Del Bosque tira por la vía del medio
El seleccionador descarta a Navas, único extremo que otorga profundidad y pone centros, al tiempo que acentúa el ataque de pasillos interiores y movilidad en el área rival con Costa
Comedido como lo es en todo y respetuoso con los galones y las jerarquías como pocos, actitud que tantos elogios y éxitos le ha reportado, Vicente del Bosque entiende que al fútbol juegan los mejores. Es su grupo y se fía a él con los ojos cerrados. Así lo expresó con la lista definitiva del Mundial, con 18 futbolistas que ya participaron en la pasada Eurocopa de Ucrania y Polonia; con 16 que estuvieron en el Mundial de Sudáfrica. Solo el descarte de Navas, que andaba el viernes por el Sánchez Pizjuán con la cara larga y descompuesta porque confiaba en llegar a la cita de Brasil —“se me cayó el alma a los pies al ver su cara”, reconoció el seleccionador—, además de la inclusión de un magullado Diego Costa, son las elecciones originales, quizá las dos únicas dudas acentuadas de Del Bosque. Pero el técnico, aferrado a sus ideas por sentido común y derecho propio, tiene claro que el estilo de España es irrenunciable, que el modelo no se toca, y apuesta por lo conocido, por el ataque de toque y de pasillos interiores, toda vez que no ha contado con un extremo que ponga centros reiterativos ni delanteros kilométricos que cacen balones aéreos.
De Gea, Azpilicueta, Koke, Villa y Costa, las novedades con respecto a la Eurocopa
Descontado Thiago antes de tiempo porque se quebró la rodilla derecha, Del Bosque descartó en el último duelo frente a Bolivia al eje Iturraspe y al lateral izquierdo Alberto Moreno, dos guiños de futuro pero no de presente, como ocurriera también con Deulofeu, llamado de urgencia por las bajas y que este año tendrá su prueba de fuego en el primer equipo del Barcelona. También resolvió con pesar el seleccionador que Navas no estaba a punto tras dos meses de inactividad —“estoy orgulloso de recuperarme a tiempo y de haber peleado por llegar a Brasil; le deseo a mis compañeros y al míster toda la buena suerte para repetir título”, apuntó ayer el jugador del Manchester City a través de Twitter—, circunstancia que resta protagonismo y presencia a Negredo y Llorente, delanteros de remate oportuno, monstruos del área que ya están de vacaciones como anunciaban en las redes sociales antes de conocerse la lista definitiva. Por lo que España, con una lista en la que quizá nada sobre y sí falte algo, se aboca a lo conocido, a la redundancia del pase en busca de la fisura rival definitiva, al juego de paredes y mezclas con overbooking por el medio, al ataque en estático porque no se cuenta con un ala profunda ni un velocista, un jugador de dribling ni aspersor de centros, una solución para el contragolpe o el pelotazo en caso de apuros.
La idea, sin embargo, no incomoda a Del Bosque porque sabe que su equipo tendrá la iniciativa y el esférico, lo que supone más de la mitad del trabajo hecho. Se trata de que el adversario se preocupe de España y no al revés, tesis que avalan estos jugadores porque, para bien o para mal, absorben el cuero de forma egoísta hasta que entran dentro del área para chutar.
El técnico, por sentido común y derecho propio, tiene claro que el modelo no se toca
Enraizado el grupo en Del Bosque, solo restaba la incógnita entre Carvajal y Juanfran, laterales de recorrido y velocidad sin excesivas diferencias. Y optó el seleccionador por el segundo, que peleará por el puesto con Azpilicueta. “Una pena no entrar en la lista definitiva, aun así, muy orgulloso de haber estado tan cerca. La mayor de las suertes para la selección”, aceptó con deportividad Carvajal, sabedor de que esta tropa triunfadora admite pocos retoques en los intérpretes y menos virajes en su fútbol.
Queda la duda, sin embargo, de si la columna vertebral, formada por los solistas del Barça —aporta ocho a la selección, seguido por el Atlético (4) y Madrid (3)—, por Piqué, Busquets, Xavi e Iniesta, aguantará las exigencias competitivas del torneo, descabalgados en este curso de la final de la Copa y los cuartos de Europa, también de la Liga en el último duelo frente al Atlético. Pero Del Bosque, que con ellos alcanzó la cima europea primero y universal después, no titubea ni un ápice. Por algo el pasado 8 de mayo, cuando se anunció el ránking FIFA de las selecciones, España encabezaba la lista seguida por Alemania, Portugal y Brasil, además de Colombia y Uruguay y Argentina.
Preocupado por doblar todas las posiciones del equipo, sin embargo, el seleccionador tiene soluciones para cualquier demarcación por más que Jordi Alba sea el único lateral izquierdo natural, quizá con la confianza de que Azpilicueta pueda actuar de tirita en caso de urgencias. Ha superpoblado, en cualquier caso, la medular porque comparte con Guardiola la teoría de que el fútbol es de los medios, futbolistas de perfil muy similar como Mata, Silva, Cesc, Cazorla… Y también cuenta con tres delanteros, con la prioridad de Diego Costa si se recupera, además de Villa —porque Del Bosque entiende que no hay otro como él para comprender tanto al juego y como a los compañeros— y Fernando Torres. Delanteros que no completan los centros laterales ni ofrecen el pecho para descargar juego a la segunda línea, sino que hacen del desmarque su definición. Cromos un tanto repetidos que, además, niegan a España un hipotético plan b, más allá de jugar con un falso 9 —lo que desarticula a los tres puntas, sino que Cesc y Silva piden turno para el lugar— cuando el rival exija tener más control del balón y del partido.
El seleccionador tiene soluciones para cualquier demarcación por más que Alba sea el único lateral izquierdo natural
Las únicas novedades con respecto a la pasada Eurocopa son cinco: De Gea, que entra en la lista por la ausencia de Valdés (recuperándose en Ausburgo de su rodilla y a la espera de oficializar su fichaje con el Mónaco) y que no parece que vaya a sumar minuto alguno de competición; Azpilicueta, que ha cuajado un buen año en la retaguardia del Chelsea y que toma el lugar que deja Arbeloa para pelear la titularidad en el lateral derecho; Koke, que ha sido capital para la excelente temporada del Atlético y que ocuparía la plaza de Navas para aportar desde el banquillo el pase y el despliegue, también el pie en las jugadas a balón parado; Villa, que se perdió la Eurocopa por lesión y que tampoco ha tenido un año demasiado prolífico, pero que asume la plaza de Negredo como máximo goleador de la historia de España (58 tantos), capaz de jugar tanto en el costado izquierdo de extremo como de ariete puro; y Diego Costa, que llega con una microrrotura en el bíceps que le hace ser duda para el estreno ante Holanda el 13 de junio en Salvador, pero que ofrece más brega que ningún otro, cómodo en el lodazal, atinado en el remate y sustituto de Llorente. Y no hay más cambios porque Del Bosque no quiere, porque se entrega a los suyos.
La expectativa por conocer la lista era enorme, hasta el punto de que la página web de la federación española se colgó durante un par de horas por una saturación de visitas. Resulta que la empresa de conquistar el Mundial es morrocotuda, también de lo más excitante, sobre todo porque desde 1962 no se ha dado un equipo que revalidara el laurel como hiciera el Brasil de Pelé. Y Del Bosque tiene claro que la hoja de ruta pasa por el pase y el toque, por dar continuidad. Así, el técnico no engañó a nadie, sobre todo porque no le importa la falta de diversidad, sino que ganará o caerá con sus ideas, con sus jugadores, con su grupo.
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