El Levante es una roca

El Levante de siempre, edulcorado esta vez por Caparrós disponiendo de más imaginación en el ataque, descompuso a un Osasuna ausente, nada que ver con el que se vio seis días atrás en el Reyno de Navarra ante el Atlético de Madrid. En una primera mitad perfecta, el Levante, solvente y eficaz, brillante por momentos, anuló al equipo de Javi Gracia, que no tuvo capacidad de respuesta ni siquiera con superioridad numérica por la expulsión de Víctor Casadesús y con más de media hora de juego por delante. El Levante fue superior con el esférico y sin él y logró una victoria incontestable, sumando su octavo partido consecutivo invicto y que le hace dejar de mirar al descenso y soñar con Europa con todo merecimiento.

Conseguido cada punto con sufrimiento sudor y esfuerzo, Joaquín Caparrós, con la tranquilidad que da la situación holgada que marca la clasificación, entiende que el Levante debe de dar un paso adelante, ser más creativo, combinar más. Para ello dotó al equipo de una segunda línea de ataque más ofensiva, mejor dotada técnicamente. Rubén, Víctor Casadesús e Ivanschitz se situaron por detrás del gladiador Barral, el goleador que tanto rédito está dando al conjunto granota y el futbolista más guerrillero de la Liga y el que más faltas comete. A los 12 minutos de iniciarse el partido, Barral ya contaba con una tarjeta amarilla por una dura entrada al central de Osasuna Loties. El mundo al revés.

Para entonces, el Levante ya gobernaba en el marcador. Caparrós requería para los suyos mayor imaginación y mejor resolución. Y la obtuvo con otro recurso, con un zapatazo desde tres metros atrás del vértice del área de Andrés Fernández. Con el exterior de su pie derecho, Diop colocó el esférico donde su pensamiento e intención ambicionaron, pegado al palo derecho del portero murciano. Un gol muy estético. Osasuna no se parecía en nada al aguerrido y enérgico equipo que goleó al equipo de Simeone. Y el Levante, que no se permite un minuto de relajación, se lo hizo pagar.

Le costó reaccionar al grupo de Javi Gracia. Para arrodillar al Levante hay que ser igual o más intenso. Y eso resulta complicado estando Caparrós en el banquillo rival. El conjunto navarro no encontró su sitio, empequeñecido por un organizado y constante Levante que antes de llegar al descanso encontró de nuevo gol. Y lo hizo de manera simple y directa, con una falta lanzada desde el centro del campo por Juanfran a la que Rubén acudió ganando la posición a los centrales, para marcar tras un excelente control que evidencia la excelente técnica del canterano. Un gol muy propio del Levante.

Quiso despertar Osasuna en el segundo acto. Resultó tardío y en balde. El Levante sabe como pocos proteger el resultado en su versión natural, con las líneas juntas y cercanas a Keylor Navas. Ni siquiera la expulsión de Víctor Casadesús por una entrada por detrás a Cejudo al cuarto de hora de la reanudación, le descompuso. Y cuando hizo falta, emergió la figura de Keylor Navas para solventar las situaciones comprometidas y apuntalar una victoria para el Levante que deja de mirar el descenso.