El vacío de la zurda prodigiosa
Ryan Giggs deja el fútbol a los 40 años, tras 24 temporadas en el Manchester United, al que ha entrenado en el tramo final del curso
Echar cuentas sobre la edad de un jugador, por muy legendario que sea, siempre deja un regusto feo. Como si referirse a él en pasado lo situase precisamente allí, en otro tiempo, lejos del actual. 40 años, que son los que tiene Ryan Giggs, dan para una colección de fotografías memorables. En todas ellas se refleja la imagen de un jugador estiloso, fino, cortés (nunca ha sido expulsado con el Manchester United y solo una vez con Gales), con una zurda de esas que encandilan al balón y a los aficionados.
Será porque esa pierna izquierda se retira del fútbol, o porque en realidad, su poseedor, un galés de 180 centímetros, la última gran leyenda del Manchester United, donde ha permanecido 24 temporadas desde que debutase como profesional con los red devils en 1990 con 17 años y con el que ha disputado 669 partidos oficiales, decide que su tiempo, por fin, se ha acabado. "Sigan apoyándonos que los buenos tiempos volverán pronto", declaró ayer Giggs, entrenador en funciones del ManU tras el despido del malogrado David Moyes, micrófono en mano y aguantando las lágrimas. Fue su mensaje para una afición desencantada por la nefasta temporada de su equipo, que tras la victoria de ayer ante el Hull por 3-1 lucha por conseguir la sexta plaza de la Premier y disputar la Liga Europa la próxima temporada. Menos en este último ejercicio, en el que ha ejercido de entrenador-jugador, primero como ayudante de Moyes y en el tramo final en solitario, el galés ha marcado en todas y cada una de las 23 temporadas anteriores.
Sigan apoyándonos que los buenos tiempos volverán pronto", dijo a los aficionados en su despedida
Esos buenos tiempos a los que se refirió Giggs tienen dos figuras en común, la suya y la de Alex Ferguson, que siempre ha contado con él como líder de los "Fergie Boys", grupo que formó junto a otros ilustres de Old Trafford como Paul Scholes o Gary Neville. Fueron días de éxito donde se coleccionaron títulos año tras año: 13 Premier League, 10 Community Shield, 2 Ligas de Campeones, 1 Supercopa de Europa, 1 Mundial de Clubes, 1 Copa Intercontinental... y multitud de distinciones individuales que van desde el reconocimiento como jugador joven del año en 1990 hasta su entrada en el salón de la fama del fútbol inglés en 2005. Si acaso, el único estante vacío es el que se refiere a los éxitos con la selección de Gales. Mismo 'mal' que comparte con el norirlandés George Best, con el que ha vivido en comparación constante en Old Trafford, aunque les distinga todo lo que no tiene que ver con un campo de fútbol.
Nacido en Cardiff en 1973, es hijo de un jugador de rugby, del que heredó ese golpeo de balón reconocible en las más de dos décadas que lo ha paseado por los campos de todo el mundo. Su abuelo paterno es originario de Sierra Leona (África), por lo que el mestizaje de razas se advierte ligeramente en el tono de su piel. Circunstancia que le ha otorgado un discurso consolidado en cuanto a la lucha contra el racismo, de la que fue víctima durante su niñez como él mismo ha reconocido en varias ocasiones.
Su elegante y productiva manera de estar en el campo (ha marcado 114 goles en 669 partidos con el Manchester United), le han situado como uno de los referentes para muchos jugadores y como uno de los grandes representantes de lo que el fútbol tiene de experiencia de vida. Esa que acompañará por siempre a futbolistas como Giggs, que han convertido su vida en leyenda, pues no se entiende la una sin la otra.
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