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Diego Costa y la catapulta

El hispanobrasileño castiga a la defensa blanca con sus arrancadas, pero no marca

L. J. M.
Costa con Ramos, en la acción en la que el Atlético reclamó penalti
Costa con Ramos, en la acción en la que el Atlético reclamó penaltiá. g.

La readaptación física llevada a cabo por el profesor Ortega y el no haber tenido un partido entre semana propiciaron la versión más aguerrida e intensa del Atlético. En esas condiciones los futbolistas colchoneros componen ese equipo incómodo, áspero y competitivo que desea Simeone, capaz de convertir cada balón en el último. También desde esa recuperación aparecieron las individualidades. Diego Costa llevaba unos cuantos partidos sin castigar a las defensas contrarias con esas arrancadas plenas de potencia. Anoche las volvió a poner en práctica y salió ganador de muchas de ellas. En la primera forzó una caída que Delgado Ferreiro no vio como penalti. Le había lanzado Arda en profundidad y su velocidad le dio para llegar hasta el área y encarar a Ramos, que le trabó.

Con sus desmarques, su incordio en la presión y su brega en los balones aéreos trajo de cabeza a Pepe y a Ramos. A este último le hizo una maniobra girándose en el área que le sentó, pero no tuvo ya suficiente espacio para picar la pelota por encima de Diego López, que desvió el remate a córner. Con Ramos mantuvo una de esos viejos duelos entre central y delantero, duro, pero sin reproches. Ya en la Copa, sabedores los dos que van a a ser compañeros de selección, rebajaron sus disputas verbales y los malos gestos, aunque la intensidad no cambia. “Él me pega y yo le pego, pero se queda en el campo”, dijo a principios de semana.

El lunes acude por fin a la concentración de la selección, para jugar ante Italia

También Arbeloa padeció la verticalidad de Costa y hasta Carvajal, al que le robó una pelota en el lateral del área que pudo acabar en gol. Con Arbeloa protagonizó la otra jugada polémica que más le irritó. Se midió en una carrera larga, forcejeando, y el colegiado interpretó que había derribado con su brazo al lateral madridista. Vio la amarilla por la acción y esto desató su indignación y la posterior expulsión de Germán Burgos. Fue una pesadilla Costa para toda la zaga del Madrid, tan inquieta como pendiente de todo lo que hacía el delantero.

La cita enfrentaba directamente a los dos goleadores del campeonato, Cristiano y Costa. El portugués incrementó su diferencia en un tanto más (23 por 21) porque al hispanobrasileño se le escapó cruzado un mano a mano forzado por el acoso de Pepe.

El delantero recuperó la presión, los desmarques y la brega por alto

Disparó seis veces Costa, dos entre los tres palos, en un partido que, cuando el Atlético se puso por delante, estaba diseñado para él en la cabeza de Simeone. Existía la consigna de la táctica de la “catapulta”, bautizada así por Germán Burgos. El plan consistía en lanzar balones largos para Costa, y acudir a los segundas jugadas cuando no pudiera controlarlos. “Que presionen en el aire si quieren”, es la coletilla con la que Burgos remata esa táctica. El gol del empate de Cristiano dejó el recurso inválido a falta de ocho minutos, pero Costa corrió a cada uno de esos balones largos y altos que le buscaban a él.

Hasta el final, Costa se exprimió presionando y corriendo al espacio. No pudo asociarse mucho con Raúl García, muy trabajador para ayudar siempre en cualquiera de las dos bandas, para tapar a Modric y también partícipe de la táctica de la catapulta en la lucha por los balones aéreos.

El lunes, por fin, Costa acude a la concentración de la selección española, con la que debutará el miércoles ante Italia en un amistoso. También en el Vicente Calderón, aunque entonces Ramos no le padecerá, sino que le tendrá al lado.

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Sobre la firma

L. J. M.
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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