir como en los partidos anteriores.
Los senegaleses estuvieron especialmente agresivos en los uno contra uno. Rudy e Ibaka perdieron los nervios y lo pagaron con faltas técnicas. El día no estaba para florituras. Pero Ricky mantuvo la velocidad de crucero y cerró con siete puntos, cinco rebotes, seis asistencias y cinco robos de balón. El base aportó un caudal de juego a su equipo y desequilibró en el toma y daca.
Gorgui Dieng, la referencia de la NBA en la selección senegalesa, el pívot de 2,11 metros y colega de Ricky Rubio, en Minnesota Timberwolves, estuvo controlado en todo momento por Marc Gasol, excelente en su marcaje individual. El pívot español fue infalible en el tiro y, además de nueve puntos, aportó seis rebotes, cuatro asistencias y cuatro de los 13 tapones que acumuló el equipo. España, con las aportaciones de Calderón, Felipe, Llull e Ibaka, acabó por entonarse, cerró mejor en defensa y amplió la ventaja en el último cuarto hasta dejar meridianamente clara la enorme diferencia que la separa de un rival como Senegal: 33 puntos.
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