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“Entiendo a los que no juegan, no les pongo una pistola en la cabeza”

Carlos Moyà (Palma, 1976), exnúmero uno mundial, debuta este viernes como seleccionador en la primera ronda de la Copa Davis

J. J. MATEO
El capitán del equipo español de Copa Davis, Carlos Moyà durante la rueda de prensa.
El capitán del equipo español de Copa Davis, Carlos Moyà durante la rueda de prensa.EFE

Carlos Moyà (Palma, 1976), exnúmero uno mundial, debuta hoy como seleccionador en la primera ronda de la Copa Davis. Alemania recibe en una pista rápida bajo techo a España, que acude sin sus cuatro mejores jugadores por ránking (Rafael Nadal, David Ferrer, Tommy Robredo y Nicolás Almagro), con Roberto Bautista debutando y con la pareja Fernando Verdasco-David Marrero estrenándose tras ganar en 2013 la Copa de Maestros. Antes de aterrizar en Francfort, el capitán ataca de frente los interrogantes con los que empieza su andadura.

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Pregunta. ¿De qué capitán aprendió usted?

Respuesta. Tengo cariño y agradecimiento a Santana, con quien debuté. De él me quedaría con que le quitaba importancia a lo que era la Davis, te hacía estar relajado. Aprendí de todos. Intento aplicar eso y lo que soy yo.

P. A los seleccionadores se les caricaturiza como acompañantes que solo animan al tenista. Usted nunca ha entrenado. ¿Qué hay que decir desde la silla?

R. No en todo momento es bueno decir cosas. Al jugador le llega demasiada información. Siente presión. Varios toques, rectificándole, sí se le puede dar, pero el capitán tiene que ser alguien más que el que diga ciertas cosas en pista. Tiene que ser quien maneje el grupo. Espero no defraudar a nadie. Se trata de ser un gestor. He vivido todas las situaciones posibles en la Davis. Esa experiencia me va a ayudar.

Carlos Moya , capitan español de Davis , y Albert Costa en Frankfurt
Carlos Moya , capitan español de Davis , y Albert Costa en FrankfurtDIARIO AS

P. ¿Recuerda a algún capitán que marcara diferencias?

R. A los tres de la final de Sevilla, haciendo jugar a Rafa el primer día [tenía 18 años y Ferrero mejor ránking]. Un capitán solo no se habría atrevido. Entre tres, quedaba todo muy diluido si pasaba algo. Tuvieron mucha personalidad. Marcaron la diferencia.

P. ¿Se escucha más o menos a un excompañero?

R. No lo sé. Creo que van a escuchar a alguien con sentido común y los pies en los suelo. Intentaré ser esa persona.

P. ¿Alemania?

R. Un equipo compacto, experimentado. Un buen bloque. Se adaptan bien a esta superficie.

P. Nadal ha disputado una de las últimas siete eliminatorias, por lesiones y problemas de calendario. ¿Entiende que se debata si la Federación le ha fichado para lograr que vuelva a jugar por la estrecha relación que les une?

R. No me preocupa ¿Este debate ha existido con otro capitán? No me suena.

P. Ninguno de sus predecesores puede decir que le ayudara desde que era niño.

R. Tengo una trayectoria, no sé si mejor o peor que la de los demás (capitanes), con los que no hubo ningún debate sobre eso. No me preocupa. Tener la amistad de Rafa y su aceptación, no vamos a engañarnos, es algo a favor. Sería de tontos pensar lo contrario. ¿Ha sido un factor principal de mi elección? No lo sé. Habría que preguntarle a José Luis Escañuela [presidente de la Federación] o Albert Costa [director deportivo].

En la Davis, siendo España, no puede haber periodos de transición. No con esta generación. Estamos acostumbrados a ganarlo todo.

P. Ni Nadal ni Ferrer, dos valores seguros, están en el cruce.

R. El tenis no es fútbol. La carrera de un jugador se hace en el circuito ATP. Entiendo perfectamente las renuncias. Cuando ganamos la Davis en 2004, quise parar un año, porque tenía 28 ya y no quería desgastarme mucho más. Entiendo que hagan lo mismo. Nunca me enfrentaré a un jugador por esto. No me parece mal. Hay que darle un toque a la ITF. Si consideran que la Davis es su valor más preciado, que le den la importancia que se merece. Hay que escuchar a los jugadores. Si uno entre los 100 primeros no la juega, bueno; cuando son varios los que no juegan, sobre todo los de arriba, algo está pasando. Hablan de la antigüedad de la competición, del romanticismo, de representar al país … todo eso es muy bonito, pero mis jugadores llevan 10, 12, 15 años en el circuito, entrenando y compitiendo fuera. Hay que buscar dinero y puntos, también otro calendario, quizás hacerlo cada dos años. Creo que es una idea que gustaría a los jugadores. Le daría importancia. Sin los top, la Davis pierde algo de importancia.

Espero no defraudar a nadie. Se trata de ser un gestor. He vivido todas las situaciones posibles en la Davis. Esa experiencia me va a ayudar.

P. ¿Cómo les intenta convencer usted para jugar?

R. No tengo que convencer a nadie. Tengo que hablar con los jugadores, ver qué sienten, darles mi opinión y escuchar la suya. Yo no tengo que ponerle la pistola en la cabeza a nadie, porque les entiendo. Nunca tendrán ningún problema conmigo por eso.

P. Ha firmado un año y varios exjugadores, como Juan Carlos Ferrero, ambicionan su puesto.

R. Yo pedí eso. Entiendo donde estoy. Sé que es un sitio codiciado. Vivo con eso. No hay problema.

No me preocupa. Tener la amistad de Rafa y su aceptación, no vamos a engañarnos, es algo a favor. Sería de tontos pensar lo contrario

P. Sus cuatro mejores tenistas dejarán 2014 con 30 años de media. ¿Toca pilotar una transición?

R. En la Davis, siendo España, no puede haber periodos de transición. No con esta generación. Estamos acostumbrados a ganarlo todo. No hay tiempo para una transición, para ir probando cosas. No queda mucho para que esta generación se acabe. Lo que sientes en la Davis, no se siente en la otra competición. Se trata de que disfruten de estos momentos, porque luego los echas de menos. Si no disfrutas, la situación te puede pasar por encima, se vuelve incontrolable. Si la dominas, te sientes invulnerable. Eso es lo que tengo que tratar que sientan mis jugadores. Que saboreen el momento: ni hay muchas eliminatorias al año, ni muchos años por delante.

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Sobre la firma

J. J. MATEO
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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