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El bloqueo de Illarramendi

Ancelotti cree que el medio del Madrid, que apunta a titular en la final de la Champions, sufre un grave problema de confianza desde el encuentro perdido en Dortmund

Diego Torres
Xabi Alonso e Illarramendi intentan quitarle la pelota al valencianista Feghouli
Xabi Alonso e Illarramendi intentan quitarle la pelota al valencianista FeghouliZipi (EFE)

El 2-2 del Madrid ante el Valencia desveló ante el gran público una crisis que dentro del vestuario observan evolucionar desde hace tiempo. La crisis de Asier Illarramendi se desató en el minuto 18 del partido de vuelta de los cuartos de final de la Champions, en el Westfalenstadion, hace un mes. Así lo determinó a sus ayudantes el entrenador, Carlo Ancelotti, cuando vio que Illarra fracasaba en su intento de proteger un balón para dejar que se fuera por la línea de fondo y permitía que se lo robara Lewandowski. El polaco jugó con Reus, y Reus dejó solo a Mjitaryán en el punto de penalti. El disparo, la primera gran ocasión del Dortmund, se fue rozando el palo. Todavía con el 0-0, los hinchas madridistas suspiraron aliviados, pero en el banquillo se temieron lo peor. Illarra llevaba semanas dando síntomas de inseguridad. Señal de que cualquier día podría quedarse, como dicen los jugadores, “bloqueado”.

Contra el Borussia fue sustituido en el descanso, como ante el Valencia

La mente de un deportista de alta competición es un instrumento delicado. Cuando los entrenadores hablan de “cuidar” a los jóvenes para que progresen adecuadamente se refieren a estas cosas. A protegerlos del miedo a la competición, del temor a exponerse ante las propias limitaciones, o, con más frecuencia, de la sensación de incapacidad ante la exigencia de un rendimiento regular. La clase de exigencia que condiciona a los equipos como el Madrid y a los futbolistas como Illarramendi que, a sus 24 años, cumple su segunda temporada completa en Primera.

A los 24 años, solo cumple su segunda temporada completa en Primera

Ancelotti supo desde el minuto 18 del partido en el Westfalenstadion que Illarramendi no podía seguir en el campo. Si esperó al descanso para sustituirlo por Isco fue para evitar señalarlo en público y preservar lo que quedaba de su orgullo. Hasta el descanso, el equipo sufrió. El segundo gol del Dortmund (2-0) se desencadenó cuando el mediocampista vasco devolvió mal un balón a su defensa y permitió que Reus se le anticipara. Al acabar el partido, el entrenador lamentó amargamente lo sucedido cuando se reunió con los empleados del club que le sirven de intermediarios con el presidente, Florentino Pérez. Les dijo que en Dortmund se había demostrado que sus decisiones no habían sido arbitrarias cuando, en octubre, sustituyó a Khedira con Modric y no con Illarra. Les recordó que durante toda la temporada había procurado cuidar al vasco para no exponerlo a situaciones como la de Dortmund, pero que, para su disgusto, veía que en la directiva lo habían interpretado como una negligencia en la promoción del nuevo fichaje. Fuentes del club aseguran que entre los dirigentes hay voces que acusan al entrenador de haber malogrado al futbolista.

Los casi 40 millones pagados a la Real lo convierten en el sexto español más caro

Los empleados del Madrid llevan meses trasladándole a Ancelotti que “para el club” es fundamental apostar por los fichajes del verano pasado: Carvajal, Illarra, Isco y Bale, con especial énfasis en quienes supusieron un mayor desembolso. Después de Bale, que costó entre 90 y 100 millones, Illarra es el más caro. Los casi 40 millones que el Madrid pagó a la Real lo convirtieron en el sexto jugador español más caro de la historia después de Torres (67 millones de euros), Mendieta (52), Mata (45), Villa (42) y Javi Martínez (40). A diferencia de todos ellos, Illarra nunca fue internacional absoluto.

En los grandes equipos, quienes no están preparados quedan en evidencia

Ancelotti se encuentra ante un dilema. Cree que Casemiro tiene mejores condiciones naturales que Illarra pero, tras una temporada en la suplencia, le falta ritmo de competición. El técnico tiene muy claro que dejar en el banquillo a un jugador que ha costado 40 millones de euros en una final de Champions es una medida políticamente dañina para los estrategas del club. Frente a la disyuntiva ha optado por rearmar a Illarra de confianza dándole más minutos. Como ante Osasuna, o como el domingo contra el Valencia.

Ancelotti informó a Illarramendi la semana pasada que, puesto que Alonso será baja por sanción en la final de Lisboa, el 24 de mayo, tendría que prepararse para ser titular. También le anunció que sería titular contra el Espanyol y el Valencia en Liga. El cuerpo técnico pensó que el Valencia llegaría desgastado después de la extenuante eliminatoria de Liga Europa, disputada el jueves a última hora. Sin embargo, no fue un partido cómodo para el Madrid. Con Bale ejerciendo de punta y con Isco menos generoso que otras veces en labores defensivas, Alonso e Illarra se vieron en un aprieto para cubrir los 50x70 metros de terreno de juego que correspondieron a los centrocampistas. Así lo interpretó Keita, que robó dos balones a Illarra exponiéndolo a su penuria. En el descanso, con un parcial de 0-1 a favor del rival, el técnico lo cambió por Di María.

El tópico dice que entre grandes futbolistas es más fácil integrarse. Pero es exactamente al revés: en los grandes equipos, quienes no están preparados quedan en evidencia. Illarra lleva un año luchando por ajustar su cuerpo y su mente al Madrid. Desde Dortmund sus compañeros le ven apagado. “Como si se le hubiera caído el Bernabéu encima”.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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