Mercedes no cede ni una décima

Tres semanas de parón no cambiaron nada. El Mundial de Fórmula 1 sigue siendo un terreno abonado este año para los Mercedes, que siguen marcando la pauta. Durante el último mes se especuló mucho con la posibilidad de que el Gran Premio de España marcara un cambio de tendencia. Suele ocurrir que cuando la F-1 llega a Europa los equipos presentan paquetes muy completos de mejoras que pueden cambiar la situación. Esta vez, las renovaciones de los coches han sido notables, pero el resultado en la pista apenas se ha notado. Los Mercedes de Hamilton (1m 25,5s) y de Rosberg (1m 25,9s) –a pesar de tener algunos problemas con el ERS- fueron los mejores coches en la sesión de entrenamientos libres de este viernes en Montmeló.

La distancia entre ellos y los demás apenas ha disminuido. Red Bull parece haberse acercado un poco. Daniel Ricciardo consiguió situar su coche en tercera posición, a un segundo de Hamilton. Pero Fernando Alonso no logró rodar a menos de 1,5s por vuelta del Mercedes de Hamilton. Sebastian Vettel, por su parte, se quedó prácticamente en blanco porque, tras las cuatro primeras vueltas de la sesión inicial, su Red Bull se paró con problemas en el cableado eléctrico y ya no volvió a salir en toda la jornada.

Aunque los viernes aclaran poco, como suele repetir el asturiano, sí parece que las cosas han cambiado poco de cara a la clasificación del sábado y a la carrera del domingo. La llegada a Europa del circo de la F-1 solo ha servido para constatar la aplastante superioridad de los Mercedes y evidenciar que Red Bull sigue ocupando la segunda posición, mientras que Ferrari les persigue. En cambio, también parece claro que McLaren, Lotus y Williams van por detrás.

Las novedades aportadas por Ferrari en Barcelona, básicamente en los alerones delantero y trasero, el fondo plano, el software del motor y algunas nuevas tomas de aire, han aportado algunas décimas, pero menos de las deseadas tanto por Alonso como por Kimi Raikkonen, que acabó quinto a una décima del asturiano. Y las evoluciones de las demás escuderías han sido tan o más importantes que las suyas. Así que la situación permanece inamovible.