Lo aprendido en Navidades
A José Mourinho se le agudiza con el tiempo su incontenible tendencia a convertirse en protagonista y Howard Webb es el árbitro más sobrevalorado del mundo
Mientras las ligas continentales disfrutaban de una reconfortante pausa navideña, la Premier ha cebado las ansias de fútbol del público europeo con su conocido calendario intensivo de estas fechas. Los tres partidos que ha jugado cada equipo desde el fin de semana anterior han servido para clarificar algunas cosas.
La más importante es que la Premier empieza a parecer una carrera de tres caballos: los dos equipos de Liverpool han sido los paganos del fútbol navideño y Arsenal, Manchester City y Chelsea han empezado a poner puntos de por medio, aunque el Manchester United, a ocho del líder, siempre es capaz de resucitar.
El Everton, que nunca ha estado en la carrera por el título, tropezó el día de San Esteban, conocido aquí como Boxing Day, en casa con el colista Sunderland. El Liverpool, que hace dos semanas había arrasado al Tottenham en White Hart Lane (0-5), perdió el día 26 en casa del City pese a jugar un partido soberbio (2-1) y ayer cayó en casa del Chelsea por el mismo resultado pero sin el mismo nivel de fútbol.
Otra cosa que hemos aprendido es que es casi materialmente imposible que le concedan un penalti a Luis Suárez. Al uruguayo le agarraron por la camiseta en campo del City para que no pudiera saltar a por un balón pero el árbitro no vio nada. Es justo decir que antes también había cerrado ojos al menos tres veces cuando el central del Liverpool, Skrtel, había hecho antes lo mismo en su área.
Ayer, en Stamford Bridge, a Suárez le negaron primero un penalti cuando Terry literalmente saltó sobre su hombro para llegar él a la pelota antes que el delantero y a última hora Eto'o le derribó por detrás en una entrada absolutamente innecesaria, cuando ninguno de ellos tenía ya el balón. El árbitro era en esta ocasión Howard Webb, nefasto protagonista de la final del Mundial entre España y Holanda. Probablemente el árbitro más sobrevalorado del mundo, Webb sigue tomando constantemente decisiones equivocadas con imperturbable semblante de ilimitada confianza en sí mismo.
También hemos aprendido que a José Mourinho se le agudiza con el tiempo su incontenible tendencia a convertirse en protagonista. Gane o pierda, el que fuera conocido como “el especial” y al que algunos medios británicos empiezan a llamar “el ansioso”, necesita siempre ser protagonista. Sus gestos en la banda son cada vez más extremos y llamativos, siempre pidiendo cámara. La semana pasada logró convertirse en protagonista cargando por pasiva contra los jugadores españoles. Ayer se metió en cámara a media entrevista a dos de sus jugadores y luego, contra la opinión de todos los expertos que se habían pronunciado en el estudio, acusó a Suárez de tirarse a la piscina en la jugada del penalti con Eto'o. Genio y figura.
Esta semana también hemos confirmado que los ricos dueños de los clubes ingleses hacen lo que quieren. El millonario malasio Vincent Tan ha consumado su amenaza y ha despedido al mánager del Cardiff City, Malky Mackay. Es de esperar que la Comisión Europea no consiga obligar a Barcelona, Real Madrid, Athletic y Osasuna a convertirse en sociedades anónimas. Aunque los presidentes de esos clubes también suelen hacer lo que les da la gana, al menos han de ganarse el cargo en las urnas y no comprando acciones.
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