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Scolari esconde sus cartas para la semifinal

"Tengo un equipo, pero no lo voy a divulgar”, afirmó en el estadio Mineirao de Belo Horizonte el seleccionador de Brasil

Luis Felipe Scolari durante un entrenamiento en Brasil
Luis Felipe Scolari durante un entrenamiento en BrasilVANDERLEI ALMEIDA (AFP)

Luis Felipe Scolari ya tiene el once que dispondrá el martes para vencer a Alemania y ganarse un hueco en la estelar final de Maracaná el próximo domingo. “Tengo un equipo, pero no lo voy a divulgar”, afirmó esta tarde en el estadio Mineirao de Belo Horizonte (sede de la semifinal), adonde se desplazó en helicóptero con el suspendido capitán, Thiago Silva, para cumplir con la obligación que impone la FIFA a todos los seleccionadores de dar una rueda de prensa en la víspera de cada partido. Un detalle que irritó adicionalmente a ‘Felipao’, ya visiblemente molesto con la FIFA por las tres decisiones que ha anunciado su Comité Disciplinario en las últimas 24 horas: castigar con tres partidos adicionales al director de comunicación de la selección, Rodrigo Paiva, por su puñetazo al jugador chileno Pinilla en el túnel de vestuarios durante el descanso del partido de octavos; no atender la petición oficial de anular la tarjeta amarilla mostrada por el árbitro Velasco Carballo a Thiago Silva en los cuartos de final (que le impide jugar mañana: será sustituido por Dante); y no sancionar al lateral colombiano Camilo Zúñiga por el rodillazo que le fracturó una vértebra a Neymar, dado que el lance fue observado por el colegiado español y no le mereció mayor penalización.

“La FIFA dice que lo de Zúñiga fue un lance normal, pero yo soy central y sé cómo se marca y ese tipo de marcaje no es normal”, afirmó en la misma rueda de prensa Thiago Silva, uniéndose al coro de voces destacadas (entre ellas Ronaldo) que en los últimos días han acusado al colombiano de lesionar intencionadamente a la estrella brasileña y solicitaron una sanción ejemplarizante en línea con el castigo aplicado recientemente a Luis Suárez. Se da la circunstancia de que Silva había defendido a Zúñiga poco después del final del encuentro, “por conocerle de la Liga italiana” y “saber que no tiene mala intención”. El jugador colombiano, de 28 años, ha recibido insultos racistas y amenazas de muerte extensibles a su hija. Una minoría de comentaristas brasileños ha cuestionado durante el lunes la reacción inquisidora del fútbol y gran parte de la afición con el jugador colombiano si se tiene en cuenta que la ‘Canarinha’ superó en faltas a Colombia en el partido de cuartos (31-23) y se aplicó con dureza en el encuentro (como reconoció incluso el propio Scolari, que acusó al Velasco Carballo de no haber parado a tiempo el juego brusco de ambos equipos). La FIFA desmintió con gran indignación una información aparecida la mañana del lunes en el diario sensacionalista alemán Bild según la cual la FIFA, en una directiva secreta, habría invitado a los árbitros a usar el menor número de tarjetas amarillas durante el Mundial para evitar suspensiones y proteger el espectáculo.

Scolari ha debido de extraer conclusiones definitivas, pues, del entrenamiento variado que realizaron los 22 jugadores disponibles antes de abandonar su concentración de Teresópolis rumbo a Belo Horizonte. Su primer once fue el más defensivo: Julio César; Daniel Alves, David Luiz, Dante, Marcelo; Luiz Gustavo, Fernandinho, Paulinho; Oscar, Hulk y Fred. Después introdujo a Willian (probable reemplazo de Neymar para la prensa brasileña) en lugar de Paulinho y le colocó de interior derecho, resguardando el renovado papel central de Óscar como ‘cerebro’ del equipo. Posteriormente daría entrada sucesivamente a Bernard, Maicon, Hernanes y Jô, probando diversas escuadras.

Además de no revelar datos sobre su formación, Scolari admitió haber conversado con Dante (futbolista del Bayern de Munich) y Luiz Gustavo (Wolfsburgo) sobre rasgos de la selección alemana. “Ellos son importantes con algunas informaciones sobre cómo juegan; hablan mucho sobre sus colegas y cómo se comportan”. Cualquier recurso sirve para doblegar a los teutones y entregarle la victoria al pueblo y al ídolo caído: “Neymar ya hizo su parte… Ahora nosotros tenemos que hacer la nuestra. Yo, los jugadores, todo el pueblo brasileño. No vamos a estar jugando sólo por nosotros, por nuestro país, por todo lo que imaginamos o soñamos, sino también por Neymar, por todo lo que hizo por nosotros”.

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