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El contraste de los ‘Diegos’

El Atlético derrotó al Milan sin que sus dos contrataciones estelares de este curso, Villa y Diego, pisaran San Siro. “En el gol no escuché a Miranda”, bromeaba feliz Costa

Ladislao J. Moñino
Diego Costa celebra su gol al Milan en San Siro.
Diego Costa celebra su gol al Milan en San Siro.ALESSANDRO GAROFALO (REUTERS)

“El balón caía muy despacio y tuve que hacer fuerza con el cuello”. Mientras contemplaba con asombro cómo el ex baloncestista Antonio Martín tenía dificultades para entrar en la jardinera del aeropuerto de Malpensa, Diego Costa relataba su decisivo cabezazo en San Siro, para el que Miranda estaba mejor situado. Sin esa violencia que le dio al golpeo, y en una postura muy complicada, el frentazo hubiera sido más accesible para Abbiati. “Miranda me gritó, quítate, quítate, pero no le escuché”, ahondaba entre carcajadas Costa en su explicación de un gol que puede ser trascendental. “Ramí es un central muy fuerte”, abundaba sobre su duelo con el central ex valencianista entre aficionados que le rodeaban y le felicitaban. Con la camisa por fuera y el nudo de la corbata aflojado, y también escoltado por su hermano y sus amigos brasileños, la risa de Costa retumbaba en el vehículo aeroportuario.

El mediapunta pudo salir a falta de media hora, pero Raúl García se recuperó

La felicidad del goleador hispanobrasileño, contrastó con la seriedad de uno de los cuatro Diegos que hay en el Atlético, Simeone, Godín, el propio Costa y Diego Ribas. El mediapunta brasileño caminó por la zona mixta serio. Calentó durante casi todo el segundo tiempo. Hubo un momento, cuando Raúl García se resintió de un corte en un gemelo, que parecía que iba a entrar en juego. Llegó a desvertirse y el cuarto árbitro le revisó los tacos, pero la continuidad del futbolista navarro impidió que Diego pisara San Siro. Luego, Simeone leyó que la pérdida de gasolina del Milan le ofrecería un último tramo del partido a campo abierto y prefirió dar entrada al Cebolla Rodríguez y a Adrián antes que a Diego.

Los jugadores del Atlético celebran el gol de Diego Costa.
Los jugadores del Atlético celebran el gol de Diego Costa.Matteo Bazzi (EFE)

La victoria del Atlético en Milán se dio sin sus dos fichajes estrella. Tampoco jugó Villa, aunque en el caso de este, salvo la primera mitad en Oporto, Simeone ha preferido jugar en las salidas europeas con Raúl García. El de San Siro fue un triunfo que enorgullece a Simeone desde el esfuerzo y la capacidad de sus futbolistas para saber sufrir.

El caso de Diego es significativo. Fue titular en dos de las tres derrotas (vuelta de la Copa ante el Madrid y Almería) consecutivas. Contra el Valladolid, un partido en el que un traspié hubiera disparado las alarmas, Simeone ya le dejó en el banquillo y utilizó a Koke y Arda. Cuando fue preguntado si el equipo era más natural sin Diego, por primera vez mandó el mensaje de la fuerte competencia que tendría que superar refiriéndose a Koke, Arda, Raúl García, Villa... También habló el Cholo de Diego como un recurso para ganar o cerrar partidos desde unas características diferentes.

Como otros fichajes, el brasileño se ha topado con un bloque hecho en el que cuesta mucho entrar

Tras la victoria en Milán se reafirmó en un mensaje que ha tratado de dejar claro desde que es entrenador del Atlético: “No tengo compromiso con nadie”. Al técnico le preocupa mucho el sentido de la justicia a la hora de elegir equipo y convocados. Sabe que es una línea delgada de la que pende la estabilidad de un vestuario.

Simeone presionó mucho al club para recuperar a Diego este verano y continuó con su petición de la mano de Caminero, director deportivo, hasta que entre ambos convencieron a Miguel Ángel Gil para que lo contratara en el reciente mercado invernal. La negociación entre el padre del jugador y Clemente Villaverde fue dura, hasta el punto que durante varias horas estuvo rota. Una llamada de Diego a su padre desbloqueó el desacuerdo.

Ya fichado, y con un solo entrenamiento, Diego fue incluido al día siguiente en la lista de convocados para jugar ante la Real Sociedad en el Vicente Calderón. No fue titular, pero dispuso de la última media hora en la que su calidad generó la sensación de que el tiempo no había pasado. Sin embargo, después de esa racha de derrotas, el entrenador rojiblanco advirtió: “Después de un año y medio que no está con nosotros tiene que recordar algunas cosas”. Diego ha topado con lo mismo que se han encontrado todos los fichajes en la era Simeone: un equipo hecho en el que es complicado entrar porque está haciendo historia.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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