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MUNDIAL 2014 | BRASIL
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Es necesario llevar a cabo una limpieza

En el fútbol brasileño ha habido en los últimos años un vacío y una falta de talentos en el medio del campo del estilo de Xavi

Fred, Fernandinho y David Luiz se lamentan tras un gol de Alemania
Fred, Fernandinho y David Luiz se lamentan tras un gol de Alemania DAMIR SAGOLJ (REUTERS)

El 8 de julio de 2014 será recordado como el día en el que Brasil perdió su postura, la arrogancia de tener siempre el mejor fútbol del mundo, incluso cuando no posee un buen equipo. Fue un espectáculo individual y colectivo de los alemanes. Los españoles deberían estar orgullosos porque la principal calidad de Alemania, la de dominar el partido y el balón en el mediocampo, es la continuación del estilo español que me encantó a mí y a todo el mundo.

Espero que este fracaso brasileño no sea visto como un partido atípico, como dijo Felipão en la rueda de prensa tras el partido. El fútbol brasileño debería aprovechar ese triste momento para revisar obsoletos y mediocres conceptos que han impregnado durante mucho tiempo nuestro fútbol, nuestros entrenadores —incluído Felipão— y parte de la prensa.

La primera medida técnica sería acabar con la absurda división que ha habido en las últimas décadas en el mediocampo, entre mediocentros defensivos, que solo juegan para proteger a los defensores y a los laterales, y los mediocampistas ofensivos, que actúan desde la medular hacia el gol.

Se deberían revisar obsoletos y mediocres conceptos que han impregnado durante mucho tiempo nuestro fútbol, nuestros entrenadores y parte de la prensa

Eso hizo que hubiera un vacío y una falta de talentos en el medio del campo. Desaparecieron del fútbol brasileño grandes mediocentros como Kroos, Schweinsteiger, Xavi, Pirlo, Modric, entre otros. Hubo también una proliferación de jugadores veloces, que corren todo el partido con el balón y para recibirlo delante. Disminuyeron el número de pases, los precisos lanzamientos, los pases combados, la habilitad de driblar y de crear efectos especiales para librarse de los adversarios y/o embellecer el espectáculo.

Predominan los disparos hacia adelante, los largos lanzamientos, el juego aéreo, el exceso de faltas, el balón parado y un juego feo. Peor: a veces funciona y el equipo gana.

Todos nos ilusionamos porque, debido a la victoria frente a España en la Copa de las Confederaciones, el hecho de jugar en casa, la implicación emocional de los atletas, el himno cantado con emoción y la fama de Felipão en ser bueno en partidos eliminatorios, Brasil podría ganar el Mundial.

Estoy triste, muy triste, indignado. Todo el mundo está triste, pues todos siempre han admirado el fútbol brasileño. Pero tengo la esperanza de que este histórico agravio sea el inicio de grandes cambios, dentro y fuera del campo, desde las categorías de base. Es necesario llevar a cabo una limpieza, de verdad.

Eduardo Gonçalves de Andrade, Tostão, fue uno de mejores jugadores del Brasil del 70 y actual columnista de la Folha de São Paulo.

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