El líder total
Pau Gasol guía la voracidad de España en su intento de revalidar la conquista mundialista de 2006 Es el máximo anotador del torneo con 23,7 puntos de media El pívot de los ha conducido al combinado español a las últimas seis finales de grandes trofeos
Hoy, 3 de septiembre, se cumplen ocho años del primer oro mundial del baloncesto español. El tótem de aquella conquista, faro y guía de una generación de leyenda, se ha propuesto celebrar a lo grande el aniversario intentando revalidar, ahora como anfitrión, el título que levantó en 2006 en Saitama. "Fue un momento histórico para nuestro baloncesto, para nuestro deporte y para todos los que ganamos aquella medalla. Ahora tenemos el sueño y el objetivo de repetirlo y de hacerlo en casa, que es especial. Tenemos todas las ganas y toda la ilusión. Estamos especialmente centrados y tener a la afición apoyando es un impulso muy grande. Hay que seguir con esta concentración y ese hambre de querer ganar a todos los rivales", cuenta Pau Gasol. Hasta que alguien demuestre lo contrario, el mejor jugador de este Mundial.
Su vigoroso arranque de campeonato le ha convertido en el máximo anotador después de tres jornadas (23,7 puntos de media por partido) y ha refrendado su determinante liderazgo en la selección española. "Marca la diferencia. Su impacto en el equipo es increíble. Es un jugador único que no tienen los demás", repite el seleccionador, Juan Antonio Orenga, tras cada encuentro. "En la selección siempre me encuentro muy arropado y muy cómodo. Tenemos un equipo de lujo, con jugadores con los que disfruto mucho dentro y fuera de la pista", reconoce Pau, que antes de iniciar la preparación repitió las claves del éxito del equipo. "El secreto de esta racha histórica es el talento, el trabajo, la humildad, la experiencia, y, sobre todo, la convivencia. Somos una familia y eso es un tesoro". Es su regreso a la selección tras la ausencia del pasado Eurobasket y llega voraz y afinado.
Recuperado de los vértigos que le hicieron perderse los últimos partidos de la temporada, Pau comenzó en abril a preparar la cita mundialista
Recuperado de los vértigos que le hicieron perderse 12 de los 13 últimos partidos de la temporada con los Lakers, Pau comenzó en abril a preparar, en silencio y con meticulosidad, la cita mundialista. Con más margen de descanso que nunca (98 días), con tiempo para restañar las heridas y para afilar los colmillos, con espacio para hormigonar su reivindicación tras un par de años de adversidades, críticas y desafecto en Los Ángeles. "Me encuentro fenomenal. He tenido tiempo de desconectar, de cargar pilas de prepararme y de tener ganas de baloncesto", explica.
El 1 de julio se convirtió en agente libre y comenzó a escuchar ofertas. En la más adversa de sus 13 temporadas en la NBA, concluyó con 17,4 puntos, 9,7 rebotes, 3,4 asistencias y 31,4 minutos de media por partido en su expediente y, a sus 33 años, le llegaron propuestas a granel. Eligió la de los Chicago Bulls priorizando lo deportivo sobre lo económico. Su ambición competitiva en busca del que sería su tercer anillo le llevó a renunciar a dos tercios de su sueldo (de 14,2 millones de euros anuales a 4,7), lo que ahora le situará como el cuarto español en ganancias de la liga estadounidense por detrás de su hermano Marc, Ricky, Ibaka y Calderón y solo por encima de Claver. Antes de debutar en el United Center tiene enfilado este Mundial.
Desde que debutara con España un 15 de agosto de 2001, Pau colecciona en su palmarés ocho medallas (tres oros, cuatro platas y un bronce) en 10 campeonatos, ha conducido al equipo hasta sus últimas seis finales en grandes torneos y se ha convertido en el cuarto máximo anotador de la historia de la selección (2.778 puntos) por detrás de Epi (3.330), Emiliano Rodríguez (2.879) y Wayne Brabender (2.861). Si mantiene su regularidad de cara al aro, en este mismo Mundial ascenderá al segundo puesto del que le separan 101 puntos. En su condición de líder total, encabeza la estadística de puntos, rebotes, tapones y valoración en el conjunto de Orenga y despierta la admiración de compañeros y rivales. "Es el jugador más dominante del mundo en competiciones FIBA. Es nuestro icono", dice Ricky Rubio. "Es el pilar de un grupo cargado de fuerza y carisma. Un grandísimo campeón", añade el seleccionador serbio, Sasha Djordjevic. "Es muy inteligente y transmite una seguridad y una confianza increíbles a sus compañeros", completa el pívot francés Boris Diaw, que mañana se medirá con él en el España-Francia. Con Pau en el equipo, la selección española ha ganado el 82% de los partidos que ha disputado en Mundiales, Europeos y Juegos, torneos en los que el pívot de Sant Boi suma una media de 20,2 puntos por encuentro.
De los 51 jugadores nba que están presentes en el campeonato, Pau es, de calle, el que más partidos acumula en la liga estadounidense: 1010, más que la suma de internacionalidades de la mitad de la selección de USA Basketball; el doble que Rudy Gay, el más veterano del equipo de Krzyzewski. El mejor jugador de la historia del baloncesto español se ha tomado la cita como una misión especial y en su anhelo por alcanzar el segundo oro mundial para España puede convertirse en el primer jugador de la historia en lograr dos MVP's en el torneo. Ya logró el galardón en 2006 con 18,9 puntos y 8,3 rebotes por partido en su hoja de servicios, lo que le valió un hueco en una lista con nombres míticos como Belov, Kikanovic, Dalipagic, Petrovic, Kukoc, Bodiroga, Nowitzki o Durant. Ocho años después va camino de superar esos números. El próximo rival: Francia, la campeona de Europa. "Sufrí desde la grada la derrota en el pasado Eurobasket y claro que hay ganas de ganarles", anuncia Pau. Un líder de campeonato para un equipo de leyenda.
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