Maldita noche para el Valencia
Tras una pésima primera parte, los de Pizzi fallan muchas ocasiones y acaban goleados (3-0) por el conjunto suizo en un estadio sin público
Maldita la noche para el Valencia de principio a fin, la empezó frío y sin espíritu ante un estadio sin público en el primer tiempo; y la terminó quemado tras desperdiciar un puñado de ocasiones clarísimas en la segunda parte. Coronada con un magnífico gol de Stocker, una semivaselina que dejó petrificado a Guaita pasado ya el minuto 90, aprovechando una contra suiza cuando el central Mathieu se había aventurado al ataque en busca de un gol que diera vida a los valencianistas para la vuelta, el próximo jueves en Mestalla. El Valencia pierde así su primer partido de los 10 disputados ante rivales suizos en competiciones europeas.
Las sensaciones para el conjunto de Pizzi fueron malas desde el principio. La magnanimidad arbitral, al perdonar un penalti y la expulsión de Senderos, lejos de animar al Valencia lo dejó perplejo, sobre todo tras la lesión muscular del central suizo. Este, de 29 años, ha sufrido ya cuatro lesiones musculares en los tres meses en Mestalla, castigado por tanta actividad tras haber jugado tan poco en el Fulham, de donde llegó en enero.
BASILEA, 3-VALENCIA, 0
Basilea: Sommer; P. Degen (Frei, m. 46), Schär (Embolo, m. 71), Sauro, Aliji; D. Desen, Serey, Díaz, Xhahn, Delgado; y Stocker. No utilizados: Vailati, Dünki, Elveny, Seferagic, Al Ajeti.
Valencia: Guaita; João Pereira, Senderos (Barragán, m. 24), Mathieu, Bernat; Feghouli, Keita, Parejo, Fede (Piatti, m. 69); Vargas y Alcácer. No utilizados: Jaume, Salva Ruiz, Oriol, Míchel y Jonas.
Goles: 1-0. M. 34. Matías Delgado, desde fuera del área. 2-0. M. 37. Delgado, tras un centro desde la izquierda de Stocker. 3-0. M. 90. Stocker culmina un contragolpe del Basilea.
Árbitro: Atkinson. Amonestó a Serey, Senderos y Embolo.,
75 espectadores en el estadio Saint Jakob.
Es el momento de recordar el gatillazo en el fichaje de Otamendi, el central argentino cuya llegada prevista para diciembre se retrasó hasta junio, previo pago de 12 millones, porque los dirigentes creyeron erróneamente que tenía pasaporte italiano. Al no ser así, prefirieron inscribir a Jonas, Vinícius —que anoche animó en su twitter al Cruzeiro mientras caía el Valencia— y Vargas en las tres plazas de extracomunitarios.
Sin Ricardo Costa ni Víctor Ruiz, también lesionados, Pizzi recurrió a un lateral derecho, Barragán, para ocupar la vacante de central. Fue el preludio del desastre. Matías Delgado, centrocampista argentino de 31 años, encontró un filón ante la tibieza de la zaga valencianista. Primero en un disparo desde la frontal para el que dispuso de todo el tiempo para controlar y disparar con la derecha, sin nadie que le saliera al paso. No hubo reacción del Valencia, sino una caída más profunda en el pozo cuando João Pereira, tan alocado, quiso regatear a tres atacantes rivales y de esa pérdida nació el segundo tanto suizo. El centro desde el extremo izquierdo de Stocker fue precioso, a la espalda de Mathieu, para que Delgado estirara la pierna y marcara a bote pronto.
Regalada la primera parte, el Valencia quiso reaccionar en la segunda. Se abalanzó sobre el Basilea y descubrió algunas de sus debilidades. Sobre todo a partir de las internadas por el extremo izquierdo de Bernat, el mejor en el cuadro de Pizzi. Pero los rematadores, con Vargas a la cabeza, estuvieron anoche en otro planeta. Por no rematar de primeras, el chileno Vargas erró un gol cantado. Otro lo pifió un desaparecido Alcácer. Y finalmente Keita. Todo un cúmulo de despropósitos hasta el descabello final de Stocker.
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