_
_
_
_

“La falta de experiencia desata el pánico”

Faustino Sáez
Sergio Scariolo durante un partido de Euroliga.
Sergio Scariolo durante un partido de Euroliga.MATTEO BAZZI (EFE)

En la cartografía de Sergio Scariolo (Brescia, 1961), Málaga está subrayada en rojo. Aquí, en 2001 y al frente del Madrid, sufrió la eclosión de Pau Gasol en un histórico clásico copero que se llevó el Barça –“fue el primer bombazo de Pau y la primera vez que vi en persona al Rey entregando su Copa”-; aquí, al frente de Unicaja, llevó al equipo verde a ganar su primera Copa en 2005 y su primera Liga un año después –con un 3-0 frente al TAU de Perasovic-; aquí regresa ahora al mando de un Baskonia de perfil bajo en tiempos de crisis que ha sufrido para sacar el billete entre los ocho primeros. “Una Copa en Málaga, como en Vitoria, siempre tiene un color diferente. Son ciudades que viven, aprecian y entienden el baloncesto”, cuenta el técnico antes de medirse al rocoso Valencia en los cuartos (19.10, La1).

Pregunta. ¿Está siendo una temporada más complicada de lo previsto?

Respuesta. Los últimos resultados no son muy halagüeños. Hemos perdido unos cuantos partidos y nos hemos metido en una racha negativa. Al margen de la situación física de algunos jugadores, la moral tampoco es la más alta. Somos el equipo más joven de los que participa en la Copa y los jóvenes se mueven bastante por dinámicas. Cuando el viento va a favor hemos hecho grandes cosas como ganar al Barça, al Maccabi y al Panathinaikos, pero cuando las cosas se ponen feas todo parece peor. La falta de experiencia a la hora de superar momentos complicados desata el pánico. Me da rabia porque no tengo la sensación de que estemos tan lejos de los favoritos en cuanto a calidad y fuerza de la plantilla como la gente considera.

P. ¿Qué está fallando?

R. Todas las derrotas han sido por una diferencia mínima y quizá con un punto más de concentración y de oficio probablemente la situación sería distinta. Por el nivel de juego que hemos mostrado deberíamos haber ganado más partidos, pero hemos combinado momentos de buen baloncesto con errores muy ingenuos. Es como la historia de la vaca que llena un cubo de leche muy buena y luego pega una patada y la echa a perder. Las ingenuidades y las tonterías solapan las cosas positivas.

P. ¿Qué es exactamente lo que le prometieron, lo que le pidieron, lo que se esperaba encontrar y lo que se ha encontrado?

R. Se me dijo desde el inicio que iba a ser una temporada complicada, con un reajuste importante en el presupuesto [que ha pasado de 17,5 a 11,5 en cuatro años] y la plantilla. Una apuesta por jugadores jóvenes que siempre es un riesgo. Les estamos pidiendo a todos rendir a un nivel superior del que estaban acostumbrados. Si uno era un jugador de relleno ahora se le pide que sea fundamental, si era de un nivel medio se le pide que se pruebe en Euroliga. Heurtel, Jelinek o Diop estaban en la puerta o en el fondo del banquillo y ahora van creciendo. Otra gran apuesta como la de Hanga se está complicando por las lesiones.

P. ¿Le apetecía el reto?

R. Tenía claro que iba a ser un año muy estimulante y el hecho de que el club me buscara y me pidiera ser el entrenador fue una motivación aun sabiendo que no iba a poder influir en la composición del equipo porque ya estaba hecha.

P. ¿La exigencia se ajusta a la nueva situación?

R. La conciencia de dificultad estaba clara desde el comienzo, después las circunstancias de la competición hay que saberlas llevar en un ambiente acostumbrado a grandes nombres, grandes equipos y grandes resultados durante muchos años. Y eso no siempre se lleva con la frialdad y la lucidez que dentro del club tenemos que tener. Es normal que pueda haber momentos de decepción y nostalgia, pero hay que tener capacidad de evaluar el trabajo. Los que entienden de baloncesto lo saben ver.

P. ¿La afición tiene clara la coyuntura o aprieta?

R. Históricamente este es un equipo que ha demostrado un carácter y una competitividad muy reconocibles y, a pesar de tener mucho más talento en la plantilla, se había perdido en los últimos años. En nuestro caso, son contadísimas las excepciones en las que el equipo no ha competido. Pero a nivel emotivo los resultados tienen un peso crucial. Hay que ganar porque cuando no se gana se pierde la comprensión.

P. Para gestionar un reajuste así ¿qué tecla que hay que tocar?

R. El día a día tiene que ser de alto nivel. Para crecer y mejorar tiene que haber un nivel de entrenamiento muy alto porque lo que vas sembrando lo recoges luego cuando se enciende una chispa. Después los veteranos tienen que tener un peso importante aunque en este equipo…veterano, veterano solo hay uno que es Nocioni. Es el único que tiene más de 30 años [34].

P. ¿Es el auténtico pilar?

R. Hay que cuidarlo. Es un jugador de gran energía, pero hay que procurar no sobrecargarlo, ni física ni mentalmente, para que no se le fundan los plomos. Un jugador cansado puede ser más irritable con los errores arbitrales por ejemplo. Él tenía dudas sobre su cambio de rol, pero como ala-pívot está ofreciendo un rendimiento espectacular como yo preveía.

P. Se enfrentan al mejor Valencia de los últimos tiempos.

R. La previsión era que estuvieran justo detrás de los dos grandes, pero con mucho mérito se han colado entre ellos. Es una plantilla experta y solida, con jugadores de oficio y veteranía, pero también con un par de jugadores de talento como Van Rosson y Dbljevic. Tienen una línea de perímetro extremadamente dotada a nivel atlético, con una gran capacidad de propulsión a campo abierto y con un gran peligro en el tiro de tres. Han encontrado un equilibrio perfecto y son muy completos. Se nota que es el tercer año de ‘Peras’ [Perasovic] en el equipo, y cuando el entrenador lleva tiempo se nota la progresión y la facilidad para que todo funcione. Intentaremos mantener el nivel de concentración alto durante los 40 minutos y encontrar un rendimiento óptimo, físico y mental, de al menos ocho o nueve jugadores, que es nuestra asignatura pendiente por lesiones o por cuestión de forma.

P. ¿Lo del Valencia es el premio a la paciencia?

R. Las prisas hacen perder tiempo, dinero y jugadores que luego te los encuentras triunfando en otro sitio. La paciencia y la mirada a medio y largo plazo siempre funcionan. Pasa igual con el Madrid de Laso.

P. ¿Qué sería hacer una buena temporada?

R. La clave sería lograr formar una base de jugadores sobre la que construir el futuro. Analizar la temporada solo por los resultados sería un error. Eso sí, siempre hay que poner el listón más alto que las expectativas para tender a la superación. Nuestra ambición es competir hasta el final en el top 16 y el sueño sería volver a estar en las semifinales de la Liga. Eso sería terminar con sobresaliente.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_