Neymar contra James, las dos caras del gol
Frente al agarrotamiento de Brasil, solo aliviada por el desborde y los tantos del barcelonista, Colombia juega con el desparpajo que representa la nueva estrella
Brasil quedó paralizado por el miedo en su partido contra Chile y todavía anda angustiado al encuentro de Colombia. Felipão parece un militar populista en sus arengas, el capitán Thiago Silva ha sido señalado por retirarse a rezar durante la tanda de penaltis contra el equipo de Sampaoli, los responsables de prensa se pelean con las delegaciones contrarias y se ha llamado a un grupo de psicólogos para reactivar al equipo en su camino al hexa.“Hay que hacer valer el peso de la zamarra”, ha dicho Fernandinho, que se mantendrá en la alineación mientras Paulinho juega por el sancionado Luis Gustavo.
La bronca ha alcanzado incluso a Neymar. El niño divertido habla ya como si fuera un veterano cuando se le pregunta por el mal juego de Brasil: “No hemos venido a dar espectáculo sino a ganar la Copa del Mundo”. A Neymar ya no se le pregunta por la cita con Messi sino por James Rodríguez, síntoma de que hay una nueva estrella en la Copa, señal de que ha disminuido la confianza en Brasil. “Un excelente jugador”, responde el brasileño sobre el colombiano. “A su edad [22 años] ya es un crack, pero con todo mi respeto espero que su carrera en el Mundial acabe en los cuartos de final”, añade el barcelonista sobre la cita de hoy en Fortaleza.
Las dos figuras tienen la misma edad, 22 años, ambos visten el ‘10’ y ya son padres
James Rodríguez tiene la misma edad que Neymar, y también viste el 10. El brasileño, sin embargo, ya es una celebridad cuyos ingresos se estiman superiores a los 20 millones de euros si se contabiliza la publicidad, símbolo como es de Brasil (35 goles en 53 partidos). El colombiano, que fue traspasado el año pasado del Oporto al Mónaco por 45 millones y percibe una ficha cercana a los 4,5 millones, aspira ahora a jugar en un equipo como el Madrid. Hoy es la cara del éxito de Colombia. Un futbolista que juega con gran desparpajo frente al agarrotamiento de Brasil, solo aliviado por los cuatro goles de Neymar.
El brasileño es una celebridad cuyos ingresos se estiman en 20 millones de euros anuales
James suma cinco y dos figuran en el catálogo de los mejores del torneo, sobre todo el 1-0 que le marcó a Uruguay, cuando se giró de espaldas a la portería y enganchó un tiro a la base del larguero de Muslera. El jugador de Cúcuta (10 tantos en 26 internacionalidades) es el pichichi de la competición y un buen pasador (71% de acierto). Funciona como delantero y como centrocampista: ya lleva dos asistencias y fue el número uno en la pasada Liga de Francia. Muy bien conectado con Cuadrado, James provoca la admiración de los que fueron representantes brasileños del jogo bonito ahora defendido por Colombia.
Ausente por lesión Falcao, James ha tenido más espacio y panorámica de juego en la cancha y ha asumido una mayor responsabilidad en el equipo de Pékerman. No le pesan los galones, actúa con desparpajo y su juego es atrevido y alegre, siempre bien definido, habitualmente por su exquisita zurda. A diferencia de Neymar, vinculado empresarialmente a su padre, el valedor de la carrera de James no ha sido su progenitor, un futbolista colombiano que abandonó a la familia cuando el chico tenía tres años, sino su madre, que cuidó siempre de su carrera y la acompañó hasta Argentina cuando fue fichado por Banfield.
Ausente por lesión Falcao, Rodríguez ha tenido más espacio y panorámica de juego
Nunca ha sido un futbolista anónimo desde que fue la figura junto con Quintero del torneo Pony Fútbol que se celebra en Medellín. Fichado por el Envigado, se formó después en el Banfield, que negoció su traspaso al Espanyol —el club catalán no pudo aportar los avales para su incorporación— y más tarde triunfó en el Oporto con Falcao y Hulk, hasta que llegó ya como una estrella al Mónaco. James, que de pequeño tuvo que acudir a un logopeda, está casado con la hermana del portero Ospina, a la que conoció fuera del círculo futbolístico, y tiene una hija de nombre Salomé. Neymar tiene un hijo varón: Davi Lucca.
El colombiano, traspasado el curso pasado del Oporto al Mónaco, aspira a un equipo como el Madrid
Ambos son el santo y seña de sus respectivas selecciones en un partido que para Colombia llega cuando se cumplen 20 años del asesinato de Andrés Escobar, el futbolista que recibió 12 balas, descerrajadas una a una al grito de gol. Hoy el fútbol colombiano parece rebosar salud en el atormentado Brasil. Ya no se ríe ni Neymar, el joven que juega con Messi en el Barça desde la temporada pasada, saldada con 15 goles en 41 partidos. Necesita Brasil conectar con el agitador Neymar, un excelente funambulista, mientras Colombia sabe cómo encontrar al sosegado James.
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