La bestia competitiva
Spanoulis, verdugo del Madrid en la pasada final de Londres, amenaza de nuevo a los de Laso en su camino a la Final Four
Compadrea con la suerte con aires de suficiencia. Tramita hazañas con la determinación del que se siente predestinado. Es a la vez metrónomo, funambulista y artificiero. La última noticia que se tiene de Vassilis Spanoulis es un triple desde unos ocho metros en el derbi ateniense ante Panathinaikos que cerró el top 16. Un tiro de gracia que, sumado al patinazo del Madrid en Kaunas, dio como resultado la reedición anticipada de la última final de la Euroliga. “¿Cómo paras eso?”, se pregunta Pablo Laso repasando aquella canasta en vísperas de recibir al Olympiacos, bicampeón de Europa en 2012 y 2013, en el Palacio. “Es un jugador especial”, resume.
“Gobierna el juego como nadie y nunca se escaquea”, cuenta Katsikaris
A los 31 años y tras 14 de carrera con un paso tan fugaz como infructuoso por la NBA incluido —disputó solo 272 minutos con los Houston Rockets en la 2006-07 ignorado por Van Gundy—, Spanoulis es el jugador más decisivo de la Euroliga. Su doble conquista continental con Olympiacos le barnizó de leyenda. Junto a Toni Kukoc es el único jugador en la historia en coleccionar tres MVP de la Final Four de la Euroliga y en la pasada edición además se sumó a Diamantidis como los únicos en ser nombrados el mismo año MVP de la competición y de la Final Four. Ha disputado tres Finales a Cuatro (una con Panathinaikos y dos con Olympiacos), ha ganado todos los partidos en esas citas (6) y se ha llevado los tres títulos en juego. “En su nivel máximo de concentración es una bestia competitiva. Tiene una intensidad defensiva y una aportación anotadora que le hace único. Nadie es capaz de ofrecer esa doble aportación a un nivel tan brutal”, cuenta Ettore Messina que le padeció en las semifinales de la pasada Euroliga. “Gobierna los partidos como nadie. Nunca se escaquea aunque no le estén saliendo las cosas. Hay anotadores, jugadores explosivos y luego están los ganadores como él”, analiza Fotis Katsikaris. “Apenas tenía tiro y basaba su juego en penetraciones. Tampoco era el mejor defensa del mundo, pero a base de sacrificio y autoexigencia se ha convertido en uno de los grandes”, repasa su entrenador, Georgios Bartzokas.
Tras ganar la triple corona en 1997, ganando Liga, Copa y Euroliga (al Barça) con el impulso de David Rivers, el Olympiacos pasó 13 años sin abrir sus vitrinas. Desde la llegada de Spanoulis en 2010, los rojiblancos suman una Liga, una Intercontinental, dos Copas y dos Euroligas. La última, la conquistada ante el Madrid el año pasado en Londres. Aquel día permaneció ausente durante 20 minutos con 0 de 5 en tiros de campo y un -10 de valoración en la primera mitad, pero después se vistió de genio y se procuró un hueco en el olimpo con 22 puntos que tumbaron a los de Laso (100-88).
Líder espiritual del cuadro griego y piedra filosofal tanto en la dirección del juego como en las estadísticas, Spanoulis ha promediado en esta edición de la Euroliga 14,7 puntos y 4,5 asistencias por partido. Llega a Madrid el demonio con barba. “Jugamos contra el campeón de Europa. Los favoritos son ellos”, anuncia Laso antes del combate al mejor de cinco asaltos.
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