Dos candidatas opuestas
Li, de casi 32 años y 1,72m, busca el título ante Cibulkova, que con 24 años y 1,61m sería la campeona de menor estatura en más de 35 años
La china Na Li y la eslovaca Cibulkova se jugarán el título del Abierto de Australia. Tras el fracaso de las favoritas, la número cuatro mundial y la 24 se impusieron 6-2 y 6-4 a la joven Bouchard, de 19 años; y 6-1 y 6-2 a la veterana Radwanska, respectivamente. El trofeo terminará con dos registros estadísticos: o la china, de casi 32 años, logra a la tercera su primer Abierto de Australia, que sería su segundo grande (Roland Garros), o su contraria, de 24, se convierte en la campeona de menor estatura en los últimos 37 años (mide 1,61m, por los 1,72m de su rival). Hay ocho años de diferencia entre las dos candidatas. Por estatura y edad, será una final de opuestos. Sin Serena Williams y Maria Sharapova de por medio, debe ser el momento de la china, una tenista que lleva años peleando por extender su lista de grandes y que tiene el apoyo de Carlos Rodríguez, que fuera técnico de la gran Justine Henin.
Esto no tiene que ver con lo alta que seas. Se trata de si realmente quieres algo y de si realmente crees en ello" Cibulkova
“Es mi tercera vez en la final, así que estoy cerca del trofeo”, dijo la china, que tuvo que superar un punto de partido en contra durante el torneo (Safarova) y que ha conseguido independizarse del riguroso sistema chino, que obliga a las tenistas a compartir sus ganancias, a viajar acompañadas por entrenadores elegidos por la federación, a seguir sus indicaciones sobre el calendario como un dogma irrefutable y a entrenarse en el país. “Cibulkova tiene piernas muy rápidas. Pega muy duro. Jugamos parecido. Va a ser duro. Un reto”, prosiguió. “La primera vez que estuve en una final, era inexperta, nadie pudo ayudarme cuando llegaron los problemas. Ahora sé que no puedo esperar al error de mi contrario”, se despidió Li, subrayando el aspecto que más le ha costado comprender de su personalidad a su técnico. Li maneja las emociones con frialdad, le cuesta expresar sus sentimientos, y levanta una barrera emocional.
Gestionar esas emociones será el reto de Cibulkova, clasificada para su primera final grande tras derrotar en el camino a Carla Suárez, a Maria Sharapova y a Radwanska, que es la número cinco. “Es un sueño”, contó después de tirarse al suelo para celebrar su victoria. Luego, tras encontrarse en el gimnasio a Marion Bartoli, la campeona de Wimbledon 2013 y su amiga, se puso a llorar. “Increíble”, se dijeron. ¿Y la estatura?, le preguntaron cuando se presentó ante la prensa. “Esto no tiene que ver con lo alta que seas. Se trata de si realmente quieres algo y de si realmente crees en ello. Cuando juego, se ve mi fuerza y mi espíritu de lucha. Tienes que tener algo extra si quieres ser una de las mejores del mundo y no eres la más alta. Ese es mi extra”.
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