El histórico periplo del Tenerife
El equipo tinerfeño, que nunca ha logrado ganarle al Barcelona, compite en la Copa 26 años después de su última participación
El Tenerife-Barcelona escenifica en Málaga la eterna historia de David contra Goliat. El equipo que hace solo un año y medio competía en la LEB, se las ha apañado para asomar en la élite de la ACB y en la convención de los ocho mejores de España. La diferencia es abismal en lo deportivo y en lo económico.
El presupuesto del Iberostar Tenerife es de unos 2,6 millones, diez veces inferior al del Barcelona. El equipo que dirige Alejandro Martínez, además, perdió el lunes a su mejor jugador. El Fenerbahçe turco, uno de los equipos importantes en la Euroliga, le pagó unos 200.000 euros al Tenerife por hacerse con los servicios de Blagota Sekulic. El pívot montenegrino era el máximo anotador y reboteador del Tenerife.
“La baja de Sekulic es importante, pero ya hemos sufrido durante los últimos tiempos ausencias importantes y siempre hemos sabido sacar la cabeza. Sin ir más lejos, una de las victorias más importantes del año pasado, en la cancha del Real Madrid, se produjo después de que Blagota se lesionara en el calentamiento del partido”, apunta Alejandro Martínez, un técnico que empezó como delegado del equipo que dirigía por entonces el legendario Alexander Gomelski, seleccionador primero y presidente de la federación después.
Ese equipo lo formaban jugadores carismáticos como Carmelo Cabrera, Germán González, Eddie Phillips o Mike Harper.
El club tinerfeño es un histórico del baloncesto, en el que ha competido con la denominación, principalmente, de CB Canarias. Aprovechará su presencia en Málaga para iniciar la celebración de su 75 aniversario. Lucirá contra el Barcelona una equipación con aires retro. Evocará a las que utilizó en las temporadas 1986-1987 y 1987-1988. Fue su época más brillante. En ambas campañas compitió en las fases finales de la Copa, concluyó en la sexta posición de la Liga y disputó el segundo torneo europeo, la Copa Korac. En su equipo formaban jugadores carismáticos como Carmelo Cabrera, el base que ganó con la selección española la medalla de plata del Europeo de 1973 y dos Copas de Europa y 10 Ligas con el Real Madrid, Germán González, Eddie Phillips o Mike Harper.
Pero después de aquella etapa, en 1991, el equipo se vio inmerso en una crisis y llegó a descender a categorías autonómicas. A partir de 1999 inició la recuperación y fue ascendiendo hasta cuatro categorías y la pasada temporada consiguió el ascenso a la ACB. “Somos un club de gente normal que trata de hacer las cosas lo mejor que puede: estar al día en el pago de las nóminas e intentar fichar a jugadores que se adapten al perfil de equipo modesto a pesar del inconveniente que supone vivir a más de mil kilómetros de la península”, cuenta Martínez, feliz porque su equipo, tras perder a Sekulic, acaba de fichar el pívot griego Lazaros Papadopulos, exjugador del Real Madrid, aunque no podrá llegar a tiempo para disputar la Copa.
El entrenador no renuncia a dar la sorpresa ante Barcelona al que nunca ha podido vencer el Tenerife en las 15 ocasiones en que se han enfrentado desde que se vieron las caras por primera vez en la temporada 1981-1982. “Trataremos de disfrutar de esta competición, pero eso no quiere decir que vayamos de fiesta. Trataremos de competir y hacer las cosas un poquito mejor de lo que las hicimos en el Palau en la primera vuelta (87-71), para tratar de ser más competitivos y ponerles en más problemas”. Así cierra un sonriente y afable Alejandro Martínez, con su acento canario, aunque nació en 1966 en el barrio barcelonés de Horta, donde vivió hasta que, siendo todavía un niño, su familia se mudó a Tenerife. Allí ha echado raíces y se ha convertido en uno de los principales impulsores de la vuelta a la élite del Iberostar Tenerife.
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