Kawhi, en el nombre del padre
Leonard destapa el volcán ofensivo de los Spurs ante Miami: 55 puntos en 16 minutos Su mentor fue asesinado cuando él tenía 16 años
“Creo que mi padre estaría orgulloso de mí. Pero tengo que seguir adelante”. Lo afirmó Kawhi Leonard hace un año, durante las finales, la primera vez que asombró a la NBA. El tímido jugador de los Spurs debió experimentar el mismo sentimiento tras el mejor partido de su carrera, el martes en el American Airlines de Miami. A punto de cumplir 23 años, obtuvo la mayor anotación de sus tres temporadas en la NBA, 29 puntos, y destapó el volcán ofensivo con el que San Antonio doblegó a los ganadores de los dos últimos anillos (92-111). Los Spurs, empeñados en desquitarse, dominan ahora por 2-1.
La victoria del equipo tejano se fraguó en un inicio de ensueño. Su demoledor ataque se reflejó en un marcador inaudito: 30-55. ¡55 puntos! en 16 minutos. Una barbaridad, con un 90% de acierto en el tiro. En ese intervalo, Leonard, sumó 18 puntos y no falló ningún tiro. Los Spurs batieron un par de récords en la historia de las finales: en porcentaje de acierto en un cuarto (86.7% superando el 85% de los Bulls en el segundo partido de 1991 contra los Lakers) y en el descanso (75.8% superando el 75% de Orlando en el tercer partido de 2009 también contra los Lakers). Ningún equipo conseguía 41 puntos en un primer cuarto desde las finales de 1967.
No se detuvo a nadie por el suceso; “ahora, solo trato de no pensar en ello”, afirma Kawhi
Leonard se encargó también del marcaje de LeBron James que, tras un arranque fulgurante, con 14 puntos, se quedó en 22. Por una vez, Leonard superó al trío estelar de su equipo, el formado por Duncan, Parker y Ginóbili. Gregg Popovich se mostró encantado con la actuación del jugador al que los Spurs supieron ver las cualidades que no apreciaron los Pacers. Tras elegirlo en la 15ª posición del draft de 2011, lo traspasaron a los Spurs, junto a los derechos del letón Davis Bertans, ahora en el Partizán, y del esloveno del Barcelona Erazem Lorbek, a cambio de George Hill. Leonard firmó un contrato de tres temporadas por un total de cuatro millones de euros, y en diciembre de 2012 fue asignado a los Austin Toros de la Liga de Desarrollo.
Su vida quedó marcada cuando su padre, Mark, propietario de un negocio de lavado de coches en Compton, Los Ángeles, fue asesinado de un disparo en enero de 2008. Kawhi tenía 16 años. Su padre fue quien eligió su peculiar nombre —“me dijo que deseaba algo que sonara a hawaiano”, recuerda—, quien empezó a pulir su tiro a canasta, quien corría junto a él cuesta arriba para fortalecer su musculatura y quien le marcó una ética de trabajo en la cancha y en las aulas. “Él me enseñó a trabajar duro”, dice Kawhi. Nunca se detuvo a nadie por el asesinato. “Ahora, solo trato de no pensar en ello”, afirma. Jeremy Castleberry, su mejor amigo, revela: “Sé que lo extraña y que piensa en él cuando consigue sus éxitos. Deseaba que estuviera aquí para poder verlos”.
Popovich piropea la madurez y la consistencia del juego de Kawhi: “Algunos chicos se ven afectados por las luces y otros no. Él es así, tranquilo, humilde. Quiere ser un gran jugador y trabaja para ello todos los días”.
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