Suárez llega casi de incógnito a Uruguay y se atrinchera en su casa
El jugador evita a los aficionados y al presidente Mujica, que le esperaban en el aeropuerto El delantero recibe el apoyo de Maradona entre las acusaciones a la FIFA
Luís Suárez ya está en Montevideo, atrincherado con su familia en la localidad periférica de El Pinar, después de llegar de madrugada casi de incógnito a su país natal. La prensa local solo pudo mostrar la foto de una camioneta blanca, rodeada de bruma, en la que viajaba el héroe caído por morder a un rival.
En vano y en medio del frío centenares de personas esperaron la llegada del jugador durante buena parte del jueves. A las cinco de la tarde llegaron los primeros grupos, decididos a desagraviar al delantero, pero las continuas demoras y el silencio de las autoridades fueron alargando las horas, hasta que la visita del presidente uruguayo José Mujica hizo pensar que el aterrizaje era inminente. Pero al rato Mujica se fue y quedó claro que no habría regreso triunfal de Luís Suárez a Uruguay.
El objetivo de la reunión entre Suárez, su abogado y Tabárez ya nada tenía que ver con el Mundial sino sobre cómo salvar al jugador estrella de La Celeste, cómo protegerlo
¿Qué pasó durante esas largas horas? Fuentes cercanas a los abogados del "pistolero" evocaron para EL PAÍS una reunión discreta, con pocos participantes, llevada a cabo en Brasil. Allí habría estado Suárez, su abogado Alejandro Balbi y el entrenador de La Celeste, Oscar Washington Tabárez. El objetivo del encuentro ya nada tenía que ver con el Mundial sino sobre cómo salvar al jugador estrella de La Celeste, protegerlo. Se acordó que esquivaría a la prensa y a la multitud en Montevideo para evitar "cualquier declaración argentina", lo cual en la jerga local quiere decir evitar una frase salida de tono.
Los abogados de Suárez tienen tres días para presentar un recurso ante la FIFA con el objetivo de limitar el castigo. Se mueven ante una instancia judicial particular, que se atiene a un reglamento interno, tiene una jurisdicción limitada al universo del fútbol pero es todo poderosa, funciona sin jueces profesionales, pude darle importancia o no a las pruebas o a la presunción de inocencia.
Salvar a Suárez, al jugador que vale millones. Los abogados uruguayos no descartan recurrir al desconocido TAF o Tribual Arbitral del Fútbol, con jurisdicción para ocuparse de los problemas entre la FIFA, las confederaciones, asociaciones nacionales, ligas, clubes y jugadores.
Cabe preguntarse si el presidente José Mujica sabía que Suárez nunca se bajaría del avión el jueves por la noche cuando decidió unirse a los aficionados y visitar el aeropuerto internacional de Carrasco. En todo caso, allí protagonizó un dialogo televisivo por Telesur con Diego Armando Maradona y naturalmente hubieron "declaraciones argentinas".
Cabe preguntarse si el presidente Mujica sabía que Suárez nunca se bajaría del avión el jueves por la noche cuando decidió unirse a los aficionados y visitar el aeropuerto
"Tiramos para afuera a Italia e Inglaterra, cuánta guita (dinero) perdieron", arrancó Mujica, alimentando la tesis nacional de que semejante sanción nunca habría sido impuesta a la estrella de un país rico o poderoso. En su salsa, Maradona respondió acusando de dudosa moralidad a la FIFA, convirtiendo a Suárez en la bandera de los pobres e incomprendidos.
La FIFA "de los que vienen de abajo no entienden nada", añadió el presidente uruguayo, antes de describir al delantero como un niño pobre acostumbrado a luchar y a los dirigentes del fútbol mundial como unos despiadados clasistas.
A todo esto, mañana hay partido, Uruguay juega contra Colombia en el estadio de Maracaná por octavos de final y nadie habla ya de La Celeste. Las cámaras captaron la llegada de los jugadores a Río de Janeiro anoche con caras largas. El entrenador Tabárez contaba con tener a Suárez con la selección, aunque fuera como un amuleto, hasta el final del Mundial. Su expulsión de cualquier recinto deportivo por cuatro meses se vivió de manera muy dura en el plantel uruguayo. Tienen poco menos de 24 horas para reponerse y reorganizarse, con un país detrás que clama venganza y victoria.
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