“¡Es tan díficil ser Messi!”

Condenado a ser Maradona cada día en cada balón que toca y partido que juega, así vive Leo Messi, escrutado al detalle. Un día sale del Bernabéu con el balón bajo el brazo tras su enésimo hat-trick y convertido en el jugador que más goles ha marcado, pero unas semanas después le cuestionan hasta los kilómetros que recorre en el Calderón, tan pronto como el Barça pierde. Vive de tal manera el argentino que cualquier hito sabe a poco después de haberlo ganado todo menos un Mundial con Argentina, un reto que le remite a una gesta insospechada: hacerlo este verano de en Maracaná.

Se duda de Messi sin que se sepa si le pasa algo, encerrado en una jaula. Se interpreta casi todo de él porque nunca se sabe mucho, más allá de que vive con 27 balones en casa producto de 27 tripletes con el Barcelona. Y tiene cuatro más y son de oro, porque se los ganó en el campo y se los entregó la FIFA cuando de él se hablaba bien porque el equipo ganaba siempre.

Este curso debía demostrar algo más si es que eso era posible y resulta que se le ha echado de menos aunque ha marcado 38 goles en 39 partidos y ha dado 13 asistencias. Messi vive en la duda permanente, porque llegados a este punto todo parece poco. Quien no teme que se pierda teme que se canse de no ganar. Tal vez el problema, cuando todos parecen peores, más viejos y más lentos, es que hay menos ideas, menos imaginación, menos trabajo, menos conceptos y menos exigencia a su alrededor.

En esas circunstancias, Cruyff apunta que se ha sido injusto con el argentino desde el momento en que Rosell decidió pagarle menos que a Neymar. “¿Qué importa si corre 6 o 15 kilómetros?” se preguntó Martino, con lógica, cuando le plantearon los metros recorridos en el Calderón. “A mí lo que me preocupa es que encuentre balones de mayor calidad, a la hora de encontrar un compañero y a la hora de la definición. ¡Cuánto tiene que ver un resultado independientemente del análisis del partido!”, lamentó el entrenador, que metido en la piel de Leo dejó ayer una enorme reflexión: “¡Es tan difícil ser Messi! En la vida y en el fútbol!” aseguró. “Me parece todo tan injusto. Debe ser muy difícil ser él, por más que alguno crea que es fácil, debe ser difícil siendo Messi”, insistió el Tata, camino de Granada, donde juega el sábado (20.00 horas, Canal+ 1), un partido “sumamente trascendental” para el Barcelona.

Asume el rosarino que no ha sido un año fácil para Messi, y apela al “espíritu, valentía, orgullo y amor propio” de los futbolistas para sacar adelante lo que espera mañana en Granada. “Viven de eso, de orgullo y amor propio. Hay que ver cuánta gente lo tiene, cuántos tienen honestidad, valentía, orgullo, amor propio. Eso se lo reconozco a todos mis futbolistas, no sé si muchas personas lo tienen”, dijo en un mensaje para navegantes que sonó a advertencia a quienes apuntan a Leo en un equipo dolorido.

“Es imposible estar del todo bien tras haber caído en la Champions. Pase lo que pase hasta el final, sentiré ese fracaso. Esta derrota es muy dolorosa. Pero punto final”, zanjó Martino. Messi le marcó dos goles en Granada en febrero del año pasado. Antonella, su compañera y madre de Thiago, su hijo, está de nuevo embarazada.