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La FIFA fracasa en su lucha contra el racismo

El vicepresidente, Jeffrey Webb, admite que "lamentablemente no se han hecho todos los esfuerzos para penalizar estos actos"

Aficionados de Brasil mostrando pancartas contra el racismo.
Aficionados de Brasil mostrando pancartas contra el racismo.AFP

La FIFA y el Gobierno de Brasil han prometido durante meses que este Mundial sería la Copa contra el racismo, la discriminación y la xenofobia. La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, invitó incluso a líderes religiosos de todo el mundo a que se manifestasen contra el racismo durante "el Mundial de los Mundiales, que será también el Mundial de la Paz y el Mundial contra el Racismo". El órgano que rige el fútbol mundial ha escogido la ronda de cuartos de final para celebrar sus "Días Anti-Discriminación": "usar la plataforma de este acontecimiento futbolístico estelar para transmitir una señal clara a millones de personas en el planeta de que se sumen a la lucha contra cualquier forma de discriminación". Sin embargo, su propio vicepresidente, Jeffrey Webb, reconoció esta mañana que "lamentablemente, no se han hecho todos los esfuerzos necesarios para penalizar estos actos".

A su lado estaba Claudio Sulser, presidente de la Comisión Disciplinaria de la FIFA, que decidió la semana pasada no castigar los cánticos homofóbicos ("¡Putoooo!") proferidos por la hinchada mexicana cada vez que un portero rival sacaba de puerta, ni tampoco ha atendido diversas reclamaciones de que se castiguen pancartas nazis mostradas por un grupo de aficionados croatas y rusos en la primera fase del torneo. Sulser, en el ojo del huracán por la implacable sanción a Luis Suárez y su lenta o inexistente respuesta en otros casos polémicos, trató de explicar a los periodistas reunidos en Maracaná que la Comisión optó por dejar impunes los cánticos mexicanos "porque no eran un insulto dirigido a una persona concreta". "Hubo un largo debate interno", reconoció el ex futbolista suizo: "Objetivamente son ofensivos; pero no se dirigían a un hombre en particular". Respecto a las enseñas nenonazis, dijo que había sido imposible comprobar de qué país eran sus portadores, "dado que en un Mundial hay aficionados de muchos países". "¿Quién metió la pancarta? ¿Por qué castigar a la Federación de Croacia? No podemos hacer juicios de intenciones". "No estoy de acuerdo con ese comportamiento", concluyó, "pero los espectadores forman parte de nuestra sociedad".

Claudio Sulser, presidente de la Comisión Disciplinaria de la FIFA, decidió la semana pasada no castigar los cánticos homofóbicos ("¡Putoooo!") proferidos por la hinchada mexicana

El vicepresidente de la FIFA, que preside también el Equipo de Trabajo contra la Discriminación y el Racismo, desautorizó a Sulser: "Para nosotros esos casos sí son discriminación, se dirijan a una persona o contra todos". Explicó llanamente que la FIFA no había atendido una propuesta de su grupo, hecha en marzo pasado, para crear la figura del 'Oficial Anti-Discriminación', que existe ya en asociaciones regionales como la UEFA o la CONCACAF. "Esta es nuestra máxima prioridad", continuó un sincero Webb. "Había recursos para utilizar: la UEFA o la CONCACAF tienen estos funcionarios desde hace años". ¿Por qué no se han utilizado en este Mundial?, inquirió un reportero brasileño. "Pregúntele al secretario general de la FIFA", respondió Webb.

Los 'Oficiales Anti-Discriminación' son agentes entrenados para seguir específicamente conductas discriminatorias en los estadios y redactar informes con pruebas documentales que permitan su persecución por parte de la Comisión Disciplinaria. La FIFA alega que no había tiempo para formar agentes suficientes para las 32 delegaciones, pero su vicepresidente lo niega. Estos oficiales llevaron, por ejemplo, a castigar a la selección de Rusia con 6 puntos para la fase de clasificación a la Eurocopa 2016 después de que algunos hinchas desplegaran pancartas ofensivas y llamaran "monos" a jugadores de color en la Eurocopa 2012.

La 'tolerancia cero' prometida por Joseph Blatter, presidente de la FIFA, no tendrá mucha repercusión en esta Copa. "El fútbol no ha abrazado la diversidad y la integración", explica Jeffrey Webb. "La mezcla que se ve en los terrenos de juego no se refleja en los Consejos de Administración de clubes y asociaciones". "Está claro que hacen falta castigos más severos", opina el ex futbolista brasileño Cafú, presente en la comparecencia.

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