El toque de la ‘Brujita’

La Brujita, la Brujita Verón”, aclara José Sosa (28 años) cuando se le pregunta sobre sus referencias en el golpeo del balón mientras firma camisetas en las gradas bajas del Vicente Calderón. La manga corta le descubre sus brazos forrados de tatuajes. Llama la atención una de las estampas perfiladas y tintadas sobre su antebrazo derecho: un Tango, el balón con el que se disputó el Mundial de Argentina 78, sobre el que descansa un ave rapaz.

 La comba alta y con caída de dentro hacia afuera que dibujó desde la esquina derecha del ataque del Atlético acabó el pasado viernes con la resistencia del Elche a 20 minutos del final (2-0). “Fue una jugada ensayada, la entrenamos y tenemos gente con mucha calidad al balón parado como Sosa, que la pone bien”, advierte Miranda, que fue quien conectó de cabeza el centro desde el corner para marcar el gol que sesgó las angustias de la hinchada rojiblanca. “En la primera falta lateral que lancé, Miranda me dijo que la golpeara fuerte, pero me quedé corto. En el córner ya le di más fuerte para evitar los jugadores de ellos que había en el primer palo y el balón pudo llegar hasta Miranda”, explica Sosa.

José, de nuevo con su buen pie, rompió un partido atascado”, asegura Simeone

Hijo de un empleado de una fábrica de embutidos, Sosa conoció a la Brujita Verón cuando este regresó al Estudiantes de la Plata tras acabar su carrera por Europa. De cerca, pudo conocer y estudiar esos golpeos planos y tocados que empleaba Verón en los cambios de orientación y en las jugadas a balón parado. En ese equipo, que también bajó la dirección de Simeone conquistó el torneo Apertura de 2006, tanto la Brujita como Sosa generaron muchos goles con su destreza en las jugadas a balón parado. En el partido de desempate contra el Boca Juniors (2-1) que decidió el título, Sosa, con apenas 21 años, dio un paso adelante ante su referente, una decena de años mayor que él. Hubo una falta al borde del área y allí fueron los dos. Narradores de radio y televisión apostaron por Verón como ejecutor del libro directo.

—La tiro yo, impuso Sosa.

—Está bien, pero métela, le espetó Verón.

La rosca de Sosa, que supuso el empate a uno, superó la barrera y se alojó a media altura y pegada al palo de Bobadilla, portero del Boca. El propio Verón admite que siempre vio en Sosa detalles que le recordaban a él. No aparenta tener Sosa el temperamento con el que jugaba Verón, pero su toque ya le ha dado seis goles al Atlético. “José, de nuevo con su buen pie, rompió un partido atascado, en un gran lanzamiento de córner”, le reconoció Simeone.

El líder lleva ya 16 goles en jugadas de estrategia, 11 de ellos de córner. Sosa se ha sumado a los otros dos especialistas de equipo, Koke y Gabi, como pasador. Incluso con los dos en el campo, ha sido el encargado de poner el balón en el área. Su incorporación en el mercado de invierno —está cedido por el Metalisk, ruso—, también respondió a esta habilidad suya. Su llegada y la de Diego Ribas fue muy alentada por Simeone en sus conversaciones con Miguel Ángel Gil, en las que intuía que con ese par de refuerzos el equipo podría aspirar a la pelea por los títulos en el último tramo del curso. En el mes de febrero, con el regreso de la Liga de Campones y la entrada definitiva del Atlético en la pelea por la Liga, Simeone empezó a advertir que a partir de ese momento “todo iba a estar muy igualado” y que muchos partidos los decidirían “los detalles”. “El equipo sabe que las finales no hay que jugarlas, hay que ganarlas. A veces lo haces mejor y otras peor, pero hay que darlo todo en partidos como el del Elche y los que nos quedan”.

El líder lleva 16 goles de jugadas de estrategia, 11 de ellos de saques de esquina

En apenas dos semanas, el Atlético se juega estar en la final de la Liga de Campeones y la posibilidad de poder proclamarse campeón de Liga en el Calderón ante el Málaga si gana al Valencia y al Levante en las dos salidas consecutivas que le vienen. “Quizá, en momentos así, el nerviosismo puede jugar y aparecer, pero el equipo está mostrando mucha fuerza grupal y mental, no se desespera y sigue intentándolo hasta que llegan los goles”, concluye Sosa.