El barcelonismo se emociona con Xavi

No existe, probablemente, un intérprete mejor del estilo del Barcelona. Emblema del gen futbolístico de La Masía, Xavi es el Barça. Y lo es ya 703 veces. El 16 de enero, en la Copa y en Getafe, el de Terrassa celebró sus 700 partidos con la camiseta de toda su vida. Pero todavía no lo había podido festejar frente a su afición. Hasta ayer. El Camp Nou esperaba a uno de sus hijos predilectos para rendirle pleitesía.

En el videomarcador del Estadi se proyectó un vídeo con imágenes de algunos de los momentos más importantes de Xavi. Arropado por el grupo azulgrana, al de Terrassa se le encharcaron los ojos contemplando el vídeo y escuchando las palabras de sus compañeros. “Es un líder, un referente, a nivel futbolístico. Es un privilegiado porque va por delante de la jugada, de lo que pasa”, dijo Iniesta. “Es el cerebro del equipo, siempre da equilibrio y nunca pierde un balón”, subrayó Busquets. “Nunca tendrá el Barça un centrocampista y un jugador como él, por todo lo que ha dado y por como siente los colores de este club”, intervino Valdés. “Es un jugador diferente que hace las cosas muy fáciles. Ve el pase donde sólo lo ve él. Hace jugar a todo el equipo y lo mueve de un lugar a otro a su gusto”, analizó Messi a uno de sus mejores socios.

Me siento importante, en sintonía con el técnico, con los compañeros"

Empezó el partido entre el Barcelona y el Málaga y en el primer balón que tocó se rindió su propio homenaje. Sombrerito para olvidarse de su marcador y un pase a Alba para abrir el campo. Siempre el punto de partida, el efecto multiplicador del pase. De sus botas emergió el primer gol. Centro al corazón del área, la peinó Alexis y la remató Piqué. Y a los 75 minutos del segundo tiempo recibió su última ovación al dejar su lugar a Sergi Roberto.

Xavi se estrenó con el primer equipo del Barcelona el 18 de agosto de 1998, contra el Mallorca, en la Supercopa, con Louis Van Gaal como entrenador. Y fue él quien aferró al técnico al banquillo azulgrana, el día en que, con el equipo décimo en la tabla tras cuatro derrotas seguidas, firmó su primer gol en la Liga. Fue en Valladolid, en la temporada 1998-1999. El 0-1 le salvó la cabeza a Van Gaal. Heredó el enorme peso que supuso reemplazar a Guardiola y pasó las de Caín hasta que se convenció a sí mismo y a todos de que no le agobiaba esa responsabilidad. En sus vitrinas, las más repletas de un jugador azulgrana, lucen siete Ligas, tres Champions, dos Copas del Rey, seis Supercopas de España, dos Supercopas de Europa y dos Mundialitos de Clubes. 22 títulos.

Fue el director de orquesta de la mejor etapa de la historia club. Con Guardiola en el banquillo, alzaron 14 de 19 títulos posibles; pero también, cargó sobre sus hombros una época oscura, cuando entre 1999 y 2005 el Barça se olvidó de levantar copas. El sábado celebró su 34 aniversario y lo festejó estrenando su sexto presidente desde que llegó al club, Josep Maria Bartomeu. Antes había convivido con Nuñez, Gaspart, Reina, Laporta y Rosell.

En enero de 2013, Xavi renovó el contrato que le vincula al Barça hasta junio de 2016. Algunas ligas, como la MLS de Estados Unidos, quieren importar al buque insignia azulgrana y de la selección española. Pero el de Terrassa tiene su cabeza puesta en el Barça. Y así también lo desea Puyol: “Puede jugar muchos partidos más y llegar hasta los 1.000, que es un buen número”.

Tras el emotivo partido ante el Málaga, Xavi confesó: “Me siento importante, en sintonía con el entrenador, con los compañeros y, si físicamente estás bien como es el caso, eres capaz de cualquier cosa. Ha sido un día muy completo para mí, por el homenaje y por la victoria”. El capitán evaluó también las 59 semanas que lleva su equipo en el liderato: “Esta es una versión muy buena del Barcelona, estamos disfrutando. El equipo se siente poderoso y, juegue quien juegue, no baja el nivel. Estamos en el buen camino”.