Vigor, solidez y fútbol
El Celta apela a sus señas de identidad para olvidar el descenso y mirar hacia Europa
Fue en la primera sesión de una semana de trabajo cuando Luis Enrique Martínez lanzó a sus pupilos una arenga: “¿Creéis que así vamos a ganarle al Getafe? Más intensidad. No nos relajemos”. El técnico escogió el único entrenamiento abierto a espectadores para dejar caer un mensaje clave justo cuando equipo y afición se sienten más fuertes y confiados, en mitad de la tabla, ocho puntos sobre el descenso y a tres de la séptima plaza que daría acceso a competición europea. Así que desde el martes hasta ayer, cada vez que se corrió el velo que oculta el día a día del Celta, las señales fueron todas en idéntico sentido. “No podemos equivocarnos, tenemos que mirar hacia abajo”, apuntó el goleador Charles. “No escucho la palabra Europa en el vestuario”, aclaró Hugo Mallo. Satisfecho con el transcurrir de los días, Luis Enrique cree que su equipo no se ha desviado del carril, preparado para aplicar su libreto en la cita ante el Getafe (18.00, Canal+ Liga y GolT), un rival que suma 2 de los 27 últimos puntos que ha disputado y no gana desde noviembre.
» Intensidad defensiva y transiciones rápidas. “Llegaba un entrenador y jugadores nuevos. Hemos evolucionado”, destaca Luis Enrique. Se aguardaba a un técnico de la escuela culé que quisiera la pelota. Y en efecto la busca, pero no basa el ataque en largas posesiones. El Celta es un equipo de respuesta rápida. Cuando ajusta la presión y mientras el físico le acompaña sabe imponerse.
» Un plantel con alternativas. No hay indiscutibles y dos de los que más lo parecían (Borja Oubiña y Álex López) se quedaron en el banquillo en las últimas citas. Cuando la semana pasada Charles, irreprochable en su rendimiento, faltó por enfermedad, Luis Enrique minimizó la importancia de su baja y el equipo ganó en Villarreal. “Necesitamos a todos porque se elevan las opciones de elegir y sube el nivel de los entrenamientos”, reflexiona el entrenador.
» Inesperado y ajustado flanco izquierdo. La idea de que el once está abierto se constata con la eclosión de Jonny y Orellana, habituales descartes en las primeras jornadas. El chileno ha vuelto a ser citado por su selección. “Me ha sucedido más veces que jugadores que no contaban le dieran la vuelta a su situación. Es mérito suyo porque demostró que podía volver”, explica Luis Enrique, que se enmendó en la zurda tras las pruebas con Toni. Jonny le ofrece más rigor defensivo.
» Varios perfiles en la medular. Borja Oubiña se cayó del once y su plaza la ocuparon Krohn-Dehli, ante el Athletic, y Fontás contra el Villarreal. Arreciaron las críticas sobre la planificación deportiva por no invertir en la incorporación de un mediocentro que compitiera con el capitán, pero resulta que ya había opciones solventes en casa. El danés es una grata sorpresa: conoce el juego y sabe acudir a los rechaces para hacerse fuerte sin atesorar un gran físico.
» Rafinha pone la diferencia. “Al nivel que juega no hace falta ser muy listo para sumar uno más uno”, espeta Luis Enrique cuando se le inquiere por las opciones de que regrese al Barcelona. Mientras tanto exprime su ductilidad (se emplea igual en la banda cayendo hacia adentro que desde el interior) y su rendimiento.
Con todo, el técnico alerta de que en el pasado más reciente ya hubo equipos que tras sumar 29 puntos en 24 partidos acabaron en Segunda. El Villarreal fue el último hace dos campañas, también el Zaragoza en 2008, el Valladolid en 2004, el Las Palmas en 2002 o el Atlético y el Betis (que tenía incluso un punto más) en 2000. “No estamos salvados”, alerta Luis Enrique, que sitúa el objetivo en cuatro triunfos más o en tres y dos empates. “Con 40 puntos bastará”, zanja. Luego mirará hacia arriba.
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