Paliza histórica de los Celtics a los Knicks

“Es un paso atrás. Pensé que había pasado lo peor”. La suposición de Mike Woodson, de 55 años y apenas dos temporadas y media al frente de los Knicks, lejos de cumplirse, se vio dramáticamente sacudida por la paliza que los Celtics le propinaron a su equipo: 73-114. Y además, en el Madison Square Garden, donde la afición, harta, despidió a su equipo con abucheos masivos. Y es que los Knicks suman ya ocho derrotas en su cancha, 14 en total y solo cinco triunfos.

No se esperaba semejante desplome de los Knicks ante los Celtics,un equipo que, pese a rendir por encima de las bajas expectativas con las que partía dada su debilitada plantilla y la baja de Rondo, continúa con un balance negativo (10 triunfos y 12 derrotas). Además, los Knicks, después de que su estrella Carmelo Anthony manifestara que son el “hazmerreír” de la Liga, habían dado efectivamente motivos de esperanza a su entrenador al ganar sus dos últimos partidos, contra Brooklyn y Orlando.

Los libros de récords reflejan la magnitud del palizón. Los 41 puntos establecen la mayor diferencia en un partido de la NBA esta temporada. También es la segunda mayor ventaja lograda por los Celtics en toda la historia de sus enfrentamientos con los Knicks. Y, asimismo, es la tercera derrota más abultada del equipo de Nueva York en su cancha, solo superada por las que le propinaron los Mavericks en la temporada 2009-2010, por 50 puntos, y los Hornets, en la 2001-2002, por 43.

“No puedo tener jugadores que salten a la cancha para hacer lo que han hecho esta noche”, declaró Woodson, desolado por el rendimiento de su equipo. Los Celtics abrieron brecha nada más empezar, con un 34-11 en el primer cuarto. El marcador era ya asombroso en la media parte: 58-31. Y la diferencia continuó subiendo hasta llegar los 45 puntos. “Me gustaría explicarlo, pero tal como estábamos jugando, no vi venir esto”, confesó Woodson.

Dos titulares de los Knicks, Felton y Shumpert, se quedaron a cero tras fallar seis tiros cada uno. Bargnani solo anotó dos puntos en sus siete lanzamientos. JR Smith solo acertó con un triple en las cinco ocasiones que tiró a canasta. Carmelo Anthony, con 19 puntos, fue el mejor, aunque su porcentaje, 5 de 15, también fue bajo.

El desastre fue tal que nadie se atrevió a buscar excusas por las bajas de Chandler y Kenyon Martin, que debilitaron claramente el rebote del equipo neoyorquino. Incluso se mencionaron factores esotéricos como la coincidencia de los malos resultados del equipo cuando viste de color naranja, como fue el caso. “No soy supersticioso. Hubiéramos perdido igualmente aunque hubiéramos vestido de blanco”, aseguró Anthony.

Los Knicks, con 86,8 millones de dólares, unos 63,8 millones de euros, cuentan con la segunda plantilla mejor pagada en la NBA, por delante de las de Miami, Chicago y Lakers, y solo superados por la de Brooklyn. Ante su mala situación y resultados de la magnitud del cosechado ante los Celtics, habrá que ver ahora si el dueño de los Knicks decide destituir a Woodson o bien intenta algún retoque en la plantilla, decididamente incapaz de rendir como se esperaba de ella.