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El poder de las manoplas

Los encuentros abiertos del Mundial subrayan a los goleadores y sobre todo a los porteros, tan variopintos como excelentes

Jordi Quixano
Keylor Navas para el penalti de Gekas.
Keylor Navas para el penalti de Gekas.Jeff Gross (Getty Images)

“Los porteros nacemos en el fútbol con una frase muy cruel”, explica Santiago Cañizares, exguardameta del Madrid y Valencia, entre otros; “una frase que nos repiten desde el primer día en que nos ponemos los guantes. ‘¡Qué malo eres!’, grita cualquier padre en el campo. Y eso nos hace madurar antes, asumir la presión”. Coletilla, en cualquier caso, silenciada en el Mundial de Brasil.

El sistema 5-3-2, los carrileros como extremos, el calor, entradas escalofriantes como las de Sakho o Matuidi, el mordisco de Luis Suárez, la puntualidad del gol de Neymar, Messi o Benzema… Definiciones de esta Copa del Mundo que, sin embargo, no resiste comparación en cuanto a goles (154, récord hasta la fecha) y a los espectaculares duelos de ida y vuelta donde los delanteros se relamen y los porteros, los enemigos del gol, sobresalen. Es el Mundial del vértigo, del fútbol alegre y vertical, también de correcalles; torneo donde porteros consagrados o efervescentes expresan mejor que nunca el poder de las manoplas.

Los porteros del Mundial.
Los porteros del Mundial.

“Es la Copa del Mundo de los porteros”, esgrime José Manuel Ochotorena, entrenador de los metas de la selección española; “porque es un torneo muy abierto y se dan muchas llegadas”. Se suma Cañizares: “Paran mucho porque la mayoría ha llegado al Mundial en su mejor momento”. Recoge el testigo Xavier Valero, entrenador de porteros de Rafa Benítez en el Liverpool, Inter, Chelsea y Nápoles: “Hay muchos goles porque los equipos hacen planteamientos ofensivos y juegan sin miedo, por lo que los metas se ven muy solicitados”. Abunda César Sánchez, que defendió los palos del Madrid, Tottenham y Valencia, entre otros, para dar una explicación a tantas ocasiones: “Son duelos abiertos porque el calor y la humedad repercute en el cansancio, por lo que se generan más espacios y el portero interviene más y de forma más espectacular”. Y amplía Mikel Insausti, entrenador de arqueros del Zaragoza: “Todos se fían a sus metas. Sólo hay que ver cómo en las prórrogas buscan la tanda de penaltis”.

El mexicano Ochoa desquició a los delanteros de Brasil porque el molinillo de sus brazos no dejó entrar balón alguno. El estadounidense Howard casi puede con Bélgica al realizar 15 paradas, récord mundialista. Keylor Navas y Julio César fueron capitales en las tandas de penaltis que ganaron Costa Rica y Brasil. “Romero está a un gran nivel, por más que muchos lo discutieran”, le defendió el seleccionador argentino, Sabella. El alemán Neuer desarboló las contras de Argelia al instalar sus aposentos fuera del área. El chileno Bravo paró todo menos las penas máximas ante Brasil. El belga Courtois sólo ha encajado dos goles, uno de penalti. “Pero yo me quedo con Navas, que está haciendo un Mundial espectacular”, escoge Ochotorena. “Yo con Courtois, que se ha confirmado como la figura emergente, pero también con Navas, Ochoa, Howard...”, amplía César. “Courtois es el mejor del mundo, aunque yo no alucino con Navas porque sé lo bueno que es. Quizá la sorpresa es Ochoa, que ha estado a un gran nivel”, cuenta Cañizares. “Me encanta la personalidad y presencia de Neuer, además de la consolidación internacional de Navas. Y también Ochoa”, apunta Valero. “Keylor es un animal, pero me ha sorprendido M’Bolhi [Argelia]”, apostilla Insausti para clarificar que los metas africanos como M’Bolhi y Enyeama (Nigeria) han discutido la tesis de que paran lo difícil y encajan lo fácil.

“El cansancio se traduce en espacios y exige más paradas de los metas”, expone César Sánchez

“El fútbol ha evolucionado en todos los países y los africanos ya son muy competitivos”, dice Valero. César corrige: “Dan mucho espectáculo, pero les falta solidez”. No opina igual Insausti: “Antes eran una comedia, pero ahora siete de los ocho finalistas se entrenan en Europa y adquieren las costumbres de aquí”. Remata Cañizares: “Siempre nos habíamos quejado de su técnica, pero en África ya hay escuelas, sus porteros salen pronto a Europa y trabajan con nuestra metodología”.

El trabajo de los porteros es un fenómeno relativamente moderno, hasta el punto de que en España no se introdujo la figura del entrenador de guardametas hasta el inicio de este siglo. “Creo que Grecia no tenía esta figura en la Eurocopa de 2004, la que ganaron”, revela Ochotorena; “y en España el precursor fue Manolo Amiero en el Madrid, además de Julen Lopetegui [ahora técnico del Oporto] en la selección, Iribar en el Athletic y Frans Hoek en el Barça de Van Gaal”. Un cargo, en cualquier caso, capital. “Cuando yo empecé, de vez en cuando el segundo entrenador te dedicaba unos minutos”, interviene César; “ahora es indispensable para conocer al rival, mejorar en la disciplina y hasta mantener la concentración. Pero sobre todo es importante por el juego de pies, tan reclamado en la actualidad”. Ahí destaca Bravo, que lidera la tabla de pases de porteros en el Mundial, con 116. Le siguen Neuer (92), Navas (86) y M’Bolhi (83).

“El portero ahora es mucho más participativo en las dos fases del juego. El ejemplo es Neuer, un espectáculo en las coberturas, pero también un valor en el primer pase”, expone Valero. “Y con los vídeos también se trabaja ahora mucho”, añade Insausti; “guardamos infinitos vídeos y golpeos de los rivales para los nuestros. ¿Sabes cuánto puede valer parar un penalti en el Mundial?”. Que se lo digan a Julio César o Navas, que clasificaron a sus selecciones para cuartos. Otro ejemplo de que en Brasil mandan los guantes.

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