_
_
_
_

Pánico en las gradas

Schortsanitis, pívot griego del Maccabi de 2,06 y casi 160 kilos, intenta agredir a un espectador que le profirió insultos racistas

Robert Álvarez
Captura en la que Schortsanitis intenta agredir a un aficionado.
Captura en la que Schortsanitis intenta agredir a un aficionado.DIARIO AS

Los datos sobre el peso de Sofoklis Schortsanitis nunca son del todo oficiales ni exactos. Está en torno a los 156 kilos, pero en su día llegó a pesar unos 200. Mide 2,06 metros y su corpulencia ha sido una de las grandes virtudes y al mismo tiempo uno de los mayores lastres de su carrera baloncestística. Su imponente presencia física es lo primero que llama la atención en él. Desde luego, los aficionados que presenciaban el derbi de Tel Aviv entre el Maccabi y el Hapoel y le vieron saltar la valla que separa la cancha de la grada y dirigirse hacia uno de ellos con la intención de agredirle, quedaron aterrorizados.

La disparatada reacción de Schortsanitis se debió a los insultos racistas de algunos espectadores cuando se dirigía a los vestuarios una vez concluido el duelo. “He oído muchas cosas malas, pero nada como las que el aficionado del Hapoel dijo sobre mi madre y mi mujer. Cuando mencionó a mis hijos, perdí la cabeza”, aseguró ayer el jugador. En la zona en que se produjo el enfrentamiento había algunos niños, como el hijo de cuatro años del entrenador del Hapoel, Erez Edelhstein. El Hapoel ha pedido que el jugador sea sancionado por lo que resta de temporada. El Maccabi hizo pública una nota condenando todo tipo de violencia, pero también destacó que el jugador no golpeó ni hirió a ningún espectador. La Federación de Israel respondió con una “propuesta” de sanción de ocho partidos, 11.500 dólares y 40 horas de trabajo.

Nacido el 22 de junio de 1985 en Tikou (Camerún), de donde era su madre, se trasladó en seguida a Kavala (Grecia). Allí empezó a jugar y pronto fue objeto de atención de los ojeadores de la NBA. Con solo 15 años debutó en la liga griega con el Iraklis. Con 18, lo fichó el Cantú italiano. Aquel mismo verano, en 2003, cuando ya le conocían como Bigsofo o Baby Shaq (en referencia a Shaquille O’Neal), fue elegido por los Clippers en el puesto número 34 del draft.

En el Mundial de 2006 en Japón dio una muestra de su capacidad para imponerse a jugadores de calidad en el interior de la zona en la histórica victoria de Grecia ante EEE UU en las semifinales. Por entonces, Schortsanitis militaba en el Olympiacos.

En 2007, se quedó fuera de la selección por no acudir a unas pruebas médicas y su sobrepeso le llevó a ser tratado en una clínica suiza. Su carrera ha sido muy intermitente, siempre por debajo de las expectativas y perturbada por sus problemas de peso y por sus salidas nocturnas. En 2011, abandonó la concentración de la selección griega debido a las complicaciones con el embarazo de la que entonces era su novia y con la que se casó hace poco, Irene, aunque finalmente su primer hijo nació sin problemas. Fue por aquella época cuando el Baskonia le realizó una oferta, pero el jugador prefirió el Panathinaikos, debido a su situación familiar. Durante los últimos años saltó del Olympiacos, donde estuvo cinco temporadas, al Maccabi, donde regresó tras su paso por el Panathinaikos. No es la primera vez que un jugador del Maccabi pierde los nervios y trata de agredir a un aficionado: ya en 1983, Williams, otro pívot del equipo israelí, intentó tomarse la justicia por su mano tras recibir un “monedazo” de un aficionado del Real Madrid. Perry, uno de sus compañeros, estuvo rápido y atajó el intento de agresión en el antiguo pabellón del club madridista.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_