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Cantando bajo la lluvia

Tina Maze se consagra entre las grandes del esquí alpino con su segundo oro en el eslalon gigante

Tina Maze besa el podio tras ganar el oro.
Tina Maze besa el podio tras ganar el oro.JEAN-CHRISTOPHE BOTT (EFE)

El esquí alpino se conmocionó doblemente al llegar el eslalon gigante. En la previa del masculino, el noruego Aksel Lund Svindal, líder general de la Copa del Mundo, dijo adiós afectado por una extraña alergia. En el femenino, la eslovena Tina Maze gritó de alegría otra vez al lograr su segundo oro, el premio merecido a su excelsa carrera. Bajo la lluvia, la cantante extrovertida en sus tiempos libres entonó mejor que nadie y se consagró como una de las grandes.

Svindal había quedado fuera de las medallas ya en descenso (cuarto), supergigante (séptimo) y supercombinada (octavo). Tenía menos posibilidades en eslalon y ha preferido marcharse para acabar de dominar el circuito de la Copa del Mundo tras los Juegos. Pero ha sido muy raro. No se ha tratado de una lesión habitual y ya se ha achacado a la maldición de Sochi. Unos Juegos de invierno con sol y lluvia.

Pero a Maze no le afectó nada. Llegó al fin su hora después de haberlo ganado todo en los circuitos y de haberse quedado en Vancouver al borde de lo más alto del podio con dos platas en gigante y supergigante. Siguió su racha de rozarlo todo con un cuarto puesto en la primera supercombinada en Krasnaya Polyana. Julia Mancuso le quitó el bronce por 10 centésimas. No le pudo recuperar en el eslalon las 86 centésimas que la estadounidense le había sacado en el descenso. Pero se tomó el primer gran desquite en la prueba de velocidad, aunque compartió el oro con la inesperada suiza Dominique Gisin. Dio igual, ya había subido a lo más alto de un podio olímpico, lo que le faltaba. Incluso en el siguiente supergigante se quedó también fuera por un soplo. Quinta, pero a 13 centésimas de otro bronce. La esquiadora completa volvió a explotar ayer.

Maze tiene experiencia sobrada y se ha movido por todos los territorios de la nieve, pero en este gigante olímpico tuvo suerte. Salió en la manga inicial en primer lugar y con una nieve empapada, copos en la parte alta, pero lluvia en la baja, dejó la pista ya mucho peor a sus rivales. Sacó 52 centésimas a la sueca Jessica Lindell-Vkarby, una de las favoritas (al final solo séptima, no es Pernilla Wiberg ni Anja Paerson) y unas preciosas 86 (otra vez 86, pero al revés, a su favor), a otra, la austriaca Anne Fenninger, ganadora del supergigante. En la segunda manga, al invertirse el orden de bajadas, debía resolver el problema que antes habían tenido sus rivales. Una pista muy difícil. Bajó la última, casi entre charcos, pero echó mano de su clase y mantuvo siete centésimas a Fenninger. Suficientes para la nueva coronación y esta vez en solitario.

Arrolladora la temporada pasada en la Copa del Mundo, empezó mal la actual y cambió de entrenador. Mauro Pini le ha dado toda la confianza y aunque sea más difícil aún le queda el eslalon del último día. En ella todo es posible, pero si en Eslovenia era gloria nacional ya la ha aumentado.

Nuevo triplete holandés

El holandés Jorrit Bergsma, durante la prueba de patinaje en velocidad.
El holandés Jorrit Bergsma, durante la prueba de patinaje en velocidad.YURI KADOBNOV (AFP)

El patinaje de velocidad es aún más holandés. Se preveía y se confirmó con el triplete en los 10.000 metros, la prueba de fondo. La única sorpresa fue que no ganó el esperado y gran dominador de los últimos años Sven Kramer, vencedor ya en los 5.000. Jorrit Bergsma, bronce en la prueba más corta, batió el récord olímpico y patinó con doble rabia de victoria. La suya y la de su novia, la estadounidense Heather Richardson, que ha encadenado decepción tras decepción. Todo lo bonito para ella quedó en la petición de mano pintada por Bergsma en la playa al más puro estilo romántico. Pero Richardson no es holandesa y los estadounidenses han tenido problemas hasta con los trajes. Supuestamente un nuevo cierre iba a mejorar la comodidad y el aerodinamismo, pero ha sido un desastre y se ha tenido que corregir sobre la marcha, sin éxito ninguno. El fracaso del negro Shani Davis doble oro en los 1.000 y que buscaba el tercero, o medalla en los 1.500, ha sido el más sonado. Holanda suma seis victorias de nueve pruebas, cuatro podios completos y 19 medallas de las 27 totales. Y aún quedan los 5.000 femeninos y los relevos. Abrumador. E histórico, como el nuevo bronce de Bob de Jong, tras el que logró en Vancouver, la plata en Nagano 98 y el oro en Turín 2006. Otro gran veterano de estos Juegos con sus 37 años, cinco título mundiales en los 10 kilómetros y dos más en 5.000.

Revancha surcoreana

El patinaje de velocidad en pista corta continúa siendo una lotería, aunque sin accidentes graves. Caídas y descalificaciones deciden triunfos junto a la calidad. Ayer tuvo fortuna Corea del Sur, cuyo dominio hasta hace poco era grande, pero ya no. Hasta su estrella Victor Ahn le quita triunfos ahora como ruso. No sólo ndividualidades (también el canadiense Charles Hamelin), sino países, como China. Pero ayer se tomó en los relevos femeninos de 3.000 metros su gran revancha de hace cuatro años. Allí ganaron las chinas y las surcoreanas fueron descalificadas. Esta vez fue al revés. Toques sutiles, maniobras imposibles en los giros casi tumbados por la cuerda de apenas 111 metros, suponen el todo o la nada no ya por aciertos o errores propios, sino d cualquier rival que va a milímetros y también al límite.

El noruego Emil Hegle Svendsen supera al francés Martin Fourcade.
El noruego Emil Hegle Svendsen supera al francés Martin Fourcade.Harry How (Getty)

Noruega se consuela y Killy mantiene su plusmarca

Noruega parecía que iba a arrasar en las modalidades nórdicas con los triunfos iniciales de Ole Einar Bjoerndalen en biatlón y de Marit Bjoergen en el esquí de fondo. Pero en la ruina posterior tocó fondo al quedar cuarta y quinta en los relevos, fuera de las medallas. En el país se ha tomado como una catástrofe nacional. Por eso, mientras se hundía ayer el gran favorito, el alemán Eric Frenzel, dos noruegos lograron el oro y la plata en la combinada nórdica del trampolín largo y la prueba de fondo. Una consolación inmediata para paliar el desastre. Frenzel había ganado en la primera prueba de trampolín corto sólo con la amenaza del japonés Watabe. Ayer, pese a volver a ser el que más saltó, 129 metros, lo que le pemitió salir primero en los 10 kilómetros de esquí, se desfondó literalmente y acabó décimo, a más de medio minuto. Graabak ganó el sprint a su compatriota Moan y al alemán Riessle. Al menos, sí parece que Noruega ganará la prueba por equipos en la que históricamente domina ampliamente. Ha logrado 11 oros sin que ningún otro país (Alemania, sobre todo) haya pasado de cuatro.

La niebla aplazó dos veces el 15 kilómetros de biatlón, salida en grupo, por lo que también pasó el día 17, que hubiese sido aún más emblemático para Francia. Martin Fourcade, ganador de los 12,5 de persecución y de los 20 individual tras fallar en el sprint inicial de 10, buscaba la gloria total tras dominar su modalidad. Pero no pudo. Perdió el oro por milésimas en un sprint de foto ante otro noruego resucitado, Emil Hegle Svendsen. Bjoerndalen empezó a cavar su fosa con dos fallos en la primera serie de cinco tiros tumbado, lo que le llevó a ir ya por encima del puesto 20. Pero cuando había remontado y estaba cuarto, otra vez rozando la medalla del récord absoluto, terminó de llenar de arena su tumba con unos desastrosos e insólitos cuatro fallos en la última serie de pie. Acabó 22.

Un 17 de febrero de 1968, Jean Claude Kllly lograba la polémica hazaña de sumar las tres medallas en las únicas pruebas del esquí alpino de la época. Ganaba el descenso, el gigante y el eslalon igualando lo logrado por el austriaco Toni Sailer en Cortina d,Ampezzo 56. Fourcade no pudo igualar ayer un triple oro que es aún récord histórico francés, pese a las dudas. Allí tuvo el también austriaco Karl Schranz, gran estrella de entonces, su primera gran frustración. Después, acusado de profesional por cobrar publicidad, el COI no le permitió participar en Sapporo 72. Schranz se quejó de que un misterioso hombre de negro se le cruzó en la pista durante la segunda manga del eslalon y le perjudicó. Se le permitió repetir la bajada y superó a Killy. Pero dos horas después fue descalificado argumentando que se había saltado dos puertas antes de la 21 en que se produjo el incidente. Sospechoso. Los Juegos fueron en Grenoble (Francia).

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