Nadie da caza a Tito
Rabat se impone en Argentina en una carrera que dominó desde la salida. En el podio le acompañan Simeon y el debutante Salom
Si en Austin tenía que ingeniárselas para culminar una remontada anunciada con un embrague estropeado y sin la primera marcha (terminó segundo, pese a todo), en Termas sufrió de lo lindo con los neumáticos durante el fin de semana y con un cólico nefrítico que le dio la noche del viernes. Aún así se llevó la pole al día siguiente. Y desde esa privilegiada posición dominó la carrera de este domingo. Rabat salió bien. Y avanzó mejor por aquellas curvas rápidas. Tenía el ritmo. La moto en condiciones, por fin. Y la paciencia y los conocimientos para liderar una carrera, sin perder la concentración ni destrozar las gomas. Del medio segundo de ventaja sobre Simeon que tenía tras nueve giros, paso a tener más de un segundo tras 16 vueltas. No hizo más que ampliar su ventaja desde entonces. Fino con el gas y en la trazada, calmado y más concentrado de la cuenta, como exigen las carreras en solitario, Rabat sumó la segunda victoria del año. Todavía no se ha bajado del podio: buen inicio para el favorito, el gran aspirante al título, beneficiado, además, por la mala fortuna o el poco acierto de los rivales.
Fino con el gas y en la trazada, calmado y más concentrado de la cuenta, como exigen las carreras en solitario, Rabat sumó la segunda victoria del año
Su compañero Kallio, ahora segundo en la general, fue séptimo en una prueba en la que ni fu, ni fa. Viñales, debutante, ganador de la carrera en Austin, se iba por los suelos cuando rodaba en la sexta posición y después de apenas cuatro giros. Tampoco hizo una buena carrera Zarco, que sigue sin puntuar a pesar de presentarse como uno de los pilotos más rápidos de la parrilla cada fin de semana. Clasificado en segundo lugar, afectado quizá por la sanción que esta vez sí se le impuso por la maniobra con la que se llevó por delante a Ramos en los libres (como hizo con Simón en la última carrera), el francés terminó 18º.
Así que Rabat, excelso, siempre correcto, calcando los tiempos a cada vuelta, se quedó sin rivales. Nunca llegó a incordiarle Simeon, que le persiguió desde la salida y le veía cada vez más lejos. Y a este no le alcanzó tampoco el segundo grupo, ese en el que Corsi, Aegerter y otro novato, Salom, peleaban por terminar en el tercer escalón del podio. Dio la sorpresa Salom, muy rápido, tanto que marcó la vuelta más veloz de la jornada a falta de dos giros para el final. Por entonces ya rodaba en tercera posición. Trataba de escapar de Corsi, a quien había adelantado la vuelta anterior en la curva siete, con un interior bellísimo. Y así estrenó podio en Moto2. Una categoría que de momento se rinde a un solo hombre (chico, mejor), espigado y enjuto. Se llama Tito Rabat, hijo de joyeros, amante de las dos ruedas.
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