Costa Rica, el buen humor y el ‘catenaccio’

Hubo aficionados que se lanzaron con sus autos a la calle para celebrar en caravana el 3-1 contra Uruguay. Hubo otros que abarrotaron una rotonda llamada Hispanidad pero que bien podría llamarse ‘fiestódromo’. Hubo otros que, entonces sí, corrieron a comprar la camiseta roja de la Selección tica, que llegó a Brasil como la cenicienta y resultó ser la sorpresa del arranque del Mundial de Fútbol.

El triunfo del sábado contra Uruguay cambió el clima futbolero en este país centroamericano y clavó el sentimiento de “sí se puede” para enfrentar este viernes a la poderosa Italia, que venció el mismo sábado a Inglaterra 2-1 (Grupo D). Un triunfo de los centroamericanos los llevaría a la clasificación segura a segunda ronda, algo que solo ha logrado el equipo considerado histórico que participó en Italia 90. Curiosamente allá, en Italia.

“La gente compra por igual la roja (camiseta del primer uniforme) y la de blanco y negro (la que vistió Costa Rica hace 24 años). Se las llevan como locos después del partido con Uruguay, porque antes estaba fría la venta. Para mí, esto es un termómetro de cuánta fe tiene la gente de que la Sele pueda abrir eso que llaman catenacho (catenaccio, cerrojo) o algo así”, dice jugando a experto Mario Zúñiga, vendedor de banderas y camisetas en una rotonda cercana a la de la Hispanidad, en San José. Esto lo dijo aún sin conocer que Uruguay derrotaría por la tarde de este jueves a Inglaterra y la dejaría dependiendo de una carambola matemática para clasificarse a segunda ronda.

Para este viernes, el clima tibio (más de 30 grados) y húmedo de Recife podría favorecer a los ‘ticos’ contra la azurri, dice la prensa local. Habla de la picardía del delantero Joel Campbell (figura del primer juego y ficha del Arsenal inglés), de la velocidad del equipo, de la disciplina táctica y del subidón de optimismo. Pero habla también del poderío del atacante Mario Balotelli y del juego inteligente de Andrea Pirlo, del sistema ultraprobado de los italianos y de los escasísimos antecedentes de enfrentamientos entre Costa Rica e Italia.

La Sele pueda abrir eso que llaman catenacho (catenaccio, cerrojo) o algo así”, dice Mario Zúñiga, vendedor de banderas

Solo se registran tres juegos: uno olímpico, otro en categoría juvenil y otro en femenino. Nunca antes los seleccionados mayores de estos se han topado en una competición oficial. Este juego es tan inédito como valioso para ambos cuadros. Italia también podría clasificarse directo a octavos de final y olvidar el fiasco que sufrió en Sudáfrica 2010. Cualquier encuesta favorecería a los azules, pero los ‘ticos’ han aprendido a desconfiar de las encuestas. Igual, muchos daban por ganador a Uruguay el sábado pasado.

El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, se ofreció como testimonio de cómo sucumben las encuestas (su triunfo electoral no pronosticado). En una quiniela pondría 1-0 para los costarricenses. Va mejorando: la semana pasada decía que la Selección de Costa Rica haría su mejor esfuerzo.

El Gobierno ha dado permiso para que sus trabajadores sigan el juego por televisión. Escuelas y colegios están también autorizados para suspender actividades normales por dos horas y cruzar los dedos para que Costa Rica prolongue su sorpresa mundialista. Nadie puede garantizar que la jornada laboral se cumpla completa si los dirigidos por Jorge Luis Pinto vuelven a convertir en polvo las apuestas.

“A Italia me la conozco como mi mano”, declaró Pinto al diario deportivo Al Día. Se declara estudioso y admirador del futbol italiano y del andamiaje del catenaccio. Dice que no es cierto que los italianos sean tan defensivos. Está claro que lo dice alguien a quien se le considera más defensivo de lo conveniente, aunque él insista en rechazarlo. Lo suyo es el método, el ensayo, el orden táctico, la línea de 5 en el fondo y un esquema que catapulte para el contraataque con la velocidad, sobre todo con Campbell, ahora en la mira de todos.

Le funcionó contra Uruguay y espera le funcione contra la dueña de la patente. Italia, el nombre que evoca el buen recuerdo de hace 24 años, será la forma de saber si la victoria del sábado fue solo un feliz accidente o el primer paso de la irreverencia tica en el “grupo de la muerte”.