El Racing honra a la Copa
El conjunto cántabro, de Segunda B, olvida sus problemas y elimina con solvencia a un Almería indolente y sin tensión competitiva
El Racing ha decidido convertirse en el gran animador de la Copa, un torneo al que honró con un magnífico partido ante el Almería. Los cántabros despacharon con solvencia a todo un primera,que se tomó el partido como un entrenamiento y cometió la tropelía de perderle el respeto a su rival. Este enorme Racing agradeció el regalo y anotó dos golazos para colarse en los cuartos de final del torneo.
Un sueño con el que disfrutar y olvidar, por unos momentos, una realidad que conoce demasiados sinsabores institucionales y económicos. La épica que le queda a la Copa se reencarna de manera fiel en el Racing, justo vencedor de la eliminatoria, consciente de sus fuerzas, certero en el remate y crecido tras dejar fuera en la anterior ronda a otro equipo de Primera como el Sevilla. El Almería no llegó con peligro jamás a la meta rival, impotente y doblegado, además, con dos golazos. El primero, un fenomenal remate de Mariano. El segundo, una virguería de Durán dentro del área. Dos tantos para comentar en las 12 horas de viaje de regreso en autobús desde Almería hasta Santander, pues así se escribe la historia de este modesto que se rebela contra su sino pese a que sus futbolistas llevan tres meses sin cobrar y la entidad echa humo por cada costado.
ALMERÍA, 0; RACING, 2
Almería: Ustari; Vélez (Kiu, m. 76), Silva, Trujillo, Mané (Barbosa, m. 65); Corona, Tébar; Aleix Vidal, Suso, Raúl García; y Óscar Díaz (Hicham, m. 67). No utilizados: Esteban; y Azeez.
Racing: Mario; Orfila, Oriol, Barrio, Saúl (Koné, m. 46); Andreu, Granero; Miguélez (Juanpe. m. 80), Durán (San Emeterio, m. 90), Iñaki; y Mariano. No utilizados: Sergio; y Concha.
Goles: 0-1. M. 62. Mariano remata un buen centro de Orfila. 0-2. M. 79. Durán marca de volea con la izquierda y tras cambiarse el balón de pie.
Árbitro: Hernández Hernández. Amonestó a Vélez, Saúl e Hicham.
Juegos del Mediterráneo. Unos 5.000 espectadores.
De esta forma, la Copa no gusta demasiado. Un torneo trepidante que no merece escenarios tan fríos como el que presentó el estadio Juegos del Mediterráneo. Apenas 5.000 espectadores decidieron acudir a un partido donde el Almería, muy tocado por la goleada recibida en Liga ante el Athletic, se tomó el encuentro demasiado a la ligera. No es que faltara profesionalidad en los jugadores que saltaron al campo, ni mucho menos, pero sí pasión.
Tampoco el Racing, en plena deriva institucional y con sus jugadores reclamando pagos pendientes, vibró con el partido. Eso sí, demostró que está cuajado en este torneo y por eso no se notó ni un ápice la diferencia de categoría entre los dos equipos. Francisco, técnico del Almería, formó con un once bastante experimental, con dos laterales en la banda izquierda y Suso más centrado de lo habitual. El gaditano, ex del Liverpool, ha sufrido un retroceso en su rendimiento. Después de un inicio de lo más esperanzador, jugó bien cuando su equipo perdía. Ahora ha perdido la magia cuando los andaluces han mejorado en la Liga. Francisco le ha dado la Copa para reivindicarse, pero Suso está en la luna.
Como el resto de sus compañeros, Suso se limitó a conservar un cero a cero que le daba la clasificación por el empate a uno logrado en la ida. Su ritmo, lento y parsimonioso, delataba cierta apatía. El Racing, voluntarioso y muy bien colocado, no pasó por el más mínimo apuro. Hasta se permitió el lujo de que no jugara Sotres, su portero titular y uno de sus elementos más destacados. Hablando de lujos, el delantero Mariano intentó uno ante Silva. Un gesto técnico de indudable clase que estuvo a punto de salirle bien. Sin duda, el mejor síntoma del desparpajo y tranquilidad con los que el Racing afrontó el choque. El Almería solo inquietó en una primera parte muy gris en un centro chut del debutante Vélez que sacó bien Mario. De anecdótico cabe tildar el segundo acercamiento de los andaluces ante la meta cántabra. Un remate de Óscar Díaz en claro fuera de juego fue invalidado por el colegiado. El Racing, mientras, orquestaba su plan, consciente de que el cero a cero le mantenía en la eliminatoria.
La sorpresa saltó a la hora de partido. Ya estaba en el campo el desequilibrante Koné, que tocó el balón con el tacón para que Orfila la pusiera y Mariano conectara un fantástico remate de cabeza. El tanto premiaba a los cántabros y penalizaba, especialmente, la triste actitud del Almería, que nunca estuvo en el partido. Su escaso ritmo y su desgana pasaban factura. El propio técnico, Francisco, escenificaba el divorcio de los suyos con la Copa al cambiar a su delantero, Óscar Díaz, por otro, Hicham, con el 0-1 en el marcador. Como si se tratara de un amistoso, tiró un torneo al que dio lustre un fantástico Racing, cada ronda más fuerte.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.