El Espanyol rompe el traje al Athletic
El equipo de Aguirre maniata a los rojiblancos con una presión asfixiante
Tomada la medida, los trajes empiezan a ser iguales. Con la misma uva y el mismo enólogo se hace el mismo vino, sea cual sea su denominación de origen. Y el Espanyol de Aguirre eligió el mismo vino y el mismo traje que el escogido una semana antes por Luis Enrique en Vigo. Es decir, el mismo traje que usa el Athletic, o sea, el que aprieta las costuras del fútbol desde los hombros hasta los tobillos y en vez de un gentleman pareces un madelman con pies de plomo. Así ha construido el Athletic su lustrosa clasificación, pero así tratan de desahuciarle los últimos rivales. El hecho de jugar en casa o a domicilio da lo mismo: el traje es de entretiempo. La diferencia está en la botonadura. El primer borrón lo abrochó Sergio García, que es un delantero pícaro, un superviviente nato, de esos que encuentran el gol en cualquier postura, un delantero de los de toda la vida que no necesariamente son los que se pasan el día mirando al cielo. Este mira a ras de tierra, y así se libró de la defensa del Athletic: con un escorzo y un remate diagonal.
Tocaba remontar, una actividad a la que San Mamés le ha cogido más gusto que miedo y le provoca una suerte de placer al menos similar a la del funambulista sobre el asfalto. El problema es que al Athleic se le movía demasiado la barra de equilibrio. Más bien se la movía el Espanyol, con un trajín y una persistencia encomiables. Víctor Sánchez y Javi López se merendaron al centro del campo del Athletic, bien por anticipación bien por las faltitas cuando eran necesarias en los aledaños del peligro. No es menos cierto que el centro del campo rojiblanco era más virtual que real, con San José haciendo de central ayudante y Rico obligado a actuar de topógrafo que mide todo el campo: el agujero era profundo y por ahí transitaron David López, Abraham o Stuani, el primer extremo que oscurece en San Mamés a Balenziaga, fuera de sitio y de tacto.
ATHLETIC, 1 - ESPANYOL, 2
Athletic: Iraizoz; Iraola, Gurpegui, Laporte (Erik Morán, m. 45), Balenziaga; San José, Mikel Rico; Susaeta (Muniain, m. 75), Herrera (De Marcos, m. 67), Ibai Gómez; y Aduriz. No utilizados: Herrerín; Kike Sola, Saborit y Ekiza.
Espanyol: Casilla; David López, Colotto, Héctor Moreno, Fuentes; Javi López, Víctor Sánchez; Stuani, Abraham (Álex, m. 62), Simao (Pizzi, m. ; y Segio García (Córdoba, m. 92). No utilizados: Germán; Raúl, Sidnei,y Torje.
Goles: 0-1. M. 6. Sergio García. 1-1. M. 55. Gurpegui. 1-2. M. 64. Colotto.
Árbitro: Undiano Mallenco. Expulsó a Aduriz (m. 86) por dos amarillas y amonestó a Colotto, David López y Gurpegui.
Unos 36.000 espectadores en San Mamés.
Cierto es que el león asusta aún cuando duerme. Y bien que asustó Aduriz a Casilla cuando le ganó una acción y su cabezazo rebotó en el poste. Tres minutos después, Mikel Rico, con otro cabezazo, exigió la mejor versión del guardameta, que estiró el brazo hasta que le doliera el sobaco. Eran chispazos emotivos de un Athletic que tenía más salva que fuego. El Espanyol le había cogido la medida y sin que su traje fuera luminoso, al menos había conseguido que el del Athletic fuera gris oscuro, muy oscuro. Incluso le devolvió el poste con un remate de Stuani para repartir justificaciones de la mala suerte.
Estaba claro que con el centro del campo en miniatura el Athletic no podía crecer a base de fuegos artificiales. La entrada de Morán no le dio tacto, pero al menos fijó mejor las posiciones, es decir, Erik Morán jugó de medio centro en vez de central encubierto. Y el Athletic se lanzó. A fin de cuentas las remontadas son (eran) su especialidad. Y la halló en su jugada favorita: un libre indirecto de Ibai Gómez que cabeceó Gurpegui por el despiste en el fuera de juego de un lateral del Espanyol. San Mamés se frotó las manos, como antes se las había frotado tras un error mayúsculo de Iraizoz. Pocas veces la nueva Catedral había sonado tan fuerte. El público había advertido la impotencia del equipo y ofrecía su concurso. Pero el público no gana los partidos, solo ayuda a ganarlos.
El equipo blanquiazul demostró una disciplina espartana y detalles de calidad
El Espanyol decidió que la guarida era el peor lugar posible para resguardarse de la previsible tormenta y en un saque de esquina, Colotto se anticipó a un despistadísimo San José para batir a Iraizoz. Si era un premio excesivo o adecuado está fuera de lugar en el juicio del fútbol. Lo cierto es que el Espanyol habia trabajado para ello, a veces descosiendo el traje del Athletic, a veces hilando el suyo propio, con un trabajo espectacular de Stuani, liderando al resto de compañeros.
El Athletic tropezó con un equipo que le había tomado las medidas y le impidió hacer un hueco considerable en su lucha por un lugar en la próxima Liga de Campeones. La victoria la lograron los 14 futbolistas que utilizó Javier Aguirre, con una disciplina espartana y los suficientes detalles de calidad para ser el primer equipo que gana en Liga en San Mamés. Y lo que es más importante, meterse en la lucha por Europa por derecho propio.
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